Comisión de la verdad pide anular Ley de Amnistía

Brasil revela por primera vez los horrores de su dictadura

Una Comisión de la Verdad pide anular  una Ley de amnistía de 1979 para juzgar la tortura.» Las nuevas generaciones merecen saber la verdad» dijo la Presidenta Rousseff, ella misma una torturada, que, asegura, no querer » revanchas»Dilma-1_2

La comisión de la verdad que investiga las violaciones a los derechos humanos de la dictadura militar de Brasil entre 1964 y 1985 pidió el miércoles anular una ley de amnistía de 1979para que los responsables puedan ser procesados.

El largamente esperado reporte identificó a 377 personas como responsables de lo que llamó crímenes de lesa humanidad, que incluyen torturas, matanzas y desapariciones forzadas de activistas y brasileños comunes a los que se consideraba opositores al régimen.

La comisión fue creada en 2012 por la presidenta Dilma Rousseff, una ex guerrillera marxista que fue torturada por el Ejército a principios de la década de 1970, para arrojar luz sobre un capítulo oscuro de la historia brasileña en un intento por promover la reconciliación nacional.

El reporte de la comisión incrementó el número de personas asesinadas o desaparecidas durante la dictadura a 434 desde una cifra oficial calculada previamente en 362. También arrojó luz sobre casos en los cuales compañías privadas ayudaron al Ejército a identificar a activistas izquierdistas que se oponían al régimen de derecha.

Según Rousseff, el hecho de hacer público el informe hoy, en coincidencia con la celebración del Día Internacional de Derechos Humanos, «es también un tributo a todos los hombres y mujeres del mudo que han luchado por la democracia y ayudaron a hacer mejor a la Humanidad».

Dilma no quiere «revanchas»

Una emocionada Rousseff estalló en lágrimas al recibir el reporte de la comisión. Pero también pareció rechazar los pedidos de procesamiento, reiterando su posición de que la estabilidad democrática duramente ganada en Brasil importaba más que sus creencias personales o el pasado.

«Las nuevas generaciones merecen saber la verdad», dijo. «Pero la verdad no debe ser confundida con buscar venganza, no debe ser motivo de odio o para saldar cuentas», agregó.

Siendo una joven marxista a principios de los años 70, Dilma Rousseff fue encarcelada, colgada boca abajo y torturada con descargas eléctricas en pies, cabeza y pechos por la dictadura militar brasileña.

Pero hoy, como presidenta, se niega a dar pasos para obligar a que oficiales militares de aquella época sean juzgados por tales abusos, convencida de que la estabilidad democrática duramente lograda por Brasil importa más que sus creencias personales o su pasado.

Su postura ha decepcionado a algunos activistas que creen estar más cerca que nunca de llevar a juicio a los líderes de la dictadura de 1964-1985 y a los que les ayudaron.

A diferencia de otros países como Argentina o Chile, los soldados brasileños de tiempos de la Guerra Fría nunca han sido castigados por sus crímenes contra los derechos humanos.

«Los años de plomo»

La dictadura brasileña (1964-1985) detuvo ilegalmente y torturó opositores, los violó, castró y mató: es una época conocida como «los Años de Plomo», que alude al material de que están hechas las balas.

Según detalla en su informe de 4.400 páginas que la Comisión Nacional de la Verdad (CNV) divulgó el miércoles, la tortura fue el eje de sus interrogatorios. Entre los métodos destacó el ‘pau de arara’, donde el torturado era amarrado de manos y pies a un palo, como si fuese un animal a punto de ser asado.

Dulce Chaves Pandolfi contó que fue usada de modelo para enseñar a torturar a otros soldados. «El profesor hacía demostraciones con mi cuerpo. Cuando me aplicaron choques eléctricos colgada de la forma ‘pau de arara’, oí al profesor decir que era la técnica más eficaz», detalló.

La comisión estableció que «uno de los aspectos menos conocidos del horror» de la dictadura radica en relatos de niños y adolescentes que fueron «seguidos, perseguidos, presenciaron a sus padres siendo baleados o crecieron dentro de una prisión o vivieron acciones violentas dentro de su propia casa».

Violencia sexual

La CNV «constató que la violencia sexual constituyó una práctica extendida en el período», que sobrepasó «todos los límites de la dignidad humana». Mujeres violadas reiteradamente y tratadas como «prostitutas» o «adúlteras», hombres que fueron castrados a sangre fría, abortos provocados por la tortura: los prisioneros no eran dueños de sus cuerpos y estaban sometidos a la «dominación total» de sus torturadores.

Karen Keilt, presa en 1976 en Sao Paulo, contó a la comisión que al ser detenida «comenzaron a pegarme, me amarraron y me daban golpes y choques eléctricos en los pechos, en los pezones».

«Comencé a sangrar de la nariz, de la vagina. Estaba muy mal. Llegó un guardia y me llevó a una celda y me violó. Fue horrible, horrible», relató a la comisión.

Además en dictadura, se consideró a los homosexuales como nocivos, peligrosos para la familia, la moral y las buenas costumbres.

El informe también detecta que militares atentaron contra camaradas de armas que defendían la estabilidad democrática, narra masacres cometidas contra trabajadores en huelga y persecución a algunos miembros de iglesias cristianas acusados de apoyar a grupos de izquierda.

Imagen : www.lavoz.com.ar