Rescate

La tentaron con un trabajo de promotora en la Costa y cayó en manos de una red de trata

Una tucumana de 22 años viajó en avión para realizar una campaña pero terminó siendo obligada a tener sexo a cambio de dinero. La joven fue rescatada por la Policía bonaerense en San Bernardo, mientras caminaba junto al sujeto que la había llevado.trata rescate tucuman

Durante su cautiverio logró escuchar que la llevarían a un prostíbulo de Mendoza. La joven tucumana tomó valor y una mañana, aprovechando un descuido de sus captores, logró que la policía bonaerense la rescatara de la red de trata de personas que la tenía cautiva.

La chica, cuyo nombre se mantiene en reserva por la índole de la situación que padeció, habría recibido una oferta laboral para realizar trabajos de promociones en la Costa Atlántica. El reclutador le dijo que serían casi tres semanas de actividad y que regresaría a la provincia el 10 de diciembre con chances de repetir la actividad durante el verano.

El 22 de noviembre inició el viaje, según consta en el expediente. Como cualquier chica de su edad, además de ropa, su valija estaba llena de ilusiones. Jamás se imaginó que viviría una pesadilla que le cambiaría la vida para siempre. Tomó un avión con destino a una ciudad de la costa Atlántica -aún no está en claro cuál-, pero en realidad terminó en el infierno mismo de una red que se dedica a explotar sexualmente a jóvenes.

Despertó drogada

Ella se dio cuenta que algo estaba mal cuando la llevaron a San Bernardo, un lugar que no le habían prometido y la dejaron encerrada en un departamento. Terminó de comprender cuál sería su destino cuando un día se despertó mareada con dos hombres en su cama. Allí comprendió que la habían drogado para que mantuviera relaciones sexuales con desconocidos a cambio de dinero.

A los pocos días escuchó de sus propios captores que la trasladarían a Mendoza, donde la obligarían a ejercer la prostitución en un conocido local de esa provincia. Ahí entendió que su vida corría peligro y no le quedaba otra que tratar de huir.

La fuga

No está bien en claro cómo hizo para escaparse de sus captores. Sí se especula que lo hizo aprovechando un descuido de sus captores que, al notar su ausencia, salieron desesperados a buscarla.

La joven, al descubrir que estaban tras sus pasos, llamó al 911 pidiendo ayuda. No dio mayores datos, simplemente dijo que un hombre la perseguía por las calles de la ciudad de San Bernardo. Cuando llegaron a la altura de la avenida Costanera al 2.400 descubrieron a un hombre mayor caminando con una jovencita.

Los policías obligaron a detener su marcha para hacer unas averiguaciones. El hombre dijo que era contador público nacional y manifestó que la joven que lo acompañaba era su sobrina. Pero dudaron de sus dichos, ya que la chica estaba muy nerviosa y con lágrimas en los ojos. Los efectivos la separaron e interrogaron. Les contó que no ese hombre no era su tío, sino el que la había llevado desde Tucumán para ser obligada a ejercer la prostitución.

La joven sostuvo que era drogada para mantener relaciones sexuales con diferentes hombres y expresó que momentos antes de que los policías la encontraran había sido obligada a prostituirse. Los efectivos detuvieron al hombre y la joven fue trasladada al hospital de Mar de Ajó, donde fue asistida por un equipo de psicólogos y personal de la Comisaría de La Mujer.

En el marco de la investigación, se realizó un allanamiento en el domicilio del hombre, donde se secuestró una computadora, documentos, pasajes de avión, de ida y vuelta desde Tucumán a Buenos Aires, una bolsa con medicamentos y sellos de un médico psiquiatra.

En la causa, caratulada como Infracción a la Ley 26.364 sobre Trata de Personas, interviene el Juzgado Federal de Dolores, a cargo de Gustavo Puppo.

La joven ratificó su denuncia ante la cámara Gessel, tal como indican las normas, y en los próximos días arribará a nuestra provincia. Allí será contenida, asesorada y protegida por el Grupo Focal Tucumán y la Fundación María de los Ángeles.

Diferentes casos

“No es la primera vez que una joven de clase media es víctima de una red. Por eso se deben tomar una serie de recaudos para evitar que las engañen. Y acá la figura clave es desenmacarar al reclutador”, dijo Carlos Garmendia, representante legal de la Fundación.

Para el abogado, una persona que recluta a una joven es un conocido de la víctima o de su familia, que le promete de todo con tal de entregarla a una red.

“Sí está claro que tienen distintas estrategias. A las mujeres de menores recursos les ofrecerán trabajos de empleadas domésticas o de niñeras. Pero a las jóvenes de clase media les ofrecen hacerlas trabajar de promotoras o de modelos”, explicó.

Garmendia recalcó que las personas pueden denunciar o solicitar asistencia a: Fundación María de los Ángeles (España 50 de lunes a viernes de 9 a 20), a la oficina de Trata de Personas (ubicada en Don Bosco y Paso de Los Andes) y a las líneas telefónicas 145 y 102.

 

Imagen : La Gaceta