La expresidenta de Brasil afirma haber sido víctima de una «gran injusticia»
La ya expresidenta de Brasil Dilma Rousseff ha denunciado este miércoles que se ha cometido una «gran injusticia» al ser destituida con un ‘impeachment’ siendo inocente, en lo que ha calificado como un «golpe de Estado», el segundo que sufre en su vida, que ha prometido combatir.
«Hoy el Senado ha tomado una decisión que entra en la historia de las grandes injusticias. Los senadores han votado a favor del ‘impeachment’. Han decidido romper la Constitución . Han condenado a una inocente», ha dicho en el discurso que ha pronunciado desde el Palacio de Alvorada, residencia oficial, para despedirse de los brasileños.
Rousseff ha sostenido que sale de la Presidencia como entró: «sin haber cometido ningún acto ilícito, sin haber traicionado ninguno de sus compromisos, con dignidad y llevando en el pecho el mismo amor y admiración por los brasileño».
«He vivido mi verdad. He dado lo mejor de mí misma. No he huido de mis responsabilidades. Me emocioné con el sufrimiento humano, me conmoví con la lucha contra la miseria y la infamia, y combatí la desigualdad», ha destacado.
Rousseff ha denunciado que se ha producido un «golpe de Estado» perpetrado por «políticos que buscaban desesperadamente escapar del brazo de la Justicia» y «los que habían sido derrotados en las últimas elecciones».
Se trata –ha explicado– de «un golpe parlamentario» ejecutado con «una equivocada elección indirecta en la que 61 senadores han sustituido la voluntad expresada por 54 millones de votos en las urnas» y, en consecuencia, «un fraude».
«Es el segundo golpe de Estado que sufro en mi vida. El primero fue el golpe militar, apoyado en la fuerza de las armas, la represión, la tortura. Me alcanzó cuando era una joven militante. El segundo llega hoy por medio de una farsa jurídica que me echa del cargo para el que fui elegida», ha lamentado.
«Fuerzas reaccionarias»
Rousseff ha advertido de que su Gobierno será sustituido por «una poderosa fuerza reaccionaria y conservadora» que «va a adueñarse de las instituciones del Estado para ponerlas al servicio del liberalismo radical económico y del retroceso social».
«El golpe no ha sido contra mí», ha subrayado, «esto es solo el comienzo». «El golpe va a afectar igualmente a cualquier organización política progresista y democrática. Es contra los movimientos sociales y sindicales que luchan por los derechos en todas sus acepciones», ha alertado.
En concreto, ha destacado que el Senado ha puesto fin al primer mandato presidencial de una mujer. «Es un golpe misógino», ha afirmado. «Las futuras generaciones de brasileñas sabrán que la primera vez que una mujer asumió la Presidencia el machismo mostró sus fauces», ha lamentado.
Una nueva lucha
La líder izquierdista ha subrayado que va a recurrir el ‘impeachment’ «en todas las instancias posibles». «Ellos piensan que nos han vencido, pero están equivocados. Sé que todos vamos a luchar. Seremos la oposición más firme, enérgica e incansable que un Gobierno golpista pueda sufrir», ha aseverado.
Rousseff se ha mostrado segura de que «esta historia no acaba así». «Este golpe de Estado no es definitivo. Volveremos, y volveremos para seguir con nuestro camino hacia un Brasil en el que el pueblos sea soberano», ha augurado.
«En este momento no pienso decir adiós. Tengo la certeza de que puedo decir hasta luego» porque «en mi vida he dado buenos combates», ha concluido.
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