I. La obra Filogenia de Ugolino Pisan de Parma -S. XV- fue la elegida en una investigación de la Universidad Nacional de Salta para delinear aspectos de la problemática femenina de la época. En el marco del Proyecto Nº 469 del C.I.U.N.S.A.: ?La violencia en la Edad Media. Segunda Parte: La Mujer?, se presentó un avance de investigación denominado ?Aspectos de la problemática femenina en una obra de teatro medieval del siglo XV?.(1)
Intentar un análisis crítico de las conclusiones a que arriba el autor nos exige una reflexión previa: ¿existe una epistemología feminista? Para Eli Bartra(2) ??En términos generales hay consenso entre las académicas feministas de que existe algo que se llama investigación feminista (o de género, como le denominan últimamente de manera un tanto aséptica). Ahora bien, el problema radica en saber qué parte del proceso de investigación es el que es feminista y cuál no. Hay quienes afirman que existe una epistemología feminista, otras prefieren hablar de un punto de vista, otras hablan de una metodología, otras más solo de lo político detrás de la metodología, algunas de método feminista, para otras solo es feminista la selección de los objetos de estudio. Para algunas las técnicas son feministas, para otras son neutras?? Lo cierto es que cuando se utiliza el género como categoría de análisis (sin la asepsia que sugiere Bartra), la selección del problema de investigación y los resultados obtenidos, son diferentes a los que surgen de trabajos que carecen de esa mirada. Sandra Harding(3) se pregunta si existe un método de investigación feminista y se responde que no hay un método distintivo del feminismo(4), pero que la investigación feminista tiene una especificidad que hasta el momento se compone de tres características (ya que podrían detectarse otros rasgos en lo sucesivo):
· Nuevos recursos empíricos y teóricos: las experiencias de las mujeres.
· Nuevos propósitos para la ciencia social: estar a favor de las mujeres.
· Nuevo objeto de investigación: situar a la investigadora en el mismo plano crítico que el objeto explícito de estudio (reflexividad).
De ser encontradas en un estudio, estas características sistematizadas por Harding garantizarían la utilidad que tiene para Bartra el método feminista: ??Nos va a servir para desarrollar conocimientos nuevos y distintos, que no podemos obtener con otro método, sobre cualquier aspecto de la realidad. Es un punto de vista que sirve para obtener un conocimiento con menos falsificaciones al tomar en consideración cuestiones hasta ahora marginadas o ignoradas. Y reduce las falsificaciones porque es menos parcial, menos ciego, menos sesgado?? Sesgo significa torcimiento, oblicuidad, soslayar algo, o sea, queremos decir menos defectuoso, o con optimismo, más objetivo? Donna Haraway(5) dice que ??La objetividad feminista alude a la ubicación limitada y al saber ubicado, no a la trascendencia y separación del sujeto y el objeto?? Para ella, el objetivo es un mejor relato del mundo (decíamos antes lo menos sesgado posible): la ciencia. Y expresa: ??El problema de la ciencia para el feminismo es la objetividad como racionalidad ubicada?? En esa ubicación, el género es una diferencia situada.
Son estos los conceptos que guiarán nuestra presentación crítica.
I. El autor analiza ?Aspectos de la problemática femenina en una obra de teatro medieval del siglo XV? -como se ha anunciado la obra es FILOGENIA de Ugolino Pisan de Parma (siglo XV)- entendiendo que dicha obra proporciona interesantes y valiosas descripciones de personajes, costumbres y situaciones relacionadas con la problemática femenina en el contexto social de su tiempo.
Para el autor, ?el drama de Filogenia se desata cuando ambos amantes advierten que son buscados por la familia de la muchacha y la autoridad de la ciudad?. El argumento no se analiza desde las vivencias de Filogenia, pues en ese caso diríamos a diferencia del autor: el drama de Filogenia (persona) se desata cuando Epifebus la engaña prometiéndole amor e induciéndola a prostituirse. En su época, al salir de la casa sin casarse, queda inhabilitada para regresar.
El padre la repudia por haber perdido la virginidad y la califica de ?loca, petulante y de desenfrenada libidinosidad?.
