Misiones

Violó y embarazó a la hija doce veces: recibió condena de 35 años

Hector Neris Cardozo (70) hizo vivir un verdadero infierno a su familia durante 38 años. Comenzó a manosear, golpear y violar a sus dos hijas cuando tenía diez y catorce años en Colonia Gisela. Admitió su culpa y un juicio abreviado lo sentenció largos años a prisión.violador misiones

Durante 38 años sometió a toda su familia a vejaciones constantes. Comenzó a manosear, golpear, amenazar y violar a sus dos hijas cuando tenían diez y catorce años. La dramática historia se inició en 1976, en la chacra de Colonia Gisela, Jardín América. Y el resumen resalta que a una de sus víctimas embarazó en doce ocasiones, de las que dio a luz a nueve criaturas. Una falleció a los ocho meses de vida.


Héctor Neris Cardozo tiene hoy más de 70 años, y el viernes 21 de noviembre cuando en el país no se debatía otro tema que no sea el ballotage del domingo, admitió su culpa y aceptó la propuesta de un juicio abreviado con una condena de 35 años de prisión.
 
Según las fuentes de la causa, el calvario al que Cardozo forzó a su familia, supera, lo deja añicos, al caso del austríaco Josef Fritzl, «El monstruo de Viena, o de Amstetten», que mantuvo cautiva durante 24 años a su hija dentro de un sótano donde la violó y tuvo siete hijos. En este caso el encierro para las hijas de Cardozo, fue la chacra y la violencia de su padre.
La madre de las niñas abandonó el hogar en 1978, escapó, huyó como pudo de los golpes y amenazas, pero se fue sola, dejó a sus hijas en las garras de su progenitor. Las menores fueron abusadas sexualmente dentro y fuera de la vivienda, incluso, mientras debían cumplir con las tareas de limpieza.
En las denuncias hechas en octubre de 2014, relataron con precisión y sin riesgo de una sospecha de fabulación, que fueron violadas, incluso cuando lavaban ropa en un arroyo, y que no debían gritar y mucho menos llorar, para que la madre no se enterara.
Pocos días antes que la pareja de Cardozo abandonara a sus hijas, una de ellas, de diez años, mientras cuidaba los animales vio como su padre violaba a su hermana de catorce. Fue obligada a presenciar el acto aterrada porque la amenazaba con un puñal. Minutos después, sufrió el ultraje sexual con la misma ferocidad.
Cardozo violó a las dos indefensas «sin importarle los llantos de dolor y desconcierto, el terror, los ruegos», describió el fiscal del Tribunal Penal Dos, Alberto Rolando Oliva en los autos de requerimiento de condena en juicio abreviado al que PRIMERA EDICIÓNtuvo acceso exclusivo.
Las habría abusado bajo las mismas advertencias: «No lloren, ni griten, su mamá no debe enterarse».
La menor de las víctimas padeció las vejaciones durante cuatro años. A los catorce escapó como pudo e imploró cobijo en la casa de un vecino y nunca más regresó, pese a los constantes intentos de su padre por reintegrarla a su infierno. Su hermana no se atrevió a intentar seguirla, a base de golpizas y amenazas de muerte, el miedo germinó en su conducta.
A los quince años dio a luz por primera vez. Pero quedó embarazada en doce oportunidades, tres bebés no llegaron a nacer y uno falleció a los ocho meses de haber visto la luz.
Forzada por su padre, crió cinco hijos varones (hoy mayores entre los 33 y 19 años) y tres mujeres, estas últimas de 17, 14 y 11 años, quienes cambiaron su apellido por el de la actual pareja de su madre.
En 2006, tras 30 años de sufrimiento, esta víctima logró liberarse y sacar a todos sus hijos de las garras de su padre y abuelo.
En marzo de 2015, cuatro meses después haberse atrevido a denunciar a su abusador, se sumaron al expediente las comprobaciones genéticas: con un grado de 99,99 por ciento de certeza, los cinco mayores y las tres menores fueron confirmados como hijos de Cardozo.
Para el fiscal Oliva no quedaron dudas: «En el contexto emocional de las víctimas (…) Al momento de relatar los hechos respectivos, su nivel de precisión y detalle respecto de los modos y tiempos en que ocurrieron, analizados mediante el uso de la sana crítica racional, convierten a sus testimonios en una importante prueba de cargo (…) Con grado de verdad real».
Nada lo frenaba
En noviembre del año pasado, Cardozo decidió sumar una denuncia más en su contra. Fue hasta la casa de uno de sus hijos en el paraje Tres Cerros de Santo Pipó y lo atacó a machetazos. Desde una casa aledaña, el actual esposo de una de sus hijas violadas intervino y habría logrado evitar un asesinato.
Pero Cardozo guardaba una gota más de crueldad y lanzó: «Vos no te metas, ya va a llegar tu turno y te voy a matar también», pero también le dejó un mensaje a su hija: «Estoy orgulloso de haberte violado cuando eras niña». Por este hecho, también fue imputado del delito de «amenaza simple» (artículo 149 del Código Penal).
