La bulimia y la anorexia son dos enfermedades que se manifiestan cada vez más, sobre todo entre las adolescentes y jóvenes, y que al llegar la época de calor, se incrementan abruptamente, según los especialistas. Las señales a tener en cuenta.
La experta destacó que es `la enfermedad de la imagen`, que aumenta entre septiembre y marzo, que la relación entre mujeres y varones que padecen estos trastornos es 20 a 1 y que «siempre hay un factor que dispara, ellas siempre refieren a una dieta».
Estas enfermedades son más frecuentes en la adolescencia, «pero ahora tenemos chicas cada vez mas chicas, de 11 y 12 años» y «también se da en personas más grandes, hay una investigación de mujeres pre o menopáusicas con trastorno de la alimentación, que en realidad estuvo latente muchos años y en ese momento se desencadena con mucha fuerza», dijo Guelar, directora del Centro de Atención y Prevención La Casita, sobre trastornos alimenticios.
«Con la llegada del calor la preocupación por la figura hace que muchas personas se vuelquen en forma intensiva al gimnasio o a las dietas», y añadió que «este fenómeno estacional es más intenso en el sexo femenino».
«Aparece en la adolescencia pero sabemos que estos trastornos son de inicio en la infancia», acentuó Bello y aseguró que el origen de estos trastornos está relacionado con «la biografía personal, el contexto familiar, los acontecimientos vitales y las presiones socioculturales».
«Hay factores predisponentes que hacen que algunas personas sean más vulnerables a desarrollar un trastorno debido a sus características individuales y a las situaciones familiares y sociales que viven», enfatizó.
La adolescencia es un momento de toma de decisiones, de una cuestión emocional donde se está definiendo la identidad y cuando los chicos están más perdidos, entonces lo desplazan al cuerpo, «como no puedo controlar todo lo que pasa a mi alrededor, entonces controlo mi cuerpo», dijo Guelar.
Las expertas coinciden en que los trastornos alimenticios se pueden tratar exitosamente y se puede restablecer un peso saludable, y señalaron la importancia de que cuanto más pronto se trate es más probable que haya mejores resultados.
«El gran error que se comete -continuó- es creer que las personas caen en esta enfermedad por gusto; el punto entonces es entender que el tema pasa por cómo las personas van manejando las distintas experiencias de la vida».
En este sentido, aseguró que «con prohibiciones o retos no se cura; requiere de un tratamiento integral que consta de nutricionista, psicólogo o psiquiatra y equipo médico, para que pueda existir un buen diagnóstico».
Bello precisó que muchas veces, los pacientes niegan que tengan un trastorno en este sentido, «argumentando que no pueden comer porque se atragantan con la comida y tienen miedo de ahogarse, o dicen que comen bien, que les encanta comer, a pesar de que tienen poco peso».
«En las bulimias -añadió- también les cuesta mucho aceptar los síntomas y cuando uno les da el diagnóstico algunas veces lo reconocen y otras veces simplemente lo niegan».