Fue presentado por la diputada Gloria Bidegian y cuenta con dictamen favorable de la comisión de Cultura. «Es una forma de propiciar cambios favorables», dijo la legisladora. La iniciativa contempla la figura de «representantes», en vez reinas y princesas y amplía las condiciones para las postulantes «para terminar con los estereotipos de género».
En Río Negro, la Reina de la Manzana representa la producción frutícola; en San Juan se elige la Reina Nacional del Sol durante la fiesta de promoción del turismo; en Escobar la actividad florícola está sintetizada en la selección de la Reina de la Flor y la Reina del Capullo que tiene sólo 5 años. En Argentina existen más de un centenar de fiestas populares en las que se hacen concursos de belleza y elección de reinas, princesas y miss. En su mayoría, estos certámenes son impulsados por organismos nacionales, provinciales o municipales, con el fin de fomentar el turismo local o de promocionar la producción regional. Un proyecto de ley de la diputada nacional Gloria Bidegian, del Frente para la Víctoria (FpV), busca regular estos concursos para terminar con los estereotipos de género.
Los integrantes de la comisión de cultura de la Cámara de Diputados discutieron ayer la iniciativa de la legisladora y la aprobaron con dictamen favorable. Ahora tiene que tratarse en la comisión de familia y, de aceptarse, girará al recinto. “La violencia no empieza con el crimen que es la forma más extrema. Comienza con la cosificación y la violencia simbólica. La movilización #NiUnaMenos demostró que estamos en un momento terrible y esta es una de las formas para propiciar cambios culturales”, dijo a Infojus Noticias la legisladora Bidegian.
La diputada contó que la idea del proyecto surgió cuando la invitaron a ella y a sus pares, Luis Basterra y Juliana Di Tullio, a una fiesta popular en una provincia. “Quedamos shockeados viendo que a las chicas se las trataba como en un remate de ganado. Ahí dijimos ´tenemos que hacer algo´ y comenzamos a trabajar en la propuesta”, relató.
De aprobarse la norma, las miss, princesas y reinas serán reemplazadas por la figura de “representantes”. No es el fin de los concursos pero sí de las coronas, los cetros y las bandas de las reinas. “Se acaba con todo ese lenguaje monárquico”, dijo la diputada del Fpv. Y detalló: “No es una prohibición sino una regulación. Estas celebraciones forman parte de las fiestas populares y de la identidad. Son motivos de orgullo. No queremos prohibirlas sino regularlas”.
En su primer artículo, según el expediente 7391-D-2014, la propuesta anuncia que establecerá las condiciones que deben cumplir los concursos de belleza y de elección de representantes de fiestas nacionales, provinciales y municipales, que se realicen en el territorio nacional. También “quedan sometidos los concursos de belleza que se desarrollen con fines comerciales”.
En principio, sólo podrán concursar los mayores de 18 años y quienes, al momento de la inscripción, tengan entre 16 y 17 años, si no están emancipados, deberán tener la autorización fehaciente de los padres o tutores.
El texto deja en claro que “no es condicionante para inscribirse en los concursos objeto de la presente Ley, el estado civil o estado de embarazo de las personas postulantes” y que “no será motivo para la exclusión de las personas participantes”. Uno de los casos que puso el foco sobre la discriminación y violencia que atraviesan estas elecciones fue el de la mendocina Yamila Estefanía Escudero. A los 18 años fue elegida reina de la vendimia 2013 y la destronaron por haber quedado embarazada. El reglamento del certamen también le impedía a la premiada casarse durante su reinado. Yamila acudió a la Justicia y demandó al Estado local por infringir la Ley de Violencia Contra la Mujer y por daño moral.
Las fichas de inscripción de los concursos son calcadas en todo el país. Además, de la información personal básica, piden color de ojos, de cabello, medidas, estatura, entre otros requisitos. La iniciativa de Bidegian propone correr el eje de los estereotipos de belleza. Y, en ese sentido, establece que se “evitará difundir la edad, la altura, el peso, así como cualquier otra característica corporal de las personas participantes”.
Los reglamentos tampoco podrán exigir topes máximos de edad, ni parámetros referidos a color de tez, cabello y ojos, de las personas postulantes. A su vez, la propuesta incluye la posibilidad de participación en los concursos de personas con discapacidad, como también el respetar el género autopercibido de las personas postulantes, siempre que tengan su DNI actualizado.
El proyecto menciona como fundamentos una serie de leyes y tratados internacionales a los que el país adhirió en los últimos años. Cita al Protocolo Facultativo de la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Ley 26.171); la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Ley 26.485); la Ley de Identidad de Género (Ley 26.743) y la Ley de Matrimonio Igualitario (Ley 26.618); la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable (Ley 25.673); la Ley de Anticoncepción Quirúrgica ( Ley 26.130); la Ley de Prevención y Sanción de Trata de Personas y Asistencia a las Víctimas (Ley 26.364) y la incorporación de la figura del femicidio en el Código Penal (Ley 26.791), entre otras normas.
Chivilcoy, la caída de la primera monarquía
En Chivilcoy la monarquía se terminó con la última elección de 2014. El Concejo Deliberante de esa ciudad bonaerense aprobó en diciembre del año pasado, por mayoría, un proyecto que ordenó el fin de este tipo de eventos por considerarlos una práctica discriminatoria, sexista y que promueve la violencia contra las mujeres. Fue la primera vez que se puso punto final con los certámenes para coronar una reina.
La decisión de Chivilcoy provocó que se presentara en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires una propuesta de ley para eliminar estos certámenes por «ser discriminatorios y violentos» y reemplazarlos por otros donde se reconozcan el conocimiento y los logros profesionales. El objetivo es evitar que la mujer sea valorada sólo por su belleza. La iniciativa lleva las firmas de las diputadas por el Frente para la Victoria María Alejandra Martínez y Viviana Nocito.
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