La madre es la excepción pues advierte que ha sido engañada, pero su opinión no cuenta. Esto último no es manifestado por el autor, confirmando la inexistencia de un punto de vista femenino favorable a la muchacha desde su dignidad como persona (las prostitutas serán solidarias con ella, pero reforzando su subordinación). Al referirse a Filogenia el autor dice: ?Ha rodado de una a otra casa, obligada por el miedo, inexperiencia e inseguridad a prostituirse a los amigos de su amante?. Interpreta la obra literaria desde una concepción androcéntrica, ya que razona desde el poder masculino representado por padre, amante, esposo. La excepción del clérigo pobre es similar a la función reforzadora del patriarcado de las prostitutas: él y ellas respectivamente legitima e instrumentan la solución del conflicto mediante un nuevo sometimiento de Filogenia, el matrimonio con un campesino, ideado por Epifebo.
III.- ¿Cuáles son los personajes, las costumbres y situaciones, al decir del autor relacionadas con ?la problemática femenina en el contexto social de su tiempo?, que selecciona porque sus descripciones son ?interesantes y valiosas?? Seguiremos los apartados que sucesivamente va presentando para anotar algunos rasgos sobresalientes.
*Matrimonio y sociedad. Transgresión y legitimidad.
El autor recurre a Levy-Strauss para establecer que también en este caso (familia siglo XV) esta institución prescribe conductas sexuales de sus miembros, sanciona o legitima dichas conductas, ofrece seguridad pero limita la libertad de cada uno de ellos. Asimismo el autor explica la separación ámbito público/ámbito privado y reconoce las desventajas de las mujeres en estos casos de uniones ilegítimas. Sin embargo, no evidencia la subordinación, inferiorización y manipulación de que es objeto la muchacha. Justifica ?aún manifestando repulsa moral- la solución hallada en la obra: engañar a un campesino para proveerle status a la muchacha en desgracia moral, mediante un matrimonio. Justamente desde el feminismo se viene señalando la ausencia de la mirada de las mujeres en la producción intelectual y la ausencia de la defensa de la igualdad respecto de los varones, identificando como una injusticia social y política ?no natural- la desigualdad de géneros.
*El contrato nupcial.
El autor señala la riqueza de las descripciones como la de la boda campesina, habida cuenta de las escasas referencias documentales de los ?sectores bajos? en esa época. Entendemos que esa riqueza debería ser aprovechada no solo para describir la sumisión femenina sino para denominarla como tal y ponerla en cuestión. No es verdad que la desigualdad se deba a los cánones de la época. Esta desigualdad fue resistida desde tiempos inmemoriales y en ciertos momentos de la historia esa resistencia trascendió las acciones individuales y aisladas, para adquirir características de movimiento social. Una mirada de género de la época que nos ocupa, nos remite al Memorial de Agravios y el Discurso de la Excelencia de las Mujeres, distinguiéndose de ellos Christine de Pizan (1364-1430).(6)
Para el autor ?la obra transmite dos imágenes campesinas, una positiva que exalta los valores considerados propios de su condición y otra negativa, que refleja el menoscabo, la burla y el desprecio del hombre de la ciudad?. La imagen positiva del campesino idealizado la proporciona la supuesta madre adoptiva de la muchacha(7): la voz femenina se hace presente para reforzar la supremacía masculina. La desvalorización del campesino es efectuada por otro varón, Epifebus, quien justifica en su ?brutalidad y estupidez? el planificado futuro engaño del que será objeto. No obstante, más allá de las diferencias en los estereotipos urbano y campesino, la constante es la circulación de esta mujer, Filogenia, como moneda de intercambio entre varones.
*Las pautas morales de la sociedad.
El autor considera que la naturaleza como justificativo de transgresión es una característica de la época. Interpreta que, entre la justificación de Filogenia y Epifebus y la posición diametralmente opuesta del padre, ?en alguna medida producto de la ira y del sentimiento de deshonor, tal como se lo entendía en la época, no deja resquicio alguno a la comprensión para conciliar un juicio equilibrado, y menos aún la virtud cristiana del perdón?. Este párrafo revela con claridad la ausencia de voz femenina y la -su- imposibilidad (no hay resquicio alguno) de incluir la perspectiva de género en el análisis.
*Opinión y moral del hombre común.
