Hay equipos en empresas, organismos estatales y universidades. Lo alientan porque genera un vínculo y fortalece la unión en los trabajos.
Hasta hace pocos años, el terreno del fútbol era impensado para las mujeres, pero ahora son las propias empresas, organismos del Estado y universidades las que fomentan el fútbol femenino entre sus chicas como algo más que un simple momento de esparcimiento, sino más relacionado a la unión del grupo, la inclusión y la fidelización con los objetivos del trabajo.
«El fútbol le da a la mujer otra posibilidad de demostrar que puede entrenar, jugar, competir, todo lo que genera un deporte cuando no es individual. Las empresas buscan esto desde un lugar de vinculación grupal. La idea es que, pasada la hora de trabajo, se genere un vínculo que luego se traslada a lo laboral”, dice Marcelo «Tata» Romero, psicólogo social, entrenador y coordinador de deportes de la Universidad Nacional de Avellaneda a Tiempo Argentino.
Vamos a algunos ejemplos. El Senado de la Nacion, tiene su equipo que compite habitualmente en un torneo en el que comparten fixture con equipos de la Biblioteca Nacional y Diputados, por ejemplo. «El año pasado la Juventud de APL (Asociación del Personal Legislativo) nos pidió a cada sector del Congreso de la Nación que armemos un equipo para jugar un torneo relámpago un fin de semana todas contra todas. Ahí se formaron los equipos con compañeras de diferentes sectores, Senado, Diputados, Biblioteca, Imprenta y DAS. Compartimos un sábado de futbol y se juntó mucha gente apoyando. Fue tan grande lo que generó el torneo que se decidió hacer un torneo largo, como juegan los hombres. Aceptamos participar porque consideramos que el deporte incluye y te llena de valores», asegura Pamela Visciarelli, goleadora del equipo «Las Pochas» que refiere al apodo del General Perón. Este torneo llamado «Estela de Carlotto» nuclea a varios organismos estatales, con equipos 100% femeninos que disputan sus partidos cada sábado en el predio de Castelar.
En el ámbito privado hay varios ejemplos. Uno es el de la compañía Danone, que desarrolla la Danoners International Football Competition (DIFC). Nada menos que un torneo que se realiza alrededor del mundo. «La organización cuenta con distintas etapas y requiere de varios meses de trabajo y preparación. En primer lugar, se realizan las eliminatorias por plantas, unidades de negocio y regiones. Luego se realiza la «Final Argentina», un gran evento a nivel nacional en donde se conocen los equipos que clasificarán para disputar la final mundial, comenta sobre la metodología Alejandro Ottoboni, coordinador de la DIFC para Argentina. La compañía entiende al fútbol como un lenguaje común para hacer un intercambio culturalde todos los empleados del grupo en el mundo, «al punto de que durante 2014 más de 22 danoners argentinos tuvieron la posibilidad de viajar a París y de encontrarse con equipos de otros 30 paises y el equipo femenino quedó eliminado en cuartos de final».
En otro lado de la cancha, la consultora Accenture tiene su programa de fidelización «Accenwell» desde el que se promueve el crecimiento profesional del talento femenino dentro de la empresa. Entre otras cosas, tiene un reglamento especialmente preparado para estos torneos que incluye la «Tarjeta Azul» en la cual la jugadora penalizada debe salir de la cancha pero es reemplazada por otra. «Hace 8 años y medio entré a Accenture. En la segunda semana, recibí un mail de RR HH avisando que iban a hacer un campeonato de futbol femenino, y me sumé, aunque sea para probar y conocer gente nueva. Mi primer equipo se llamó ‘Maquillando a la redonda’, y mi recuerdo más nítido es que en todos y cada uno de los partidos de ese primer campeonato, perdíamos por diferencia de 10 goles o más. Fue ahí donde me di cuenta de dos cosas: uno, que amo jugar al futbol y dos, que ¡soy un queso!”, confiesa entre risas Rocío Leblebidjian.
Visciarelli, que juega en el equipo del Senado comandado por Diego Solofrano, Norberto Di Prospero y Fabián Zacarddi, asegura que «el fútbol es el deporte más popular y nosotras lo vivimos de manera especial. Somos diferentes, somos pasionales y eso crece y las empresas lo notan, sirve para adquirir valores, para que seamos más responsables, más solidarios, leales, fuertes y más compañeros, fundamentalmente. En el fútbol, como en la vida, la unión hace la fuerza.»
En el Prode, también
«Cada vez son más las empresas que usan el fútbol para fidelizar a sus empleados», apunta Cristian Cinalli, director de Futbolprode.com una plataforma que varias compañías adoptaron desde el Mundial de 2014. Se trata, nada más ni nada menos, que de un clásico Prode, pero «lookeado» con la imagen y logos de cada empresa donde los empleados compiten entre si por los resultados de cada partido en un torneo determinado. «Las mujeres son las que terminan ganando. Los hombres somos más especificos y de ver el detalle, pero ellas muy azarosas. La mujer ve el partido y se arriesga a decir cuál es el pronóstico y termina en los primeros puestos», asegura Cinalli.
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