?Armémonos. Tenemos el derecho de hacerlo por la naturaleza y también por la ley. Mostremos a los hombres que no les somos inferiores ni en virtudes ni en coraje?.
Théroigne de Méricourt: la ?amazona de la revolución? nació en Harcourt, Luxemburgo, en 1762, y acompañó, desde mediados de 1789, las sesiones de la Asamblea, primero en Versalles y luego en París.
La crónica de su vida fue una sucesión de cuadros entre el teatro, la aventura, la pasión y la melancolía.Théroigne pertenecía al ala de centro de los girondinos y propuso la formación de batallones femeninos.
Esta propuesta representa la fórmula de su igualitarismo, que no es meramente la extensión de una facultad hasta el momento solo asignada al otro sexo, sino el resorte de los cambios que suprimirán la ?vergonzosa nulidad? que las mujeres sufren por culpa de la opresión masculina, esa ?esclavitud? favorecida por la postergación de sus legítimos derechos. De los dos atributos de la ciudadanía : la participación en la representación política y el derecho-deber de armarse en defensa de la nación, Théroigne ignoró el primero, pero insistió en el segundo, uniendo fervor, poesía y teatralidad en el reclamo. Fue la única de las grandes agitadoras que convirtió su apariencia vestimentaria en un significante identitario, una singularidad programática y un manifiesto de acción : cuando, al término de su discurso, exhorta a abrir ? una lista de amazonas francesas?Esa alusión mitológica es la expresión de deseos que la revolución dejó insatisfechos.
Murió en un manicomio, olvidada.