Ya detenido se confirmó, tras los análisis correspondientes, que Cardozo es plenamente capaz de soportar las acusaciones porque comprende la criminalidad de los actos y dirige sus acciones.
El viernes pasado, su abogado defensor, Víctor Luciano Gómez, aceptó el juicio abreviado ofrecido por el Fiscal -nueve días antes- y se firmó la condena a 35 años de prisión (artículos 12, 40 y 41 del Código Penal) en dos causas como autor del delito de «abuso sexual (artículo 119 C.P.) con acceso carnal gravemente ultrajante para la víctima por su duración y por la circunstancias de su realización, doblemente agravado por el vínculo y por el aprovechamiento de la convivencia», y «amenaza simple».
Jurisprudencia
Los últimos casos de condenas superiores a los treinta años de prisión a abusadores seriales en el país y en la provincia fueron citados en el ofrecimiento de juicio abreviado a Héctor Neris Cardozo.
Agosto de 2008: 
El Tribunal Oral en lo Criminal Seis de la localidad de Morón en la provincia de Buenos Aires, condenó a 44 años de prisión a Mario Santiago Olivera por cinco casos de abuso sexual, cuatro robos y un rapto, ocurridos el 7,9,10 y 20 de abril de 2006 en distintos puntos de la zona oeste del conurbano bonaerense.
Mayo de 2012: 
La Sala II en lo Penal y Correccional de la provincia de San Juan, condenó a 40 años de prisión a Osvaldo Arena, profesor de karate, acusado por “el abuso sexual gravemente ultrajante agravado y reiterado y con acceso carnal” de cuatro alumnas entre 8 y 15 años, denunciados como ocurridos durante el 2003 y 2010.
Octubre de 2012: 
Guillermo Casero, alias “El sátiro de la pollerita roja” fue condenado a 35 años de cárcel por diez casos de abuso sexual con acceso carnal en la localidad bonaerense de Florencio Varela.  En ocho casos fue agravado por el uso de un arma de fuego. En octubre de 2013 se casó con una travesti dentro del penal, Marcelo Bernasconi, sentenciado a perpetua por haber asesinado a su madre y un hermano.
Julio de 2013: 
Uno de los casos de mayor resonancia mediática en la provincia fue resuelto por el Tribunal Penal Uno de Posadas, el que condenó a 35 años de prisión a Francisco Aníbal Engel, alias “Moncho”, por el “abuso sexual con acceso carnal” a sus tres hijas.
Datos
Más del 99,99%
Los estudios genéticos que determinaron la compatibilidad filial de los ocho hijos vivos de Cardozo se realizaron en una clínica de Capital Federal a cargo del doctor Gustavo Penacino.
Contundentes relatos
Para el fiscal Alberto Rolando Oliva, la precisión y coincidencia de los relatos de las dos víctimas de los abusos sexuales se convirtieron “en una importante prueba de cargo con grado de verdad real”.
Comprende sus actos
Ya detenido los resultados de los estudios psiquiátricos y psicológicos confirmaron que Héctor Cardozo, «es plenamente capaz de soportar las acusaciones porque comprende la criminalidad de los actos y dirige sus acciones», es decir, imputable.
Josef Fritzl: «El monstruo» de Amstetten, Austria
A finales de abril de 2008, la policía de la pequeña localidad austríaca de Amstetten detuvo a Josef Fritzl a la salida de un hospital. Estaba acompañado por su hija Elisabeth y dos niños. La sorpresa fue mayúscula cuando la historia fue descubierta.
En 1977, cuando Elisabeth tenía once años, su padre comenzó a abusar sexualmente de ella. El 28 de agosto de 1984, la drogó y encerró en el sótano de la casa en un refugio antiatómico de hormigón con una puerta de acero.
En ese sitio Elisabeth vivió 24 años y tuvo siete hijos hasta el 26 de abril de 2008, cuando Fritzl la lleva junto a dos hijos, Stefan y Kerstin, al hospital.
Un médico que los asistía, Albert Reiter, encuentra un papel que decía «auxilio» dentro la ropa de uno de los menores, sospecha y llama a la policía y Josef Fritzl no aguanta el interrogatorio y confiesa. Los investigadores  luego acuden a la casa y descubren el sótano.
Al año siguiente, «El monstruo de Austria» fue condenado a reclusión perpetua.
A principio de los ’70 Fritzl construyó una prisión con una pequeña puerta escondida que se accionaba mediante un código secreto que sólo él conocía.
La esposa de Fritzl, Rosemarie, declaró no saber nada de dónde estuvo Elisabeth durante 24 años. Creyó que su hija había desaparecido voluntariamente según las cartas manuscritas que se encontraron de ella, y que en realidad, fueron forzadas a escribir por el padre.
En 2009, Elisabeth relató el tormento al que fue sometida. Reveló que su progenitor abusaba sexualmente de ella a menudo desde los once años, dando lugar a una relación incestuosa que además había dado como resultado el nacimiento de siete hijos, uno de los cuales falleció a sólo tres días por problemas respiratorios.
Mientras tanto, del resto de los niños, tres fueron adoptados, legalmente por Fritzl y su mujer, Rosemarie, que hasta el momento de la confesión de su hija jamás sospechó nada de lo que estaba sucediendo.
Imagen : Primera edición