Contra el abuso sexual infantil

“¡Abuela, salvame!”

Los casos de abuso sexual contra niños aumentan en el país. Las leyes acompañan la protección de los chicos pero hay cuestiones jurídicas por saldar.abuso la gaceta

Apenas su compañerito del jardín le tocó la espalda para invitarla a jugar, ella se dio vuelta furiosa y le mordió la mano. M. jamás había reaccionado así. La maestra llamó a la mamá para buscar una explicación. “¡Lo mordí porque él me quería tocar, mamá!” S. ya no entendía nada. A los cuatro años su hija había vuelto a hacerse la pis en la cama. Lloraba y se asustaba con cualquier cosa. Empezó a pedir la mamadera cuando ya la había dejado. La señorita pidió un diagnóstico psicológico y a las pocas sesiones ella misma consiguió que su hija se lo confesara. “El abu me toca, pero me decía que si vos te enterabas me ibas a pegar, por eso no te podía contar”.

Hoy es el Día Mundial contra el Abuso Sexual Infantil. A pesar de que Argentina tiene todas las leyes necesarias para proteger a los niños, niñas y adolescentes, los casos aumentan año a año. En el Centro Municipal de Violencia, Mujer y Derechos Humanos se reciben uno o dos casos nuevos por semana. La psicóloga Ana Valoy, del Equipo de Prevención de Abuso Sexual Infantil, asegura que en el 90% de los casos los agresores son del entorno familiar. Esta es la razón por la que el niño calla, está amenazado.

“El aumento de las denuncias por abuso sexual infantil se debe en primer lugar a que hay más conciencia de los derechos de los niños y se animan a denunciar. Pero también es cierto que hay más violencia en la sociedad”, dice la abogada Lucía Briones, coordinadora del centro municipal que tiene un programa de prevención del abuso sexual infantil. Trabaja con chicos, padres y docentes.

“Cuando las víctimas no son tratadas psicológicamente pueden aparecer problemas peores. Un autor, Juan Eduardo Tesone, habla sobre ‘el cuerpo robado’: estos chicos sienten que su cuerpo no vale hasta que pagan por él, entonces, si no se tratan estas violaciones (porque decir ‘abuso’ es un eufemismo) pueden caer en la prostitución a temprana edad, o en las adicciones, porque tratan de contar lo que les pasa hasta que alguien los escuche”, explica Briones. Los cursos de prevención de la Municipalidad se solicitan a los teléfonos 4977018/19.

La abogada Liliana Soraire observa que a pesar de que existen suficientes leyes de protección de la niñez, “la complejidad para acreditar los abusos, así como la falta de diligencia y de impulso procesal de los actores involucrados en el proceso judicial, determina que muchas veces los agresores sean sobreseídos o no encuentran prueba suficiente”. Cuenta que tuvo un caso de una niña de cuatro años cuyo padre biológico abusaba de ella. La madre denunció y gracias a que le descubrieron una vulvavaginitis el caso se llevó a la Justicia. “Pero el juez le concedió al padre un régimen una visita sin supervisión. Como la niña le tenía terror al padre, la psicóloga dijo que el papá debía ayudar a pagar el tratamiento. Fue allí cuando el padre se negó a pagar y no volvió nunca más”. Pero en otros casos el poder de que un niño deje de ser abusado está en las manos de un juez. Cuenta Soraire el caso de un abuelo materno que abusaba de su nieto desde los dos años. La abuela paterna se dio cuenta e hizo la denuncia. La madre del niño, que era soltera, vivía con el agresor. “La abuela paterna y el padre llevaron al chico que ya tiene cinco años al hospital de Niños y ahí se comprobó que tenía lesiones. El chico quería a su mamá pero no quería volver a su casa donde estaba el abuelo. ‘Abuela, salvame’, le dijo. El juez le dio la tenencia al padre, pero ahora le quiere dar a la madre un régimen de visita sin supervisión mientras el abusador está libre y ni siquiera se le ha dictado la prisión preventiva”, dice la abogada.

A los chicos les cuesta muchísimo dar su testimonio, porque deberían acusar a sus padres, padrastros o tíos, es decir, personas queridas del entorno familiar. Muchas veces, cuando finalmente se animan a hablar, los adultos no están preparados para escuchar esa verdad. A fines de octubre se convirtió en Ley la reforma al Código Penal para que el delito de abuso sexual infantil no prescriba. Esto permitió mantener viva la denuncia de Sebastián Cuattromo, un joven que había sido abusado por un religioso antes de terminar la escuela secundaria en Buenos Aires. Su agresor fue condenado a 12 años de prisión.

Lo que tenés que saber

– Por la ley 6.518 de la Provincia todos los profesionales de la salud (médicos, psicólogos, odontólogos, enfermeros, farmacéuticos), trabajadores sociales y maestros están obligados a denunciar casos de maltrato infantil.

– ¿Cuándo denunciar?: “Cuando se tengan motivos razonables para creer o se tenga conocimiento de un menor de 18 años que ha sufrido cualquier forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación” (ley 6.518)

– ¿Cómo identificar?: Por el relato del niño y cambios de humor, silencios, llanto inmotivado, tristeza, aislamiento.

Las cifras que maneja Unicef

76% de los abusos contra niños, niñas y adolescentes corresponde al propio padre de las víctimas.

De 0 a 5 años es el período de edad en que más reciben maltratos físicos y psíquicos por parte de los padres.

De 11 a 18 años – Entre esas edades las niñas y las adolescentes que son víctimas de violencia casi duplican la cantidad de casos respecto de los de género masculino.

2 – Cada agresor registra un promedio de dos víctimas abusadas.

De 0 a 10 años – Los niños en esta franja etaria fueron víctimas de violencia física en mayor medida que las niñas.

De 11 a 15 años – Entre esa edad se presenta la mayor cantidad de víctimas de violencia ejercidas por las madres.

11 años – A partir de esa edad, las mujeres tienen mayor probabilidad de ser víctimas de violencia que sus pares de género masculino.

4 veces – La violencia sexual afecta cuatro veces más a las niñas y las adolescentes que a sus pares de género masculino. (Serie 1. Violencia contra NNyA)

Imagen : La Gaceta

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