La paritaria entre la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el gobierno plantea novedades: un premio por presentismo y otro por productividad. En diálogo con Notas, Cecilia Iselli (delegada de Géneros de ATE en el Ministerio de Hacienda) y Victoria Freire (delegada Gremial de ATE en el Ministerio de Trabajo) analizaron el acuerdo.

– ¿Qué opinan del 20% en tres cuotas que se desprende de la paritaria firmada entre UPCN y el gobierno nacional?
Cecilia Iselli (CI): – El acuerdo firmado entre UPCN y el gobierno nacional es el peor de la última década. Por el lado de la recomposición salarial ya se conocía el dato de inflación de abril que arrojaba un acumulado 9,1%. Si a esto le sumamos la pérdida salarial del año pasado, en torno al 10%, ese 20% de aumento sólo recompone los salarios hasta ese momento. Por lo tanto, desde mayo hasta junio del año que viene cada aumento de precios se traduce automáticamente en una rebaja salarial para los estatales.
Si tomamos como referencia que la inflación estará en torno al 25%, siendo optimistas, será el ajuste más grande sobre los salarios de los estatales desde el año 2001.
Victoria Freire (VF): – Efectivamente es un aumento insuficiente que se aplica sobre nuestros salarios ya atrasados. ¿Cómo vamos a enfrentar el aumento de los alquileres, muy por encima de este acuerdo? ¿Qué hacemos con los gastos cotidianos? Desde la asunción de Cambiemos tuvimos una pronunciada rebaja salarial. La “reducción del gasto público” es a costa de nuestros ingresos.
– En la paritaria se introduce un premio por presentismo. ¿En qué consiste y cómo creen que impactará en los y las trabajadoras/es estatales?
VF: – En primer lugar, me parece una aberración considerar que nuestro salario es un “premio”. Refleja toda una concepción empresarial. En segundo lugar, creo que esta cláusula consiste en un avance flexibilizador contra nuestro convenio: cuidar a nuestros/as hijos/as, enfermarse, o una licencia personal van a dejar de ser un derecho para convertirse en un costo.
Por último, se trata de un acuerdo que discrimina por género, religión, salud, incluso actividad gremial: en nuestra sociedad machista el cuidado de niños/as y adultos suele recaer sobre las trabajadoras, que van a tener que acostumbrarse a perder frecuentemente parte de su salario; participar de una marcha y organizarse gremialmente también va a ser descontado, incluso los feriados por festividades religiosas que no son la católica apostólica supone perder este “premio”.
CI: – Como decía Vicky, esto afecta directamente a las mujeres. El máximo ejemplo es que no está excluida la licencia por maternidad. Tampoco la licencia por paternidad y sumado a que son pocos días esto fomenta a que los padres resignen sus responsabilidades en pos de no perder salario.
Según la encuesta del uso del tiempo elaborada por el INDEC las mujeres dedican más del doble de horas que los hombres al trabajo doméstico y de cuidado. Con lo cual, cuando un familiar se enferma son las mujeres en gran mayoría las que se hacen cargo de la situación y son las que presentan más ausencias justificadas en el trabajo.
Esto producirá que aumente la brecha salarial entre las compañeras que tienen cargas desiguales en el hogar y el cuidado, y el resto de los compañeros de trabajo. Por tanto el presentismo castiga a las compañeras por hacer uso de sus derechos. Este acuerdo presenta un claro retroceso en términos de igualdad de género.
– ¿Están de acuerdo con la futura incorporación de un plus por productividad en el Estado? ¿Cómo crees que puede afectar eso a los y las trabajadoras/es estatales?
VF: – Este plus, que no sabemos cómo se va a implementar, incorpora una máxima empresarial para un ámbito donde difícilmente podamos medir los resultados en esos términos (el Estado no es una empresa). Además, en un contexto en el cual los trabajadores y trabajadoras denunciamos recorte de áreas, achicamiento de políticas públicas y programas, ¿cómo medimos la productividad en esos sectores?
CI: – Además este plus presenta un nuevo problema para las mujeres trabajadoras con licencia por maternidad o jornada reducida. Para una trabajadora madre suele ser más difícil quedarse después de hora en el trabajo, y si a esto se le suma la falta de flexibilidad para cumplir con las metas y objetivos este plus también será de difícil acceso para ellas.
En el Ministerio de Hacienda tenemos un ejemplo muy reciente de una compañera que estaba con jornada reducida por lactancia y fue despedida bajo el supuesto de que no era productiva.
Es por esto que hay que estar muy atentos con lo que se acaba de firmar, porque en un contexto de despidos estos premios pueden usarse como argumentos para despedir. Y, por lo que venimos analizando las compañeras que, por sus cargas desiguales en el hogar no se puedan ajustar a las nuevas reglas del juego, serán las primeras de la lista.