Género y desigualdad

Violencia laboral: las prefieren lindas y sin hijos

Así lo demuestra una encuesta de la Dirección de la Mujer del Gobierno porteño, realizada a 600 mujeres de 18 a 65 años. El 44,6 por ciento de las consultadas sufrió acoso sexual; y un 34,8 por ciento fue humillada o despreciada en su trabajo. También se reflejó que las mujeres más pobres están expuestas a situaciones de discriminación y que para ellas la maternidad es una barrera de autonomía laboral.violencia-laboral-contra-las-mujeres

“¿Alguna vez sus derechos no han sido respetados por el hecho de ser mujer?”. De un total de 600 porteñas trabajadoras consultadas, 259 respondieron que sí. El dato se desprende de una encuesta del Programa de Estudios de Opinión Pública de la Universidad Abierta Interamericana, realizado en marzo de este año, sobre casos analizados por la Dirección de la Mujer del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El trabajo, que puso en cifras el tema de la violencia laboral en territorio porteño, fue publicado en “Mujer y trabajo en la Ciudad de Buenos Aires, percepciones y experiencias acerca de la discriminación y la violencia laboral”.

Comentarios inapropiados, toqueteos, insinuaciones, distintas formas de acoso sexual: el 44,6 por ciento de las trabajadoras consultadas las sufrió en algún momento. Un 34,8 por ciento fue humillada o despreciada en el trabajo ante colegas u otras personas. Es decir, ocho de cada diez mujeres.

La encuesta cruza la información recolectada con distintas variables como la edad y la situación socioeconómica de aquellas trabajadoras de entre 18 a 65 años que respondieron el cuestionario de manera telefónica. El objetivo del análisis y los ejes que desarrolla pretenden constituirse como aportes para el diseño y la formulación de políticas y programas con perspectivas de género destinados a promover la equidad en el mundo laboral.

El 53,2% de las mujeres de bajo nivel socioeconómico sintió sus derechos vulnerados, mientras que el 27,1% de las mujeres con mayor poder económico contestaron de la misma forma. “La diferencia de 25 puntos entre los dos extremos nos lleva a pensar que nuevamente la falta de recursos resulta determinante, colocando a las mujeres en una posición de mayor vulnerabilidad ante situaciones de discriminación”, señala el reporte.

Estar lindas ante todo

Siete de cada diez mujeres consideran que se les exige tener una mejor apariencia física que a los varones en el ámbito laboral. Esto es el 70% de las encuestadas. La respuesta cruza a todas las clases sociales.

El 76 por ciento de las porteñas piensa que los hombres tienen más posibilidades que las mujeres para ascender a cargos de mayor jerarquía. No es una idea o una percepción: al 23,4 por ciento le impidieron ascender a un cargo más alto por ser mujeres.

Empleo y familia

El 68,2 por ciento de las mujeres encuestadas considera que tener hijos/as resulta un impedimento a la hora de conseguir empleo. Las diferencias de clase pesan y lo sufren las más pobres, en tanto para el 71,5 por ciento de las mujeres de sectores bajos la maternidad es una barrera a su autonomía laboral. A dos de cada diez le reprocharon, en la cara y con panza, un embarazo. Eso es el 19, 9% de las encuestadas. Mientras que a un 16,2 por ciento no le mantuvieron su puesto después de volver de una licencia por maternidad.

El informe demuestra que hablar de mujeres y trabajo es, todavía, hablar de desigualdad. Sin embargo, hay avances, que muchas veces tienen que ver con los organismos de derechos humanos y las propias mujeres que dan batalla por la igualdad. Hace poco la Corte de Justicia de Salta ordenó a las empresas de transporte de la provincia que deje de discriminar a las mujeres que quieren ser conductoras de ómnibus. Un año atrás la Corte Suprema revocó una sentencia donde ese tribunal había rechazado el pedido de la mujer para ser colectivera. La Justicia ordenó que haya un cupo femenino al frente del volante. La lucha la encabezó Mirtha Sisnero que tardó siete años en conseguir lo que reclamaba.

 

Imagen : www.marmorinforma.mx