Cuando vieron por el noticiero del canal estatal el pasado jueves el caso de «Belén», una niña de 11 años embarazada de 14 semanas tras ser violada por su padrastro, María y su madre, Marcela, decidieron hacer público su caso.
El padre de María «hacía tiempo que venía abusando de ella, la tenía amenazada, no podía decirle a nadie», explicó Marcela, quien supo que su hija estaba embarazada cuando la llevó al consultorio por síntomas que no identificaba.
El padre de María fue detenido tras la denuncia de la madre, y pese a pasar tres meses en prisión preventiva, se encuentra en libertad provisional a la espera de un próximo juicio.
«Decidimos quedarnos con él (el hijo), porque aquí hay un solo culpable. El (el padre) es el que tiene que pagar. Él sigue libre y obvio que les está haciendo daño a más niños», dijo Marcela al canal estatal.
En el caso de «Belén» (nombre ficticio bajo el cual se conoce a la menor) el padrastro fue detenido el miércoles confeso del delito, y se encuentra en prisión preventiva a la espera del juicio.
Ambos casos reabrieron el debate sobre la despenalización del aborto en Chile, que lo prohíbe en todas sus formas, incluso cuando es fruto de una violación.
Desde entonces, el Congreso no ha alcanzado consensos sobre el aborto terapéutico en Chile, un país con gran influencia de la Iglesia Católica, donde el divorcio se aprobó recién en 2004.
Imagen : Globovision