?Francesa, artista y sin trabajo, he aquí lo que soy?Nacida con el coraje de una romana y el odio a los tiranos, me consideraría feliz de contribuir a su destrucción. ¡Que perezca hasta el último déspota!?
Claire Lacombe, que algunos historiadores designaron como Rose, nació en Pamiers en 1765, fue actriz teatral en diversas ciudades de provincia y se instaló en París en 1792.
Se presentó a la Asamblea con el mismo objetivo que Théroigne : proponer la formación de batallones femeninos, y lo hizo, tal como su antecesora, vestida de amazona. El reverso de esta impetuosa entrada en escena será su cruenta salida de ella, radiada por un castigo tan ejemplar como indecente : fue apaleada por las mujeres girondinas.
Claire adelantó una sistemática campaña contra los girondinos, junto a sus compañeras sans-culotte, el ala más radical de la revolución francesa, en vinculación con un medio militante, el del grupo de los Enragés ( iracundos) que constituyó el núcleo más duro e intransigente de la revolución.
La secuencia que va de Olympe, oscilando entre la República y la monarquía constitucional Théroigne, amazona girondina que exige la creación de batallones femeninos, y claire, la jacobina sans- culotte, fue la misma secuencia que siguió la revolución, desde su estallido inicial, democrático, hasta su radicalización jacobina y luego la defenestración de Robespierre, el Termidor y Napoleón Bonaparte.
Claire Lacombe y los crecientes reclamos de participación femenina surgidos de los medios populares son una expresión de esa fermentación que tiene una representación adecuada en las ? Ciudadanas Republicanas Revolucionarias?, una organización cuyos lazos con los demás clubes dentro de una estrategia general de reclamo por las subsistencias, propaganda antiaristocrática y defensa nacional, la hace menos encuadrable en las corrientes del feminismo..Es más la rama autónoma de los san- culotte, es decir, como sans- culotterie femenina?
Lo propio de Claire fue la intransigencia de género : no solo las mujeres, después de conquistar el uso de la escarapela patriótica, debían apropiarse del viril gorro frigio : también, arengaba, debían armarse de picas y puñales y servirse de ellos abandonando a los hombres las tareas de costura.
Quince meses de cárcel, dieron cuenta de tanta provocación. Fue en ese lapso cuando se libraron las últimas batallas de las sans- culotterie parisiense y tuvo lugar el postrer impulso activador de su componente femenina. El poder, alarmado de tanta incurable turbulencia, criminalizó en adelante cualquier conato de manifestación política de las mujeres?
Cuando Claire salió de la prisión, debió aceptar la mutación de las condiciones: el jacobinismo estaba extinguido y la identidad femenina dentro de él, doblemente prescripta y amenazada. El ocaso del movimiento sans- culotte a partir de fines de 1793 significó también el final de las grandes movilizaciones femeninas y el comienzo de la reacción. El 20 de Mayo de 1795 se les prohibió asistir a las sesiones de la Convención y cuatro días después, concurrir a cualquier asamblea política e incluso participar en manifestaciones callejeras de más de cinco personas. Claire, que antes había marchado hacia la conquista, ahora volvió a su rutina de actriz teatral.
*Mujeres que revolucionaron el mundo. Publicación Convergencia de Izquierda, CABA, 2010.
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