La lucha de las mujeres por su emancipación

ALGUNOS RASGOS DE IDENTIFICACIÓN DEL FEMINISMO EN AMÉRICA LATINA

La historia de las mujeres es la historia de las luchas por sus derechos. Pero, ha sido difícil-continúa siéndolo-ahondar en la historia de las mujeres, sobre todo, las mujeres latinoamericanas y del Caribe, cuando han sido mediadas por el relato patriarcal masculino y desde allí, narradas por su relación con los hombres, como esposas, hermanas, madres, amantes.

»AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE : LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN »ESPACIOS TRADICIONALES»

Algunos rasgos de identificación del feminismo en América Latina

Es llamativo que, en días de celebración  por nuestra independencia, las mujeres no sean recordadas y homenajeadas como constructoras de nuestra Patria-Matria. Manuela Pedraza, Juana Azurduy, Juana Moro de López, María Loreto Sánchez Peón, Macacha Güemes, Mariquita Sánchez de Thompson, María Remedios del Valle, entre muchas otras, fueron rescatadas de la omisión de la historia tradicional, por investigadoras que escrutaron y organizaron los hechos históricos en nuestro territorio, a partir de la perspectiva de género.
Como costureras, lavanderas, cocineras, proveedoras de alimentos, espías, o en el campo de batalla, estas mujeres, permanecieron atravesadas por las cuestiones de género, clase y raza, más allá que los procesos independentistas, determinarían estructuras sociales que permitirían dejar atrás, los presupuestos colonialistas con una incipiente autonomía de las mujeres.
Los ‘’espacios tradicionales’’ que menciona Mónica Tarducci, en »Feminismos y Movimientos de Mujeres en América Latina»(1-17)que habitaron y habitan las mujeres: luchas independentistas, partidos y movimientos políticos, movimiento estudiantil, organizaciones armadas, organizaciones sindicales, fueron -en muchos casos continúan siéndolo-el territorio al que las mujeres ingresaron, no tanto como producto de un proceso emancipatorio feminista, sino, por imposición y necesidad del sistema imperante en cada momento.
Las luchas por la independencia, en Latinoamérica y el Caribe, generaron, con algunas excepciones, la restauración de la sociedad patriarcal y un Estado, con gobiernos conservadores, liberales, cuando no, oligárquicos, en que el rol fundamental de las mujeres, sin distinción de clase y raza, fue limitado a la gestión de las tareas domésticas, a la producción y al rol de hembras para la reproducción. Sabemos que las violencias, inscriptas en los cuerpos de niñas y mujeres diversas, actúan como disciplinamiento del patriarcado, cuando éstas, se corren de las normas arbitrarias, impuestas por la cultura.

Como movimientos comunitarios, contrahegemónicos, contraculturales, los feminismos, se proponen cambiar un sistema de explotación y subordinación para romper las estructuras del Contrato Social, que operan con la ideología mujer-esfera doméstica, para regular la admisión de las mujeres en los espacios públicos.
La violencia, fue la respuesta constante a los intentos de emancipación de las mujeres. En Europa, se enviaba al cadalso a las mujeres que se oponían al orden social establecido, en Latinoamérica, como continuación del genocidio comenzado en 1492,los invasores, violaban y asesinaban a mujeres indígenas que se rebelaban contra el dominio español .Cómo no recordar a Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, Micaela Bastidas.
Las mujeres, no fueron consideradas como sujetas de ciudadanía plena.La irrupción de las ideas socialistas y anarquistas, llevaron a las mujeres a fundar diarios de tirada irregular, para reflexionar sobre sus derechos, en algunos casos, sobre sus cuerpos y sexualidad.
La educación, la información, fue la estrategia de los feminismos en pos de lograr la igualdad de derechos.
Es en el siglo XX, en que los movimientos feministas comienzan a consolidarse. Junto a las luchas sufragistas en Latinoamérica, se organizan huelgas de trabajadoras, luchas para ingresar a las universidades. En América Latina, el primer país donde las mujeres obtienen el derecho al sufragio fue Ecuador (1929) y el último, fue Paraguay (1961).
El derecho al voto, fue solo un paso. Más tarde, los feminismos, comenzarían a problematizar la desigual división del trabajo, sobre todo en el ámbito doméstico,el derecho al goce sexual, la feminización de la pobreza.
En América Latina, el feminismo de los años ’70,al calor de las revoluciones, será radical, político y profundamente comprometido con la lucha por sus derechos y con los movimientos de emancipación política y social.

