Tucumán

«Yo nena, yo princesa», el libro de la primera niña trans del país

Gabriela Mansilla presentó en la provincia la historia de su hija, que a los cuatro años pidió que la llamaran Luana.libro trans

Gabriela Mansilla estuvo mucho tiempo desorientada. Su hijo Manuel, que tiene un hermano mellizo, no dormía, se agredía, lloraba y se le caía el pelo desde los dos años. Los médicos no comprendían qué sucedía y ella no tenía a quién recurrir. Pero eso cambió cuando el nene aprendió a hablar y con cuatro palabras le aclaró todo a su madre: «yo nena, yo princesa».

Esa es la historia de Luana, el primer caso en Argentina de una nena que accede al cambio de nombre en el DNI y es el primer caso en el mundo en el que se hizo el reconocimiento de identidad de género sin un proceso judicial.

Mansilla, madre la niña que ahora tiene ocho años, vino a Tucumán a presentar su libro «Yo nena, yo princesa», en el que documentó el proceso que vivió junto a la pequeña y los miedos que la embargaron a ella. La presentación se realizó esta tarde en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Tucumán, en el marco de una mesa de trabajo conformada por distintas organizaciones de la sociedad civil para capacitar sobre la temática de la identidad género organizada por el Colegio de Psicólogos de Tucumán, Andhes, Attta, La Bolivar, ADN y el Observatorio de Género y Diversidad.

«El libro fue mi diario íntimo, lo fui escribiendo a medida que iba a la terapia. Escribía todo el día porque las cosas pasaban todo el tiempo y tenía miedo de olvidarme. Minuto a minuto. Escribía y seguía los diálogos que teníamos con Luana, que entonces era Manuel», contó Mansilla en diálogo con LA GACETA.

La madre de Luana contó que quisieron publicar el libro para que les sirva a otras familias. «En el mundo no hay un registro de este tipo de proceso, de una infancia trans contada desde el lado de la madre», explicó.

«Al principio no lo entendí, hasta que me lo dijo. Estuve dos años perdida. Cuando empezó a hablar me dijo ‘yo nena, yo princesa’, por eso el libro se llama así. Yo lo dejé pasar. Hasta que un día me dijo: ‘yo soy una nena, me llamo Luana. Si no me decís Luana no te voy a contestar’. Fue devastador, lloré todo. Por culpa, por no haber entendido antes. Estuvo muy mal psíquicamente, físicamente», confesó.

Mansilla afirmó que tuvo mucho miedo, especialmente por su hija ya que veía lo que sufrían las chicas trans antes de aprobarse identidad de género, que ya se discutía. Pero que luego buscó asesoramiento y habló con muchas personas trans adultas, quienes le dijeron: «le estas dando la infancia que hubiéramos querido tener. Luana va a querer ser libre y amada. Le estás ahorrando años de sufrimiento».

Según reveló Mansilla, su hija siempre fue Luana. «Le preguntaron desde cuándo se sentía niña y ella dice que hace mucho. Tiene conciencia de que antes se la trataba como Manuel, aunque ella se sentía Luana. Y que un día la empezaron a tratar como Luana. Siempre fue Luana», apuntó.

 

Imagen : La Gaceta