
La justicia imputó por el delito de «incumplimiento de los deberes de funcionario público» al oficial y al jefe que se encontraban trabajando en la Seccional 22 cuando Pamela y Ramona Gorosito realizaron la denuncia. Las mujeres contaron que Broy había ido a la casa de Ramona, donde Pamela había llegado para pasar Semana Santa, y las había amenazado. Sobre el agresor pesaba una orden de restricción.
Pamela se había separado de Broy hace cerca de un año y se había instalado en Salta con sus dos hijas, después de haber denunciado al hombre, que llegó a estar un tiempo detenido.
Horas después de que las dos mujeres presentaran la denuncia, Broy volvió a la vivienda donde vivía la madre de ambas y disparó. Pamela y Ramona no sobrevivieron; la madre aún pelea por su vida.
La ayudante fiscal Claudia Moreno, que actuó por la denuncia de las mujeres, imputó a Broy del delito de «violación de domicilio en contexto de violencia de género” y ordenó su detención y que se instale una consigna policial en la casa de las mujeres.
Efectivos de la seccional 22, entonces, fueron a la vivienda pero no había nadie.
Pese a que un vecino les dijo que Pamela se había ido a la casa de su madre, los uniformados no hicieron nada: no fueron a verificar dónde se encontraba la mujer ni dispusieron la consigna que había ordenado la ayudante fiscal.