Tras el escándalo revelado por PA sobre Alas del Sur, la empresa aérea de una jubilada deudora, un costurero y un monotributista que recibió 21 rutas por parte de Macri para explotar, ahora se conoce que antes de obtener los permisos la firma entregó una carta de intención al organismo que regula la aviación que expone que no cumple los requisitos técnicos.
El proyecto del macrismo para ampliar el tráfico aéreo en la Argentina parece cada día menos transparente y se incrementan las sospechas del las intenciones presidenciales de quedarse con el negocio aerocomercial. Las dos empresas que habían recibido mayor cantidad de rutas, FlyBondi y Avian, se encuentran en un limbo luego de que el Gobierno decidiera frenar la adjudicación por sospechas de conflicto de intereses. La tercera compañía que mejores resultados obtuvo en la audiencia tampoco parece tener los papeles en orden. Es que según se deduce del expediente 003391/2016 de la ANAC, la empresa Alas del Sur no puede acreditar la mínima capacidad técnica necesaria para las rutas que solicitó. Parece casi una empresa fantasma.
Esto se conoció luego de que Política Argentina revelara que el directorio de la empresa estaba conformado por “un costurero, una jubilada y un monotribuitista” que difícilmente tuvieran los medios necesarios para montar las operaciones de una compañía aérea.
Pero las sospechas sobre sus integrantes se extienden también al patrimonio de la empresa.Alas del Sur entregó a la ANAC, el organismo que regula la aviación argentina, una carta de intención para conseguir dos Airbus A320-200 en donde aclaran que las aeronaves serán obtenidas mediante un contrato de leasing con opción a compra.
En su página web aseguran que cuentan con “directores altamente especializados en cada área, habiendo desempeñado tareas afines en líneas aéreas durante más de 30 años”. Sin embargo, las áreas técnicas de la compañía no cayeron en cuenta de que la Carta de Intención adjuntada había perdido su validez el 31 de julio del año pasado. Detalle que también fue pasado por alto por la ANAC.
Según pudo saber Política Argentina, de los pilotos propuestos por Alas del Sur, sólo cuatro cuentan con la licencia TLA (Transporte Línea Aérea): no posee tripulación de mando suficiente para los cruces oceánicos que pretende.
En el expediente de la ANAC sobre la Audiencia Pública de Alas del Sur citan el testimonio de Edgardo Llano, representante de la Asociación del Personal Aeronáutico. “Llano señaló que la peticionaria no existe como empresa en los hechos sino solo en los papeles. A su vez expresó que no cuenta aún con los convenios laborales establecidos para cada organización de tierra y de vuelo, manifestando finalmente su voluntad de obtener trabajo argentino, genuino, no precario y con convenios colectivos de trabajo”.
Rodolfo Casali, representante de la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales y de accionistas clase B de Aerolíneas, advirtió “irregularidades en los expedientes motivo de la audiencia”. Además “recalcó que la empresa no acreditó capacidad económico-financiera” e incluso que la ANAC formuló “observaciones al respecto y sin embargo dio curso al pedido de audiencia”.
Pedro Lipcovich, otro de los expositores sostuvo que “el capital inicial que la empresa dice poseer es incompatible con la naturaleza de los servicios que solicita”.
Otro de los problemas que surgieron en la audiencia pública realizada por el gobierno en diciembre pasado es extensivo a todas las empresas que habían solicitado rutas: se permitió participar a Alas del Sur, así como también a otras compañías, sin que la ANAC hubiera evaluado su capacidad económico financiera.