El gran vaciador

RODOLFO POUSÁ: DEL SUEÑO DE LA “BBC ARGENTINA” A VACIAR TÉLAM ( OTRA VEZ)

Los 354 despidos en Télam anunciados esta semana por el ministro Hernán Lombardi en una entrevista radial pusieron al funcionario en el centro de la escena. Sin embargo hay otro actor relevante en este conflicto con un pasado tan coherente como oscuro: el director de agencia, Rodolfo PousáResultado de imagen para rodolfo pousa                                          Imagen : La Izquierda Diario

Designado al frente del medio de comunicación estatal ni bien asumió Mauricio Macri la presidencia, se lo presentó como un periodista de trayectoria que iba a devolver a la agencia su profesionalismo e iba acabar con la supuesta lógica de ser una herramienta de la propaganda oficial.

El primer intento de vaciamiento

Su currículum da cuenta que desde 1971 trabajó en Canal 11Canal 9 y América. Entre 1983 y 1992, fue gerente de noticias de Canal 13 y también ofició de corresponsal para medios extranjeros.

Desde el 2000 y hasta principios de 2002 Pousá fue el coordinador ejecutivo periodístico (nombre que tenía entonces el cargo máximo) de Télam. Llegó a ese lugar designado por el gobierno de la Alianza que presidía Fernando De la Rúa y al asumir declaró a Página/12: “Lo que tengo por delante es un desafío que me gusta: convertir un medio oficial, que ha estado muy relacionado con los gobiernos de turno, en un medio pluralista e independiente”.

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Sin embargo estando ya en funciones, el 30 de mayo del 2000, La Nación publicó un artículo en el que señalaba que -en el marco de un plan de ajuste y ahorro fiscal- se pondría en venta el edificio de la agencia ubicado en Bolívar 531, además “habrá un registro de retiros voluntarios y se cerrará el área de publicidad”. “El secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, no descartó que se dispongan despidos en la agencia, tanto en las áreas de administración y publicidad como en la redacción”, añadía entonces el diario de los Mitre.

Citando a un ministro del gobierno de aquel entonces -pero sin dar su nombre- el artículo explicaba que en realidad la decisión era cerrar Télam pero que tuvieron que dar marcha atrás “por las presiones del corporativismo periodístico… y de algunos políticos, como [Raúl] Alfonsín”.

No obstante, lo que sucedió en aquel momento fue similar a lo que pasa hoy y lo que había pasado en 1996 cuando Domingo Cavallo desde el Ministerio de Economía intentó lo mismo: las y los trabajadores se organizaron para resistir el cierre.

Frente a esto Pousá no pudo ir a fondo con el plan del gobierno aliancista pero si retiró y/o despidió alrededor de 150 personas. Para eso se utilizó un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 20 millones de dólares, que había sido tomado para modernizar la agencia, pero que terminó pagando las indemnizaciones.

Juicio laboral y retorno

Sin pudor, el director actual de Télam decidió hacerle juicio… a Télam por haber sido separado del cargo en 2002. Poco le importó que la suya fuera una designación política (como la de cualquier funcionario de ese rango) y no producto de un proceso de concurso público, elección parlamentaria o entrevista laboral.

Fue así que en 2006 la Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, modificó la sentencia de primera instancia en la causa caratulada “Pousa Rodolfo Ernesto c/Sistema Nacional de Medios Públicos S.E. y otro s/Ley 12.908”. Con ese nuevo fallo se condenó a Télam Sociedad del Estado y al Sistema Nacional de Medios Públicos Sociedad del Estado a pagar 229.476,04 pesos a Pousá en concepto de indeminización.

Durante los años del gobierno kirchnerista el periodista fue también parte del elenco de operadores mediáticos que se sumó a la campaña impulsada por Jorge Latana llamada “#QueremosPreguntar”.

Hacia fines de 2015, con el nuevo gobierno, fue convocado por Lombardi para ponerse al frente de Télam. En marzo de 2016, en una entrevista con Pablo Sirven aseguró que era “absolutamente mentira” que bajo su gestión fuera haber despidos y ajuste. Incluso se atrevió a retrucar: “El sueño con el que llegamos, que tal vez pueda parecer un poco exagerado, es ver si podemos convertir a Télam en una BBC News de la República Argentina”.

Pousá parece no haber tomado nota que si buscaba parecerse a la British Broadcasting Corporation (BBC)debía ampliar cada vez más los servicios de la empresa y por lo tanto contratar más personal. El medio británico tiene 21 mil empleados con lo cual resulta paradójico que en el comunicado oficial en el cual justificaron los despidos se hable de una agencia “sobredimensionada en cantidad de gente”.

También podía optar por un modelo parecido al de la española EFE que cuenta con dos mil trabajadores y trabajadoras solo en España, sin contar las corresponsalías. O Agence France Presse (AFP) que tiene una planta laboral de 2300 personas.

Télam, en cambio, tenía hasta el martes 878. Frente a eso, los 354 despidos suponen la eliminación de casi la mitad de la planta de trabajadores y trabajadoras y se han visto afectados todos los sectores. Aunque, tal como contó el delegado Mariano Suárez, hay “un foco muy importante en el sector administrativo y los compañeros que trabajaban en el control de la pauta publicitaria oficial”.

Esta tarea de contraloría que realizaba la empresa estatal fue progresivamente tercerizada y privatizada  (tal como se intentó en el año 2000), dejando sin tareas a los trabajadores y provocando una pérdida de transparencia en la ya de por sí discutible y discrecional distribución de la pauta gubernamental.

Finalmente, cabe destacar que Pousá llegó planteando que los periodistas de Télam iban a poder “volver a hacer periodismo”. En ese marco resulta paradójico que el año pasado un trabajador haya sido despedido luego de ser reprendido por sus jefes por realizarle una pregunta incómoda al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En la misma sintonía, en mayo de este año fue censurado un cable que hablaba de una causa contra Lombardi y unas semanas después dos trabajadores más fueron echados por emitir un cable sobre la licitación de Lebacs con una interpretación desfavorable para el gobierno.

El modelo de Pousá, igual que hace 18 años, no difiere del programa general del gobierno nacional para el resto del Estado y tiene como corolario reciente el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que supone un ajuste aún mayor. Lejos de las declaraciones públicas cínicas que hablan de “triunfo del periodismo” y “modernización”, el proyecto del macrismo para Télam es el de una agencia reducida a su mínima expresión, liquidando así la posibilidad de un medio público con una agenda alternativa, diversa y federal.