La Provincia argentina de Entre Ríos (este) concedió una pensión a una mujer que acreditó haber vivido más de dos décadas en concubinato con un sacerdote que falleció en junio de 2014, confirmaron hoy a Efe fuentes del gobierno provincial.
La Caja de Jubilaciones y Pensiones entrerriana le otorgó la ayuda al considerar que las pruebas que aportó demostraban que existió una convivencia «con espíritu marital» durante más de 20 años, informó el presidente del organismo, Daniel Antonio Elías.
El hombre era un sacerdote de la Iglesia católica que ejerció como capellán en un hospital público y docente provincial, un hecho que para Elías, era «inoficioso» ya que la actividad eclesiástica no «empañaría» la gran cantidad de datos que aportó la mujer.
Por ese motivo, resolvió que era «procedente» entregarle el beneficio en carácter de «conviviente supérstite» (que sobrevive a la otra persona) después de recibir pruebas documentales que acreditaban la compra de bienes e inversiones en común, la igualdad de domicilio, coberturas de salud conjuntas y seguros de vida en los que ambos ponían de beneficiario al otro.
«Demostraba una convivencia con los caracteres que pide la ley» al haber formado «un núcleo familiar que sostenían compartiendo sus ingresos» durante, al menos, los cinco años previos al fallecimiento, tal y como exige la ley, afirmó.
En consecuencia, se consideró que la «ausencia» del sacerdote provocaba un impacto en el «estatus» que habían construido y por eso se le concedió la pensión, aunque esta es de «muy bajo monto», al estar por debajo del promedio de la provincia, que se sitúa en unos 14.000 pesos (970 dólares).
Según reveló Elías, el organismo no tiene la obligación de involucrarse en la intimidad de la pareja ni acreditar si hubo o no «amor conyugal», sino que basta con comprobar que la convivencia recíproca generó una «comunidad».
Hace unos años, en la provincia hubo otro caso de una mujer que invocaba haber tenido una relación e hijos con un cura fallecido pero en esa ocasión, no logró acreditarlo, por lo que es la primera vez que se otorga una pensión en estas circunstancias en Entre Ríos y, según Elías, en el país, ya que «no tiene noticia» de que haya ocurrido un hecho similar.
«Ejercí mi responsabilidad y lo resolví desde mi competencia, que es la jurídica», aseguró antes de hacer hincapié en que como católico, su «condición religiosa» no le generó «ningún tipo de presión» para actuar, ya que el hecho de que se tratara de un sacerdote pertenece a «otro ámbito de discusión».
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