En el siglo XIX, fueron las mujeres, protagonistas de las luchas independentistas, quienes se enfrentaron a las estructuras colonialistas. En sociedades, que comenzaban a incorporar las ideas contractualistas, que atribuían a las mujeres de la élite, las condiciones de obediencia, delicadeza, emocionalidad, gracia y belleza. Y a las mujeres populares, negras, mestizas, indígenas, la obediencia, contracción al trabajo. La transversalización de la raza, clase y género, siempre estuvo presente.Y el destino biológico de la reproducción, también.
El espacio público, el de la razón, el poder, la ley, se atribuyó a los varones.
En un artículo, publicado en Venezuela,( v.12 n.28) Francesca Gargallo, afirma ‘’ Las mujeres se reconocen en su historia, pero el mayor conflicto en la construcción del relato de América Latina es que en este continente, no se elabora la muerte del noventa por ciento de la población originaria al inicio de la occidentalización de su historia. La teoría feminista latinoamericana no arranca de los saberes indígenas y muy pocas mestizas se reconocen en su historia, prefiriéndose occidentales que indias, blancas que morenas, genéricamente oprimidas que miembros de una cultura de la resistencia’’.
Quizás sea esa, una de las razones, por las cuales, el relato dominante, recogió el nombre de algunas mujeres que se atrevieron a desafiar al sistema, y olvidó los nombres de otras. No es casual, que los nombres que trascendieron a los tiempos, sean los de mujeres, mayoritariamente ,integrantes de las clases sociales acomodadas.
Uno de los componentes del constructo social de América Latina durante los siglos XIX y gran parte del siglo XX, ha sido la religión católica, como custodia de verdades absolutas e íntimamente relacionada a la idea patriarcal de Dios Padre que decide sobre la vida de todos y todas.
A medida que fue avanzando la organización institucional de Latinoamérica y el reconocimiento de derechos, la concepción de la religión católica como ordenadora de la vida pública y social se fue profundizando, como si los presupuestos del Medioevo no hubieran sido superados.
Hacia los años ’60,’70, en un contexto mundial de ruptura de paradigmas, Mayo Francés, profundización de la guerra fría entre EEUU-Rusia, avance de Rusia sobre países del Este, matanza de Tlatelolco en México, invasión de marines estadounidenses a Santo Domingo, iglesias permeadas por la Teología de la Liberación, golpes de Estado militares financiados por la CIA, movimientos sociales, políticos, estudiantiles, gremiales que enfrentaban a las dictaduras, las mujeres, no solo, volverán a ser protagonistas de la ebullición latinoamericana y del Caribe, sino que pondrán en discusión las cuestiones de género, clase y raza y otras formas de habitar el cuerpo y la sexualidad, como el lesbianismo.

 Resoluciones del Primer Congreso Feminista en México,1923

Las Resoluciones tomadas por el Primer Congreso Feminista, convocado por la Sección Mexicana de la Liga Panamericana para la Elevación de la Mujer, del 20 al 30 de mayo de 1923, se constituyen como el más revolucionario programa feminista de gobierno del que haya tenido conocimiento. El abordaje de los tópicos, es de una profundidad y subversión ,no solo semiótica, sino política, que siento, goza de plena vigencia, a casi un siglo de redactado. Pese a los avances en igualdad de derechos, estas Resoluciones nos enfrentan al hecho irrefutable, de todo los que nos falta conseguir. Nos mueve la Ética Feminista, porque, como dice Amelia Valcárcel (1997,146)»En medio del feminismo todavía brilla la brasa de su soplo originario, esa chispa incandescente moral y teórica, que lo nuclea alrededor de la idea de igualdad con más fortaleza que ningún otro movimiento conocido. Y la idea de igualdad es una de las ideas más potentes de la tradición política»

Resoluciones del Primer Congreso Feminista (Mexico, 1923)

»La Política de las Mujeres,Valcárcel,Amelia,Ediciones Cátedra SA,1997,Madrid

Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, v.12 n.28 ,Caracas. jun. 2007