El martes se presentaron en el Congreso de la Nación dos proyectos de ley en los cuales se establece, por un lado, la provisión gratuita de elementos para la gestión menstrual y, por otro, la exención del IVA para estos productos. Éstos se suman a otras cuatro propuestas parlamentarias que fueron impulsadas desde el lanzamiento de la campaña #MenstruAcción el 8 de marzo.
El movimiento feminista logró visibilizar y poner en discusión diversos temas en relación a la desigualdad de género como el derecho al aborto, la violencia de género, la desigualdad salarial o la desigualdad en la distribución de trabajos no remunerados. Sin embargo, todavía existe un tema que no ha alcanzado la atención que merece y que en muchos ámbitos continúa siendo un tabú: la menstruación.
“Esta discusión despierta cosas, nos pone a pensar en cuestiones que no se nos hubiesen ocurrido, como por ejemplo ¿cómo hacen las mujeres en situación de calle?”, sostuvo en una actividad el miércoles la diputada nacional Victoria Donda (Libres del Sur) quien presentó los proyectos. No sólo no pueden comprar los productos sino que tienen dificultades para acceder a baños e higienizarse, lo cual compromete su salud. Tampoco se suele pensar en qué ocurre con las mujeres en situaciones extremas, como las inundaciones, donde se suele escuchar que se pide comida no perecedera, colchones, abrigo, medicamentos, pero de tampones y toallitas nunca se habla. ¿Acaso las mujeres dejan de menstruar en estas situaciones?
“Que este tema sea un tabú implica que no circula la información y las chicas no saben higienizarse. Esto genera ausentismo escolar, vergüenza, problemas de salud”, afirmó Lala Pasquinelli del equipo de Economía Femini(s)ta, que fue el que inició la campaña #MenstruAcción. Además señaló que esta iniciativa permite “darle operatividad a derechos que ya están en la Constitución, como el derecho a la igualdad, a la educación, a la salud”.
En el marco del primer paro internacional de mujeres, el colectivo Economía Femini(s)ta lanzó la campaña #MenstruAcción para sumar una nueva demanda a la larga lista de pendientes que existen para alcanzar la equidad de género. El nombre de la iniciativa alude a su objetivo: visibilizar que la menstruación es un factor de desigualdad de género y al mismo tiempo proponer acciones para transformarlo.
“La menstruación no es algo que está por fuera de la realidad de las mujeres y cuando hablamos de pobreza, cuando hablamos de la situación económica esto tiene que estar… hay que pensar que la mayoría de los hogares pobres tiene una jefatura femenina”, expresó Raquel Vivianco, coordinadora nacional de la organización de mujeres MuMaLá (Movimiento Libres del Sur).
Donda sostuvo que “1000 pesos por mujer para una familia pobre es mucha plata, porque no sólo hay una mujer por familia… pensemos por ejemplo en una familia con una jefa de hogar y tres hijas”. En este sentido, Magalí Brosio de Economía Femini(s)ta expuso que “además de ser un tabú, la menstruación es un factor de desigualdad económica que afecta a las mujeres, sobre todo a las de sectores vulnerables”.
La campaña MenstruAcción plantea tres reclamos centrales, de los cuales dos han sido retomados en los proyectos de ley presentados hasta el momento.
El primero sostiene la eliminación del IVA de los productos de gestión menstrual (toallitas, tampones, copa menstrual, ropa interior absorbente, etc.) que según los cálculos que se expusieron durante la presentación de los proyectos representaría el 0,03% de la recaudación anual. Aunque en términos macroeconómicos es ínfimo, a nivel micro es muy significativo.
El segundo exige la provisión gratuita de estos productos en ámbitos educativos de gestión pública, de salud pública, de reclusión de personas y redes de alojamiento diurnos y/o nocturnos para gente en situación de calle. El tercero, que se encuentra pendiente, demanda que se financie investigación, se produzcan datos estadísticos sobre el tema y que exista acceso a la información para que las que menstrúan puedan elegir métodos de gestión menstrual así como la formulación e implementación de políticas públicas.
Hasta ahora se ha logrado la provisión gratuita de preservativos en hospitales públicos o que las obras sociales otorguen pastillas anticonceptivas, pero como es un pendiente el cuestionamiento sobre que no se provean tampones u otros productos de gestión menstrual que son de primera necesidad.
La menstruación está ahí, todos los meses de manera ineludible para millones de mujeres y, sin embargo, no se habla, no se piensa, no se ve. Es hora de que empecemos a hablar de menstruación. Así, sin eufemismos.
*Feminista, socióloga (UBA) y Magister en Ciencias Sociales (Flacso, México)