Miles de peregrinos que esperaban hoy la llegada del papa Francisco en la playa de Copacabana de Río de Janeiro se encontraron con una sorpresiva manifestación de hombres vestidos con ropa femenina y mujeres semidesnudas que protestaron contra el rechazo de la Iglesia católica al aborto y las uniones entre homosexuales.
Saca tu cruz de mi útero fue la consigna principal de la llamada marcha de las putas, que tuvo el propósito de protestar contra los valores que impone el catolicismo y contra los gastos del gobierno brasileño para recibir al pontífice, en visita de ocho días a este país sudamericano, que concluye este domingo.
Queremos mostrar a todos los que están mirando a Brasil por el Papa que este es un país donde las mujeres tienen muy pocos derechos, donde es normal ser agredida y donde el aborto está lejos de ser una garantía, dijo Carolina Castro, de 24 años, mientras otros gritaban detrás de ella: ¡Queremos un Estado laico!, mientras una mujer mostraba en su vientre desnudo la leyenda Tus creencias no caben en mi útero.
Las activistas, entre las que se encontraban integrantes de Católicas por el Derecho a Decidir, aprovecharon las vallas y los espacios libres en torno al templete principal de la Jornada Mundial de la Juventud para improvisar un desfile de parejas del mismo sexo besándose o de mujeres que simularon una masturbación utilizando crucifijos e imágenes de Jesucristo.
Del otro lado, los peregrinos que observaron la marcha de las putas permanecieron en sus lugares sin reaccionar.
«¡Esta es la juventud libre!», gritaban los manifestantes, a lo que los católicos respondían: «¡Esta es la juventud del papa!».
Algunos peregrinos rezaron el ave maría al toparse con la marcha, que también pedía una Iglesia que «dé espacio a las mujeres».
Muchos hombres se manifestaron vestidos de mujer y algunas mujeres desfilaron en sostén, mostrando los senos, o vestidas con ropa provocativa y los labios pintados de rojo carmesí.
«¡Satán siempre está por ahí!», comentaban entre ellos unos horrorizados peregrinos españoles.
La Iglesia intenta recuperar a fieles desertores pero la tarea no es fácil cuando mantiene dogmas desafiados por los jóvenes, como la virginidad hasta el matrimonio, la oposición al uso del preservativo, el divorcio y la homosexualidad, y el rechazo al aborto hasta en casos de violación.
Imagen : EFE