El caso del octogenario que eyaculó en el brazo de una joven reveló, además, una fuerte estadística sobre la cantidad de abusos en los medios de transporte.

Micaela llora, no puede contener las lágrimas. Aún así, alza la voz con valentía: «Mostrá la cara». Le habla a un hombre que segundos antes se masturbó y eyaculó sobre su brazo, cuando viajaban en un vagón del Ferrocarril Roca.El sujeto, un octogenario que ya en marzo había estado preso por un hecho similar, fue llevado a la comisaría de Témperley.
Lamentablemente, los acosos y abusos que tienen como víctimas a niñas, adolescentes y mujeres adultas en los medios de transporte se repiten a un promedio de 5 hechos por hora en subtes, trenes y colectivos de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
«Se calcula que cada 12 minutos se comete un episodio de acoso o directamente abuso sexual en medios de transporte del Conurbano y Capital Federal. Son hechos que se registran a partir de las denuncias que se efectivizan mayormente al servicio de emergencias 911 que funciona en el área metropolitana de manera asociada. En general, llaman pasajeros que acompañan a las víctimas en esos difíciles momentos», señaló una fuente gubernamental, manifestando que por jornada el promedio actual es de 120 llamadas por casos con connotaciones sexuales en los colectivos, trenes y subtes.
“Este señor, si se puede llamarlo así, fue el que sin ningún tipo de derecho, sin mi consentimiento, mientras iba viajando sentada en el colectivo de la línea 160 hacia el profesorado a firmar mi libreta, muy tranquila escuchando música, pensando, distraída. Este hijo de puta iba parado a lado mio muy pancho con su bragueta baja y su pene afuera apoyado en mi brazo, bastó sentir como húmedo para darme cuenta y reaccionar», contó Micaela en su publicación de la red social Facebook, acompañado de un video donde se observa al sujeto, un octogenario, que sólo hace silencio. «Reaccionen como lo hicieron los poccos que me ayudaron», agregó la mujer, ya que en la grabación también se visualiza que pocos pasajeros colaboraron en detener al depravado, incluso alguien lo sostiene de un brazo, para que no tenga chance de escapar.