El personaje de la semana: la mujer que luchó para que sus hijos permanezcan en el país y lo logró

Se casó en Alemania y tuvo a sus dos niños en aquella nación. La familia, siguiendo su proyecto de vida, se instaló en San Rafael. Pero su esposo volvió a Europa y reclamó a sus hijos.

Cecilia Ferraro tiene 37 años. A los 30 vivió por primera vez la experiencia única de estar embarazada. Luego, cuatro años después, tendría la oportunidad de repetir ese momento. Tuvo a sus dos hijos en Alemania, junto a su esposo, nativo de ese país. Ella había viajado para hacer un posgrado y allí se conocieron. Tenían un proyecto de vida común, que era el de volver a Argentina y radicarse en San Rafael. Y así lo hicieron.

Pero un año después su esposo decidió volver a Europa. Ese fue el punto en el que empezó, en 2012, el calvario por la tenencia de los niños, que hasta ahora ha tenido un final feliz para la mamá y los pequeños porque la Justicia rechazó el pedido de restitución de los niños a favor del padre. Él, desde Alemania, inició una demanda por la restitución de los niños.

Esta semana Cecilia se convirtió en un personaje destacado porque el martes se conoció la sentencia de la jueza de familia Mariana Simón, quien falló a favor de la mamá y de que los dos hijos de la pareja siguieran viviendo en Argentina.

En el expediente, la jueza reconoció que “la pareja tenía un proyecto de vida que empezó en 2005 y contemplaba residir permanentemente en Argentina”. El abogado de Cecilia, José Andrés, dijo a UNO San Rafael tras el fallo que “no debería haberse demorado tanto porque estaba más que claro que el matrimonio viajó a Argentina con la idea de establecerse en San Rafael”.

Dentro de la sentencia la magistrada le exigió a Cecilia, bajo apercibimiento legal, “que se aleje de los medios de comunicación y evite hablar de la situación legal que tiene con su esposo”. Ella había dado a conocer públicamente su caso y hasta recurrió a la Secretaría de Derechos Humanos, frente a la posibilidad de que se llevaran a los niños.

Pese a la sentencia favorable, desde el entorno de Cecilia dejaron saber que ella no está tranquila con la resolución porque es fácilmente reversible y que seguramente se va a apelar desde la otra parte. Pusieron énfasis en que el problema de fondo es que no hay jurisprudencia sobre el tema y que el caso ha estado mal enfocado porque la mamá no se robó a los niños y tampoco los está reteniendo de forma ilícita. “No se habla del arraigo de los chicos en San Rafael ni de que el padre vino con ella”, dijeron.

Un proceso desgastante
Largo, desgastante y con todo en contra. Así fue el proceso que desde 2012 llevó a Cecilia a litigar en la Justicia para luchar por sus hijos. Tuvo, en estos dos años, el apoyo de su familia e incluso la recibió el gobernador de la provincia, Francisco Pérez. Hubo un punto de quiebre que hizo que la sentencia fuera a su favor, pese a las lagunas judiciales.

Mucho antes de que se conociera la sentencia y en medio de la incertidumbre y el dolor de que pudieran quitarle sus hijos, Cecilia habló con distintos medios y contó su historia.

Cecilia conoció a Moritz, su ex esposo, en Alemania, cuando cursaba un posgrado y en el 2005, con la idea de radicarse en la Argentina, se casaron en ese país europeo. Sus dos hijos, una nena que actualmente tiene 7 años y un varoncito de 3, nacieron en el país europeo.

Apenas nació el menor decidieron venir a Argentina. Antes de hacerlo ya habían comprado una finca en El Usillal y construido una casa, con un terreno regalado por el padre de Cecilia a su hija, en Las Paredes.

En el 2011 se instalaron en el país, ella empezó a ejercer como contadora pública y Moritz, mientras buscaba trabajo como docente, colaboró en el estudio de agrimensura del papá de Cecilia.

Después de conseguir un año antes banco en un colegio privado para la mayor, compraron los uniformes del colegio y empezaron a disfrutar del lugar que juntos habían elegido para vivir. Sin embargo, en marzo del 2012 todo cambió. El esposo de Cecilia dijo basta y quiso volver a su país de origen.

La inseguridad y otras situaciones fueron excusas para amenazar y decirle a su esposa que “se iba a Alemania y que lo tenía que acompañar”, según confió a Diario UNO, el letrado de Cecilia, José Andrés, quien señaló: “Fue en un mensaje escrito que recibió en el teléfono Cecilia”.