El autor adjudica al hombre común (¿y las mujeres?) las características de la ?masculinidad hegemónica? y las valora como la moralidad comúnmente corriente, pragmática, flexible en situaciones intermedias, pero con límites de base cristiana. Ya dijimos al respecto que los valores corresponden a la masculinidad hegemónica suficientemente descripta y analizada en la teoría feminista.
*La moral de las prostitutas.
Es curiosa la posición del autor respecto de un mecanismo mental de rechazo, por parte de los varones, hacia la prostitución. Estaría basado en que las prostitutas son cómplices y testigos de su debilidad. Este mecanismo sería ahistórico pero en esta etapa de la Edad Media se conjugaría con las características propias de la época. Posición curiosa porque desde el punto de vista patriarcal siempre se enfatiza uno de los polos de la relación de prostitución: la prostituta, negando así la co responsabilidad del prostituyente; en este caso se hace hincapié en el prostituyente adjudicándole un cierto sufrimiento por cuanto no resuelve la contradicción entre ?las urgencias del apetito sexual en su forma animal y primaria? y ?la debilidad masculina?. Dice el autor que ?dicha circunstancia, induce a los hombres a descalificarlas y perseguirlas socialmente, como una forma de ocultar su sentimiento de culpabilidad por el propio desenfreno?. Es decir que se ha desplazado la violencia de la enajenación del cuerpo de la mujer, para situarla en la vergüenza del varón prostituyente.
En relación al drama, el autor destaca que las dos prostitutas que confabulan con Epifebus el matrimonio de Filogenia, son solidarias con esta última por el destino que le esperaría (ellas lo conocen bien) de no salvar su honor. Pero solidaridad de género sería haber ayudado a Filogenia a exigir una conducta moralmente adecuada por parte de Epifebus.
*Un ejemplo moral del bajo clero.
Dice el autor: ?Significativamente, son dos prostitutas y un humilde sacerdote de extramuros, quienes aparecen devolviendo la tranquilidad y el equilibrio a la muchacha?(8)La absolución de sus pecados porque sus actos no fueron voluntarios, no les quita el carácter de pecados para el autor. La tranquilidad y el equilibrio no provienen de una reparación por parte de Epifebus, sino de la legitimación de un acto de engaño pergeñado por el propio ofensor y que traiciona la buena fe del campesino. Si en el contexto de la obra esa era la manera de resolución de conflictos, cabía señalar que en esa resolución el poder de decisión era ejercido por los hombres y las mujeres estaban excluídas. Tampoco se habla de la violencia ejercida contra esta muchacha, que por naturalizada e invisibilizada que estuviera en la época no deja de serlo y de contribuir a explicar la posibilidad de tales prácticas culturales.
Entonces, más que ?significativo? el desenlace resulta funcional a la continuidad del sistema patriarcal, ya que se refuerza la institución del matrimonio en los términos de subordinación femenina, verdadera razón del accionar del sacerdote..
*Conclusión.
El autor sostiene que los siguientes conceptos son un presupuesto indispensable para cualquier análisis que involucre la problemática familiar y del género desde una perspectiva histórica: la antinomia naturaleza/cultura; la regulación de los comportamientos sexuales por parte de la familia; la importancia del status matrimonial; la integración armónica con el orden universal establecido por Dios.
Entiende que se trata de una época de transición del traslado del poder del ámbito privado al público, lo cual fortalece ?ante la inestabilidad por falta de un Estado consolidado- los grupos sociales y familiares privados. Esto justifica según el autor el respeto a las reglas preservando la solidaridad del grupo, alejando toda pretensión de autonomía de las decisiones personales. Interpretamos que en su esquema conceptual esto era igual para varones y mujeres, con la diferencia que para ellas la transgresión era considerada más grave ?porque los ilícitos daban sus frutos en el seno de la mujer?(9). Por naturaleza, concluye el autor, la mujer era Mediadora Multifacética, mediadora en la reproducción, educación, linaje, religiosidad. Pero su figura representaba el mal si traicionaba la función para la cual su naturaleza social la había destinado. Y esto explica para él la paradoja -en la época- de la mujer dominada, protegida, vigilada, amada, odiada, temida y admirada.
