# Ni una menos

América Latina refuerza lucha contra violencia de género con leyes y movilizaciones

El combate a la violencia contra la mujer sigue ganando terreno en América Latina con la aprobación de leyes más duras para sancionar delitos como el femicidios, los abusos e incluso el acoso callejero, flagelos que también han generado una amplia movilización social de diversos sectores en la región.America-Latina-refuerza-violencia

Las manifestaciones, que incluyen dos marchas convocadas para este miércoles en Argentina y Uruguay, se han extendido a raíz del aumento de los casos de femicidios, delito que ha sido recientemente tipificado en varios países, y como una forma de denunciar el maltrato físico y emocional, los abusos sexuales, el acoso y la desigualdad de las que son objeto las mujeres.

Así, en Uruguay, donde fueron asesinadas entre enero y noviembre del año pasado 49 mujeres, 24 de ellas víctimas de violencia doméstica, marcharán bajo el lema «¡Si tocan a una, tocan a todas!», que desde enero ha sido el grito de varias manifestaciones en Montevideo y que mañana llegará a otras diez ciudades del país.

Para Yanina Azzolina, integrante de la Coordinadora de Feminismos de Uruguay, es importante «mostrar que es un problema que trasciende las fronteras, no es un problema de cada país, es un problema social».

Por eso, la convocatoria uruguaya se sumará a la «Ni una menos» en Argentina, donde, tras varios casos de femicidios que han conmocionado al país, entre ellos el de una adolescente de 14 años embarazada, reclamarán la efectiva aplicación de la Ley de Protección Integral contra la Violencia hacia las Mujeres, sancionada en 2009, pero que aún no brinda protección práctica.

Las marchas tienen lugar tras informes de organismos internacionales como la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que han alertado de la generalización de la violencia contra las mujeres en la región, un tema del que, sin embargo, no hay cifras consolidadas.

Por eso, la generación de estadísticas oficiales es otro de los reclamos de la movilización en Argentina, donde se informó de dos nuevos casos esta semana: el asesinato de una mujer de 53 años y el de una joven de 22 años, a quien su pareja la roció alcohol y le prendió fuego durante una discusión.

Se estima que entre 2008 y 2014, 1.808 mujeres murieron en Argentina a causa de la violencia machista, según datos de la ONG Casa del Encuentro, que contabilizó los casos aparecidos en medios.

En coincidencia con estas marchas, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó hoy que «toda la sociedad es agredida cuando se ataca a una mujer», al inaugurar un centro especializado en la atención a las víctimas de la violencia machista.

«Tolerancia cero contra las agresiones a las mujeres», declaró la mandataria, quien instó a «denunciar siempre» los casos de violencia de género en el país, donde en marzo se sancionó la ley que tipifica el feminicidio como «crimen hediondo», lo que impide que los acusados sean liberados mediante fianza y establece penas de entre 12 y 30 años.

En tanto, la atención en Paraguay sigue volcada en el caso de una niña de 10 años embarazada presuntamente tras ser violada por su padrastro, lo que ha reabierto el debate sobre el aborto y ante lo cual un grupo de expertos de la ONU denunció al país por «no cumplir con su responsabilidad de actuar con la debida diligencia».

La otra preocupación en este país suramericano son las «formas cotidianas» de violencia, como el acoso callejero, que desencadenó manifestaciones como «La marcha de las putas», en la que un grupo de mujeres protestó en la capital paraguaya contra los piropos.

Sobre el mismo asunto, el Gobierno lanzó una campaña y se ha planteado dentro de un proyecto de ley de protección integral a las mujeres aplicar sanciones a quienes comentan acoso en la calle.

Por casos similares, movimientos feministas peruanos continúan pidiendo la despenalización del aborto en casos de violación y aunque un proyecto de ley sobre el tema fue archivado el 26 de mayo pasado, el Parlamento sí aprobó este año sancionar con penas de entre 3 a 12 años de prisión a quienes cometan acoso sexual callejero.

Esa misma línea ya la siguió Bolivia, que ha aprobado varias leyes contra ese problema tras reportar las tasas más altas de Latinoamérica en violencia física hacia las mujeres y ser el segundo después de Haití en violencia sexual en América.

Además, en 2013, Bolivia aprobó una ley que condena el femicidios con 30 años de cárcel sin derecho a indulto, la pena más alta de la legislación del país andino, pero la normativa no ha servido para atajar el problema.

Respecto a Colombia, inmerso en un diálogo de paz con las FARC, ONU Mujeres ha dicho que para alcanzar la paz en el país es necesario que se garantice el fin de la violencia sexual en el conflicto armado, que «afecta de manera desproporcionada a las mujeres y a las niñas».

En ese sentido, el 25 de mayo se celebró el «Día por la dignidad de las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado en Colombia» y el pasado domingo se realizó la marcha contra el femicidio «Ni una rosa más», con motivo de los tres años de la muerte de Rosa Elvira Cely, quien en 2012 fue violada, torturada, empalada y asesinada en un parque de la capital.

En el ámbito mundial, cifras de la ONU de 2013 muestran que un 35 % de mujeres «ha sufrido violencia física o sexual en el contexto de relaciones de pareja o violencia sexual fuera de relaciones de pareja».

 

Imagen : www.eldiario.es