Una denuncia por abusos sexuales repetidos en la Escuela de Aviación de la Fuerza Aérea Argentina ubicada en Córdoba se convirtió en un caso testigo de buenas prácticas judiciales gracias a la intervención conjunta del fiscal a cargo de la investigación, de la Dirección de Orientación, Acompañamiento y Protección a Víctimas (Dovic) y del Ministerio de Defensa.
En esa dependencia de la Fuerza Aérea hay 300 hombres y 30 mujeres y por lo menos dos de ellas «habían recibido propuestas de un cadete que derivaron en los abusos, en tanto otras cinco se habían negado y fueron convocadas a prestar declaración como testigos», informó el portal fiscales.gob.ar.
El denunciado fue dado de baja de la fuerza.
Integrantes del equipo de Género del Ministerio de Defensa acompañaron a las jóvenes a realizar la denuncia y el supuesto abusador fue dado de baja de la fuerza.
«El círculo del abuso era el mismo que se repite en estos casos: la culpa, la responsabilidad sobre la víctima, el miedo y relaciones de poder jerarquizadas y atravesadas por la problemática de género», resaltó el sitio especializado en justicia.
El fiscal coordinador de Córdoba, Enrique Senestrari se contactó con la Dovic, que depende del Ministerio Público Fiscal, para que las profesionales de esa Dirección contengan a las testigos y para que reciban la asistencia que les permitiera estar en mejores condiciones al momento de brindar su declaración testimonial.
En un primero momento «se les explicó, grupalmente, en qué consiste el proceso penal, las etapas del mismo y cuál era la importancia de contar con su testimonio para la investigación del delito», explicó el informe oficial.
Así, se trabajó respecto de las situaciones de violencia de género que vivieron y se les brindaron herramientas «que les permitieron construir lazos de confianza y seguridad», agregó.
Luego, se trabajó individualmente «para evaluar de qué manera había impactado en cada una el develamiento de los hechos y cuál era su necesidad subjetiva y su expectativa respecto a la respuesta de la justicia».
Susana Larcamón, psicóloga de la Dovic, estuvo a cargo del caso y especificó que “desde la práctica es necesario informar a las víctimas porque saber siempre genera confianza y alivia temores. Estos hechos, atravesados por la problemática de género, pueden producir sentimientos de vergüenza o de culpabilidad. Por eso la importancia de trabajar para rever el origen de los mismos y poner el énfasis en un mayor empoderamiento».
Por su parte, Senestrari destacó que la intervención del equipo de Dovic “tuvo un valor enorme dado que permitió a las víctimas asustadas frente al poder judicial abrirse. Ellas piensan en nosotros como autoridades, insertas en un sistema verticalista y fue necesario, por mi parte, aclararles que eso no era así, que yo no era una autoridad que las iba a juzgar».
El fiscal valoró que ellas «se encontraron con gente que les hizo ver que las iban a ayudar.
Pudieron entonces declarar con total tranquilidad y eso es fundamental: empoderar a la víctima y que no sienta que estamos sólo para cumplir un rol burocrático».
Imagen : prensa.argentina.ar