Creemos que el ser destinatarias de sentimientos diferentes, hasta contradictorios, debe haber ocurrido también con los varones, porque es muy humano/a que así suceda. También sospechamos que para los varones que traicionaban en aquella época la función que la sociedad les había prescripto, debió haber sido igualmente difícil; y si no recordemos la discriminación y marginación sufrida por personas de orientación sexual diferente. El tema está en que el mandato social para los varones era decidir y actuar en representación del conjunto mientras que a las mujeres se les concedían las decisiones relativas al ámbito doméstico. En un caso ser sujetos de poder y en el otro estar sujetas al poder.
IV.- Comentario final:
El trabajo que el autor realiza sobre la obra teatral Filogenia en tanto documento importante para conocer ?la problemática femenina en el contexto social de su tiempo? -la etapa final de la Edad Media- es un análisis androcéntrico focalizado en un punto de vista masculino que se establece como universal y válido. Dichas percepciones y convicciones son sustentadas por varones y mujeres bajo una ideología patriarcal que no es tenida en cuenta en el análisis. Las mujeres aparecen como seres pasivos en sus pensamientos y acciones, pasivas en relación al pensamiento hegemónico masculino y no se considera posible un análisis que rescate el punto de vista femenino de la realidad. La dicotomía naturaleza/cultura que el autor señala en la conclusión, es la clásica dicotomía que el patriarcado esgrime como justificación de las diferencias de género. Los feminismos vinieron a develar que dichas diferencias fueron traducidas social y políticamente en desigualdades, que las diferentes culturas han legitimado a través de los tiempos.
Volviendo al inicio de estas reflexiones, el trabajo analizado no presenta característica alguna de los nuevos rasgos metodológicos enunciados por Harding y que reiteramos en palabras de Ana María Bach: la experiencia de las mujeres en estrecha relación con la lucha política; propósitos de investigación y análisis inseparables de los orígenes de la investigación y reflexividad.
Finalmente, insistimos en que tratándose de un proyecto sobre la violencia en la Edad Media y en particular, sobre la mujer, ?la problemática femenina? presentada aparece como exenta de cualquier tipo de violencias, ya que aquellas que muestra la obra teatral son insertas en el contexto y diluídas como prácticas culturales de la época.
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(1) El trabajo objeto de análisis es de autoría del Prof. Eduardo Marcos Raspi. Las presentes reflexiones fueron realizadas con motivo del trabajo final de la asignatura Metodología de Investigación I en el posgrado de Estudios de Género, UNSa, dictada por la Prof. Ana María Bach.
(2) Eli Bartra, ?Reflexiones Metodológicas?, Documento de Trabajo, ?Metodología y diseño de investigación I?, Especialidad en Estudios de Género, UNSa, 2008.
(3) Sandra Harding, ?¿Existe un método feminista??, 1987, Documento de Trabajo, ?Metodología y diseño de investigación I?, Especialidad en Estudios de Género, UNSa, 2008.
(4) Esta elaboración fue realizada por Harding en 1987.. Sin embargo, en 1998 admite la existencia de ?patrones de conocimiento distintos? lo que tornaría razonable la existencia de un ?método específico? producido por los feminismos.
(5) Donna Haraway, SABERES SITUADOS: EL PROBLEMA DE LA CIENCIA EN EL FEMINISMO Y EL PRIVILEGIO DE UNA PERSPECTIVA PARCIAL en ?De mujer a género. Teoría, interpretación y práctica feminista en las ciencias sociales. Estudio preliminar y selección de textos: María Cecilia Cangiano, Lindsay DuBois?, Centro Editor de América Latina, Bs. As., 1993.
(6) Ver Alicia Puleo, ?Filosofía, Género y Pensamiento Crítico?, Universidad de Valladolid, Valladolid, 2000.
(7) Una vieja y astuta meretriz dice el autor párrafos antes.
(8) Las prostitutas por la colaboración en el engañoso matrimonio y el sacerdote porque la absuelve de sus pecados ya que tuvieron origen en la necesidad y no se cometieron con el consenso de la voluntad.
(9) Con esta mentalidad se justificaba el infanticidio motivado en la deshonra del marido y no en la alienación temporal de la mujer por cambios hormonales durante el parto.
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