El 29 Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Salta este último fin de semana dejó tela para seguir cortando, principalmente, por la cantidad de temas que les interesan a las mujeres resolver para terminar con las diversas formas de violencia y seguir avanzando en lograr la igualdad de derechos.
La declaración de la emergencia nacional por la violencia contra las mujeres y el apoyo al aborto legal, seguro y gratuito para evitar mayores muertes de mujeres en situación de pobreza y/ o vulnerabilidad social son las demandas y conclusiones centrales que dejó este encuentro de mujeres en Salta.
“Cómo” se abordaron estos temas (que son polémicos y complejos) y “Qué” otras diversas temáticas se trataron en los más de 60 talleres que se realizaron en la ciudad -donde participaron 40 mil mujeres- no fue el objeto informativo de una gran parte de la prensa salteña, de las empresas mediáticas y periodistas que se sostienen por el financiamiento de grupos conservadores ligados a la iglesia católica y también a la evangelista. Solamente basta con ahondar en el origen académico de algún@s comunicadores sociales, provenientes de la Universidad Católica de Salta, formados bajo el lema goebbeliano“miente, miente, miente que algo quedará, cuánto más grande sea una mentira más gente la creerá”.
Para muchos de ell@s la noticia estuvo enmarcada en la mentira: “las mujeres vienen a destrozar la ciudad”, “tienen relaciones sexuales frente a la catedral de Salta”; el prejuicio escandaloso de “hubieron escenas de lesbianismo” (un beso entre dos mujeres), la morbosidad de “marchar con los pechos desnudos” o las pintadas simbólicas que decían “Muerte al Macho”; algunas de éstas acciones realizadas por un minoritario grupo político partidario de mujeres que decidió no acompañar el sentir de la gran mayoría que participó de la mayor marcha realizada en un encuentro de este tipo.
Explicarle a un periodista o comunicador social que no existe una sola verdad, que la realidad está formada por diversos hechos con diversas posturas que son necesarias reflejar; y que el juicio o la valoración del hecho debe hacerse en el marco del mayor conocimiento, respeto y responsabilidad social por la audiencia; es como explicarle a un médico que para hacer un diagnóstico certero de salud debe realizarle a la persona análisis, radiografías u otra técnica que muestre o compruebe su estado de salud.
La Defensoría del Público declaró a este año como “El año de lucha contra la violencia mediática hacia las mujeres y la discriminación de género en los medios audiovisuales”, en este marco, la cobertura periodística de la mayoría de los medios locales sobre el 29 Encuentro Nacional de Mujeres en Salta se realizó con violencia mediática hacia las mujeres que participaron del encuentro -según lo establece la Ley 26.485 de Protección Integral hacia las mujeres- porque difundieron mensajes e imágenes estereotipadas que injuriaron, difamaron, discriminaron, legitimando la desigualdad de trato y generando violencia hacia las mujeres participantes, estigmatizándolas como “feministas”, “locas”, “violentas” y “anticristianas”, entre otras.
La cobertura periodística de este encuentro deja sentada la urgente necesidad de que periodistas y comunicadores salteñ@s se formen e informen en la ampliación de los nuevos derechos comunicacionales y de género para dejar de lado la mirada prejuiciosa y mentirosa de la información que difunden. Comprender que el valor ético de una cobertura periodística es que se realice con toda la responsabilidad social que implica influir en la opinión de la audiencia o el público; y que el fanatismo consumista que “el escándalo es lo que vende” desaparezca de la lógica informativa. De esta manera, sí podremos ayudar a que la hipocresía que persiste en la sociedad salteña deje de ser el centro de la noticia y la realidad social se muestre con todas sus aristas. Es el derecho de la audiencia y nuestra obligación profesional.
Imagen : www.cuartopodersalta.com.ar