Comenzó la fiesta

El Carnaval en Salta

El Carnaval es la fiesta de la alegría y del desenfreno; es la fiesta por antonomasia, pues con denominación diversa y características distintas aparece en todas las épocas y culturas del mundo. De alguna forma, el carnaval puede representar cierta alteración del orden que organiza la sociedad durante el año; donde las jerarquías y los roles se confunden. Y en nuestra tierra la fiesta toma características propias que la identifican. Esta cultura tan particular es depositaria de la memoria colectiva de los pueblos.copleras

Patrimonio Inmaterial

El carnaval como fiesta popular y patrimonio inmaterial, encarna formas de vida vivas de la comunidad en las que se dan y generan un sentimiento vivo de continuidad. Es raíz esencial de identidad profundamente vinculada al pasado, pero también al presente.

Es la unión de transmisión cultural y de comunicación intergeneracional: las culturas y sus diversas formas de expresión están en continua evolución.

La noción de patrimonio cultural, como desde hace tiempo rescata en diversos programas y documentos la Unesco, se ha ampliado significativamente desde los Monumentos a los Bienes Culturales, desde los Objetos a las Ideas, de lo Material a lo Intangible, desde los Histórico-Artístico a las formas de vida relevantes y significativas culturalmente. Actualmente se considera el valor simbólico de los distintos referentes y elementos patrimoniales, el patrimonio como expresión de la identidad, y ésta como la asunción de la tradición y una continuidad generacional particular: la herencia cultural.

En muchos lugares el carnaval se emparenta con los ritos precolombinos y propiciatorios de las cosechas o las deidades de la tierra que se realizaban mucho antes que se denominara como tal a esta fiesta.

El “jugar con agua” en carnaval alude a una intención purificadora, tal como ocurre en ceremonias bautismales y de exorcismo, donde el líquido elemento cobra poderes de desencantamiento o prodigios mágicos.

Los bagualeros y bagualeras, que siempre son actores del carnaval en las carpas y fondas, llevan a cabo un importante trabajo de recuperación y revalorización de la música que realizan.

Son cantores que, acompañados por un instrumento de percusión llamado caja, cantan bagualas, término que proviene de bagual, el potro no domado. Esta particular modalidad del canto, de texto de origen español y música americana, es la de mayor vigor y vigencia entre los pueblos del Noroeste Argentino. El carnaval vive en las carpas, en la danza, las máscaras, el disfraz y en el juego con agua, harina o pintura.

El “Pujllay” y el entierro del carnaval

Según la creencia, el “Pujllay” habita en las profundidades de la tierra, reina en las tinieblas, es el que controla las fuerzas naturales que origina la “madre tierra o pachamama”, que todo lo da y todo lo produce.carnaval-salta_th_2

Cuentan que hay que liberarlo una vez al año durante algunos días, nada mejor que el carnaval, y para cumplir con este rito se recurre al “Desentierro” para que comience la fiesta, y al “Entierro”, cuando todo termina, esos son los momentos antagónicos, el comienzo con alegría y risa y el final con llanto.

Se cava una fosa donde se recuesta al “Pujllay” -muñeco que simboliza al carnaval- se canta, se grita, se llora, al mismo tiempo que se echan frutas y todos los obsequios recibidos para garantizar que ha de duplicarlos en el próximo aniversario de alegría. Luego cesan los llantos.

Se trata de retrasarlo con mil pretextos, pero el domingo siguiente al miércoles de ceniza se lo hace por fin. Se hace generalmente en las afueras de los poblados, en un suelo sombreado por algarrobos o en un Martes de carnaval en un corso del Valle de Lerma, como es el caso del ritual que viene haciendo desde hace décadas el municipio de Rosario de Lerma con el última día de corso, “Encuentro de Brujos” y “Entierro del Carnaval” y “Quema del Pujllay” en la misma avenida donde desfilan las agrupaciones.

Para la ocasión el Pujllay antes que comience el corso desfila con los brujos de las comparsas en una cama de albahaca con una caja bagualera en la mano. Luego, al final de la fiesta, el carnaval que fue levantado desde un pozo como representación del desentierro, a través de la figura del Pujllay, es quemado y enterrado hasta el próximo año, cuando vuelva a celebrarse el rito. (Por Javier Ricardo López).

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