Ante la negativa de su mujer, Moritz emprendió viaje a Alemania, donde consiguió trabajo y alquiló un departamento fraguando la firma de su ex mujer, según consta en el expediente judicial. La pareja nunca invirtió un solo peso en ese país porque el plan –según Cecilia Ferraro– fue siempre radicarse en San Rafael.

En este contexto, en agosto del 2012 Cecilia recibió la peor noticia. Su marido, vía el Ministerio de Relaciones Exteriores, inició la demanda por “restitución urgente de los niños”, según norma en el Convenio de La Haya.

La demanda fue notificada por el primer Juzgado de Familia en San Rafael, a cargo de la jueza Mariana Simón, que después de dos años estaría en condiciones de dictar sentencia, que se conoció esta semana.

En este escenario, al que el abogado de Cecilia tildó de “terrible”, existía la posibilidad de un fallo adverso contra los intereses de su defendida y que la Justicia ordenara que los chicos viajen a Alemania sin tener que esperar por una apelación.

Para Cecilia y su letrado siempre estuvo claro “que en ningún momento se retuvo a los chicos, porque la idea fue siempre vivir en la Argentina”, y agregaron: “Es así, el padre inició los trámites de residencia y hasta gestionó el documento de identidad”.

Cecilia, temerosa de un fallo en contra, había recurrido a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que le pidió los antecedentes a la Justicia mendocina para seguir de cerca el caso.

“Tengo mucho miedo”, decía, antes de conocer la sentencia del martes. Temía que si los pequeños volvían a Alemania y no pudiera verlos nunca más.

Así de dramática fue la situación que vivió esta mamá durante dos años hasta que, finalmente, el martes pasado se conoció la sentencia judicial a su favor, aunque esto, de todas maneras, no deje tranquila a la mujer, que teme que sea apelada con facilidad.

Caso testigo: el niño que fue restituido a su padre en Miami

No todos los casos son iguales, pero la disputa internacional por los hijos ha tenido más de una situación diferente. En 2011, según un relevamiento que hizo Mariana Carabajal en Página 12, la Corte Suprema de Justicia ordenó la restitución de un niño de casi tres años a su padre, que está radicado en Miami.

La periodista recordó que la madre, que también vivía allí, había viajado a la Argentina con el pequeño con el consentimiento del padre por cinco meses, pero se quedó en el país. El máximo tribunal invocó el Convenio de La Haya de 1980 sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores, que establece un mecanismo de reintegro ante el traslado o la retención que merezcan la calificación de ilícitos, carácter que se asignó a la conducta de la madre. Pero al mismo tiempo destacó que se trata “de una solución de urgencia y provisoria”. La sentencia, con fecha 21 de diciembre de 2010, exhortó a ambos padres “a colaborar en la etapa de ejecución de sentencia, a los efectos de evitar al niño una experiencia aún más conflictiva” y reclamó a las instancias judiciales que lleven a cabo “la restitución de la manera menos lesiva para el niño y en condiciones que minimicen los eventuales riesgos”.

Caso emblemático: Gabriela Arias Uriburu y una batalla de largo aliento
Sin dudas, el caso emblemático de litigio internacional por la tenencia de los hijos de una pareja es el de Gabriela Arias Uriburu. El 10 de diciembre de 1997, su marido secuestró a los tres hijos de ambos para llevárselos a Jordania, país de donde era nativo.

El caso tuvo un aditamento diferente dado que Gabriela tuvo que luchar contra una cultura musulmana que le da un pobre lugar a la mujer.

Tras ocho años de litigio, en 2005 firmó un acuerdo en Jordania. Entregó la custodia de sus hijos y cerraron las causas judiciales. Así consiguió tener un vínculo diario con sus hijos por vía telefónica. Incluso los chicos pudieron viajar a Argentina a visitarla y ella también viajó a Jordania y pudo vivir con ellos mientras el padre estaba de viaje. “La historia de mis hijos me enseñó que el niño necesita crecer en contacto con sus dos padres. Y que no se debe jugar una cuestión de propiedad sobre ellos. A mí me llevó bastante tiempo procesarlo. No hay que utilizar el territorio de los chicos como campo de batalla. Es durísimo tenerlos lejos. Pero cada vez que me levanto sé que están conmigo. Aprendí que ellos tienen una madre en la Argentina, no que no tienen madre”, dijo en declaraciones a la prensa.