Un hombre de 53 años fue condenado a la pena de seis años y dos meses de prisión efectiva como autor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal y coacción, en concurso real.

Los hechos ocurrieron en la localidad de General Güemes. La víctima (24) relató que en marzo del año pasado asistía a una iglesia evangélica donde los domingos colaboraba con la venta de empanadas y luego se quedaba a limpiar. Señaló que el imputado –panadero- también concurría al templo y solía quedarse a colaborar en esas tareas. Él tenía las llaves del templo. Dijo que el acusado la buscaba, la rozaba con su brazo y eso siempre la incomodaba.
Refirió que en una ocasión quedaron solos en la iglesia y, cuando ella se disponía a retirarse, él intentó hacerla entrar por la fuerza a un baño. La joven se resistió y pudo escapar de la situación porque justo en ese momento llegó su hermano a buscarla.
Poco después, el imputado llegó en bicicleta hasta la vereda donde ella estaba trabajando, en su puesto de empanadas, y le expresó: “Cuando terminés andá a la plaza porque tenemos que hablar de lo que vos andás mintiendo. Vos querés perjudicarme. Andá porque si no en cualquier momento te voy a dar una golpiza”.
Atemorizada, la joven concurrió al lugar donde el sujeto la había citado para hablar. Al llegar él la increpó diciéndole: “Dejá de mentir, vos sola me andás buscando a mí”. Y abruptamente la sujetó del brazo izquierdo y de la nuca, le tapó la boca, la llevó hacia un terreno baldío y la empujó al suelo. Ella quiso levantarse pero el agresor la tomó del cabello y su cabeza golpeó contra una piedra. La víctima manifestó que se sintió muy mareada y en ese momento él le levantó la pollera, le bajó la ropa interior y la accedió carnalmente. Antes de irse le advirtió: “No digás nada que si no va a ser peor”.