La Otra Voz Digital Directora Marta César
Consagrarán en El Manzano, Córdoba, a la «Campeona de Asadoras por la Igualdad de Género».
Aquel clásico «patrimonio de la cultura machista», el asado, también tiene perfume de mujer. Desde hoy las femeniles habilidades parrilleras pueden demostrarse en el «Certamen Nacional de Asadoras Argentinas», en la localidad cordobesa de El Manzano, situada a unos 40 kilómetros al norte de la capital mediterránea.
La competencia pretende no sólo consagrar a una de las participantes como la nueva «Campeona Nacional de Asadoras por la Igualdad de Género», sino darles lugar a las mujeres para demostrar sus capacidades culinarias, promocionar la comuna de El Manzano, que no llega a los dos mil habitantes, impulsar al pueblo como parte del corredor turístico y declararla «Capital Nacional de la mujer asadora».
La cosa es más o menos así: Las competidoras deberán organizarse en duplas. La asadora por un lado, y su asistente, la fogonera, por otro. Los organizadores entregarán a cada dupla un tablón, dos caballetes, leña (una cantidad moderada que deberá ser bien administrada), y la carne: un costillar, con el matambre y el vacío adheridos. Las participantes decidirán cómo asarán el costillar, completo o despostado. Se dispondrá de un tiempo máximo de cinco horas para realizar el asado, corriendo el tiempo desde el momento en que se dé la orden de encender el fuego.
«Las paricipantes están citadas a las 8hs. A las 9hs se prende el fuego y a las 13hs el costillar deberá estar entregado en el punto de cocción que consideren: a la parrilla con dos chapas, a la estaca o cada una con su técnica. La comisión organizadora les provee un costillar de 18 kilos», explica Fernando Vergara, uno de organizadores. Por su parte, las competidoras deberán acomodar, salar y condimentar la carne según su criterio para conformar al jurado.
Los evaluadores fueron impuestos por el mentor de esta idea, Miguel «Charqui» Alvarado, impulsor del «Certamente Nacional del asador criollo», dos de los cuales son ganadores del precursor concurso y un señor mexicano, radicado en Córdoba hace quince años, dedicado a la investigación gastronómica.
Vergara aclara: «Ellas tienen prohibido tocar el costillar. Habrá veedores que colaboren con el jurado, porque probar entre 25 y 30 costillares se hace difícil. Evaluarán el sabor de la carne y el punto de cocción, higiene y comportamiento de las competidoras, porque se busca la armonía y que crezca la amistad”.
«Las participantes deberán lucir ropas de corte campero o criollo, se puede usar delantal completo o de cintura. Se recomienda especialmente el uso de gorra, gorro o sombrero que eviten la caída de cabellos en la parrilla o mesa de trabajo», aclara la ficha de inscripción del certamen . «
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