El principal sospechoso de la agresión ha sido arrestado después de la denuncia interpuesta a raíz de la violación de la niña, identificada como Sumaya, que ocurrió el pasado martes después de que la pequeña acudiera por primera vez a la escuela religiosa.
«Tras acabar las clases y enviar a los otros niños a casa, el violador la llevó a una habitación y consumó el crimen», dijo un responsable policial de Vehari, Rao Tariq Pervez, quien explicó que el sospechoso llevaba solo dos meses a cargo de la madraza.
Tras encontrar a la niña inconsciente en el centro educativo, los familiares llevaron a la víctima a una clínica «pero, ante la gravedad de su estado, hubo que trasladarla a un hospital mayor, donde se constató que había sido violada», dijo Pervez.
La fuente afirmó que dentro de su situación la niña evoluciona positivamente de las secuelas de la agresión.
Otro responsable policial, Sadiq Alí Dogar, declaró al diario local Express Tribune que el presunto violador fue arrestado en una madraza cercana, donde se había escondido, y precisó que otros dos maestros del centro en el que ocurrió la violación han huido.
El rotativo también relató que tras el crimen vecinos de la zona efectuaron una protesta y anunciaron un boicot a las madrazas del lugar.
El caso llega cuando muchos en Pakistán aún recuerdan con indignación la violación el pasado mes a manos de un grupo de hombres de una niña de 5 años, que fue luego abandonada en un hospital de la ciudad de Lahore, también en el este del país.
Las cámaras de seguridad del centro sanitario grabaron el momento en el que se deja a la niña, pero la Policía fue incapaz de dar con los autores, lo cual levantó fuertes protestas tras hacerse patente la pasividad oficial contra la violencia sexual en Pakistán.
Las denuncias por violación en el país asiático no paran de crecer a pesar de los esfuerzos de algunos sectores políticos y organizaciones de defensa de las mujeres por aumentar la visibilidad de esta problemática.