Ocurrió porque la Suprema Corte de Justicia de Santa Fe había considerado que el fallo de primera instancia se había apartado de los principios específicos vigentes en el derecho penal juvenil.
El joven condenado por el crimen de Chiara Páez, la adolescente de 14 años asesinada en mayo del 2015 en la ciudad santafesina de Rufino y cuyo femicidio dio origen al movimiento «Ni Una Menos», recibió una rebaja de la pena, decisión que a la madre de la víctima le provocó «mucha angustia» y «desilusión» de la Justicia.
Los jueces Guillermo Llaudet, Georgina Depetris y Javier Beltramone establecieron que Manuel Ignacio Mansilla Gallegos cumpla la pena de 15 años en vez de los 21 y 6 meses que le había dado el fuero de menores, al cumplimentar la orden de la Suprema Corte de Justicia de Santa Fe que había considerado que el fallo de primera instancia se había «apartado de los principios específicos vigentes en el derecho penal juvenil».
Verónica Camargo, madre de la víctima, dijo a Télam que analiza realizar una presentación en la Corte Suprema de la Nación o en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La mujer tildó a los jueces de «inútiles, traicioneros, cómplices, salvajes, corrompidos por el Mal», tras haberle reducido «la pena al asesino a sangre fría de dos inocentes e indefensos».