Misiones

¿Ni una menos? 2015 cerró con más femicidios que el año anterior

Diez mujeres fueron asesinadas en ese período y en cuatro de los casos, el agresor fue la pareja o ex de la víctima. Más allá de los mecanismos de prevención, sigue siendo una preocupante realidad.machismo misiones

La mujer agonizó 38 días en una cama del área de quemados del Parque de la Salud de Posadas, hasta que finalmente su corazón dijo basta a tanto dolor y murió al segundo día del 2015. Su nombre era Yolanda Noemí Fenández, de 40 años, madre de tres niños. 

 
Su final comenzó el lunes 24 de noviembre del 2014, cuando su esposo, Rafael Arcángel García, quien fue declarado responsable del asesinato de Yolanda, la roció con alcohol y prendió fuego delante de los hijos.
 
Uno de los niños relató en Cámara Gesell que su padre se reía mientras Yolanda ardía en llamas. Sin embargo, la crueldad no terminó allí. Lejos de apiadarse de su esposa, que gemía de dolor; esa noche no la llevó a un centro de salud; lo hizo al día siguiente con la ayuda de un vecino.
 
La gravedad de las heridas eran desmesuradas. Yolanda fue trasladada primero al hospital de San Vicente; luego al Samic de Oberá y por último, debido a la complejidad de las lesiones, a Posadas donde días más tarde, murió.
 
En la Argentina fue sancionada hace siete años la Ley 26.485, que aborda de manera integral la violencia de género. El título que lleva es “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollan sus relaciones interpersonales”. Aunque esta norma está vigente, desde el 2012 hasta diciembre de 2015 fueron asesinadas 40 mujeres en Misiones. 
 
Y si bien en los últimos cuatro años se realizan diversos mecanismos de difusión y prevención contra este tipo de asesinatos, las tasas de femicidio se mantienen. Sin ir más lejos, en el 2014 se registraron nueves homicidios. Mientras que la escala aumentó, sólo un uno por ciento en el 2015, donde se constataron diez femicidios. 
 
Dentro de los diez casos del 2015, cuatro fueron cometidos por la pareja o expareja de la víctima. Muchas de estas mujeres convivieron con el atacante y la mayoría tuvo que denunciarlo más de una vez.
 
Pidió ayuda
“Ayúdeme, sálveme”, suplicó la muchacha a quien habían rociado con alcohol y prendido fuego viva. El pedido de ayuda era de Luciana Inés Ferrer (31), oriunda de Pergamino, a quien buscaban desde el 13 de enero porque no había llegado desde Rosario a Río de Janeiro.
 
El asesinato de Luciana fue el miércoles 14 de enero de 2015 a las 2, en el acceso al barrio San Cayetano, a unos 100 metros de la ruta nacional 12 de Candelaria. 
 
Esa madrugada un vecino se comunicó con la Policía porque escuchó que una pareja peleaba en una zona boscosa. Fue a ver y divisó a un hombre corriendo en dirección a una cancha de fútbol. Luciana tenía el 95 por ciento del cuerpo quemado, estaba vestida apenas con ropa interior y no tenía documentación.
 
Cerca del cuerpo se encontró un envase de alcohol medicinal junto con otro producto inflamable que sería un aerosol. Habría corrido unos 20 metros tras ser afectada por las llamas. En los alrededores encontraron luego su ropa quemada y un libro de autoayuda en portugués.
 
Lamentablemente, no fue el último femicidio del 2015. Dos meses después, Bernardo de Irigoyen despertaba conmocionada. 
 
A la medianoche del lunes 23 de marzo, en el barrio Terminal a 800 metros del casco céntrico de dicha localidad, era asesinada a puñaladas Mirtha Gladys González, de 48 años.
 
La mujer trabajaba en el sector de limpieza del Hospital. Esa madrugada terminó el turno y fue hasta su casa, donde estaba un hijo adolescente junto a un amigo. 
 
Minutos después llegó Luis “Polaco”, su expareja y tras una discusión, le asestó dos puntazos en el pecho. Luego, escapó a Eldorado. 
 
La mujer fue asistida pero murió cuando llegaba al nosocomio. El homicida fue arrestado a las pocas horas.
 
Para julio, la nefasta lista de femicidios agregó el nombre de Lidia Bezus de Kosakzuk (69). 
 
Su muerte se registró el jueves 16 de julio cuando un vecino llegó hasta la casa de Lidia, ubicada en la localidad de Los Helechos y encontró el cuerpo del hijo de Lidia, Diego Kosakzuk (29), en la escalera de entrada de la casa. Tenía dos impactos de bala, uno en la ceja derecha y otro en el pectoral izquierdo, un poco más abajo del corazón. 
 
En una de las habitaciones apareció Lidia, que tenía dos impactos de arma de fuego en la sien, además de un golpe en el sector izquierdo del cráneo. 
 
El motivo de los asesinatos es un misterio, pero la versión más fuerte es que haya sido un intento de robo, aunque las hipótesis son varias. 
 
Los femicidios no acabaron. Y un mes después, en agosto fue asesinada Josefina Villalba (43) en Colonia Victoria. La mujer resultó con varios disparos de arma de fuego. Por el femicidio fue detenido Eduardo B. (45).
 
A mediados de septiembre, Ramona Gladys Rivero (21) fue ejecutada de un disparo en la frente en una casa del barrio Villa Blanquita de Oberá. Fue durante una discusión familiar cuando Nicolás Fernando “Porteño” Martínez (26) sacó un arma de fuego y disparó. El sospechoso estuvo 87 días prófugo hasta que lo atraparon en Jardín América.
 
A fines de octubre, se escribió el nombre de Hilda Mazur (36), hallada muerta en su casa de Leandro N. Alem.  Los pesquisas indicaron que tuvo una “muerte provocada”, ya que le “introdujeron un trozo de carne en la tráquea”.  
 
Yolanda, Luciana, Miriam, Natalia, Horacelia. En la lista están escritos los nombres de muchas mujeres misioneras y es cada vez más larga. Lamentablemente la violencia de género sigue siendo una preocupante realidad en Misiones.
 
Horacelia fue descuartizada 
La muerte de Horacelia Génesis Marasca constituye uno de los crímenes más atroces de la historia criminalística de la provincia de Misiones.
 
Todo comenzó la noche del domingo 16 de agosto, Horacelia Génesis Marasca (16) discutió una vez más con su concubino, Martín Monzón (34). 
 
Al otro día, el hombre radicó una denuncia y dijo que la muchacha se había ido de la casa, pero sospechosamente había dejado allí a su bebé, de siete meses. También le contó a la madre de Horacelia esa versión, pero ésta comenzó a sospechar y recorrió la chacra, donde descubrió que los vecinos habían escuchado los gritos de su hija. 
 
Doce días después, el viernes 28 de agosto, Monzón se quebró, pidió ampliar la indagatoria (el día anterior se había abstenido) y entre lágrimas contó que la había apuñalado y luego la descuartizó y separó en cinco bolsas.
 
Las tres primeras partes las llevó ese mismo domingo. Las otras dos, al día siguiente con la finalidad de no ser descubierto.
 
Monzón confesó que las tiró en distintos puntos del oeste posadeño, en la costanera, cerca del Rowing Club.
 
Norma Benítez, la madre de Horacelia, contó cómo fue que decidió radicar la denuncia que finalmente activó el trabajo policíaco-judicial. Aseguró que horas antes de la desaparición, Horacelia le había confesado haber recibido una brutal golpiza de su pareja, una más entre tantas, consignó.
 
Miriam Cubas: la mataron a puñaladas
Miriam Estela Cubas (16) murió de al menos cinco puñaladas. Fue interceptada el martes 7 abril del 2015 en un pinar de Puerto Piray, cuando regresaba de la escuela rumbo a su casa en el barrio San José.
 
Horas después fue demorado un adolescente de 17 años, al que dos hombres aseguraron haber visto en inmediaciones del escenario del crimen, en el horario que se estima asesinaron a la estudiante.
 
Luego fue aprehendido otro menor, de 16, quien había señalado al primer sospechoso en la comisaría pero llegó a su casa, se quebró y le confesó a su padre que él era el autor del hecho. Posteriormente se desdijo y acusó a un joven de 20 años.
 
Como si fuera poco, y para dotar de más complejidad al caso, dos chicas de 16 y 17 años, fueron demoradas en averiguación del hecho.
 
La decisión fue de la jueza Correccional y de Menores, Marisa Bertolo Andino, quien tuvo un fugaz paso por el expediente.
 
Una prueba del luminol y el ADN de la víctima hallado en un cuchillo que se secuestró en la casa del principal sospechoso fueron cerrando el círculo. Con esos indicios la Justicia dispuso la prisión preventiva de “Chinchu” acusado de “homicidio agravado por la alevosía”. Si bien la investigación continúa, este hombre es el único detenido en el caso. 
 
Natalia fue estrangulada
Natalia Ramos tenía sólo doce años cuando la asesinaron. Fue violada y estrangulada el miércoles 22 de abril de 2015, a la salida de la escuela provincial 171 en la localidad de 9 de Julio, donde asistía al sexto grado en el turno tarde. Desapareció alrededor de las 17 de aquel día y la encontraron entrada la madrugada del jueves 23. 
 
El informe forense indicó que la víctima fue estrangulada, probablemente en medio del ataque de índole sexual. 
 
Tras las primeras averiguaciones, la Policía detuvo a un hombre de 59 años, de nacionalidad brasilera, conocido en la zona con el alias de “Rapaiz”, identificado como Antonio Moses, quien se había establecido en 9 de Julio ocho meses antes del aberrante episodio que enlutó a todo el Alto Paraná misionero.
 
El resultado de la prueba de ADN efectuada sobre restos de sangre, hallados en un abrigo de lana y en una gomera de Antonio Moses, determinó que eran de Natalia Ramos.
 
De acuerdo con la reconstrucción policial; el atacante sabía que la niña regresaba de la escuela por un atajo, para llegar antes a su casa, donde vivía con su madre y cuatro hermanos. Solía verla a menudo; casi diariamente. 
Imagen : primera Edición