Esa fue la afirmación que realizó la Lic. en Comunicaciones Sociales, periodista e integrante de la Red PAR, docente universitaria y militante por los derechos de las mujeres, Gabriela Barcaglioni, al ser consultada por La Otra Voz Digital, sobre la utilización de una Red social como espacio de respaldo a la denuncia judicial interpuesta en una situación de violencia de género.
El caso puntual, que trascendió la esfera de los juzgados para ser abordado por los medios de comunicación de todo el país ocurrió en Mendoza, adonde la joven Daina Sperdutti, vivió durante largos meses una situación de violencia sexista en manos de Rodrigo Zapata, con quien mantuviera una relación amorosa.
La chica de 19 años, además de denunciar ante las autoridades judiciales al agresor, publicó las fotografías de la última golpiza a través facebook, como una forma de brindar su testimonio a otras mujeres que atraviesan situaciones similares.
Exponer su historia trajo la solidaridad y el respaldo de miles de personas y la discusión mediática de si deben o no emplearse las nuevas tecnologías en este tipo de hechos.
Para Barcaglioni, la situación no sólo desnudó lo que es e implica la violencia de género sino que además puso en alerta a muchas otras mujeres que pueden estar viviendo situaciones similares. «Daiana públicamente pone en alerta a otras mujeres sobre esta dinámica de la violencia que se expresa en un ciclo que va desde el insulto al golpe en continuidad con el arrepentimiento, el pedido de perdón y la promesa de que no volverá a suceder por parte del hombre que utiliza la fuerza para doblegar a quien dice querer», subrayó la militante.
«Su mensaje desnaturaliza una relación que permite la reproducción de las relaciones violentas y es la de asociar los celos, el control, con el amor. Su novio la golpeó después que ella, frente a él, escribió un mensaje de texto», consideró la peridodista, que se desempeña además dentro del Programa Bonaerense de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia.
Barcaglioni afirmó además, que la forma de denuncia que utilizó la joven mendocina, «arremete contra la impunidad de la cual goza el golpeador y que le permite seguir amenazando, controlando, dominando y agrediendo, muchas veces sostenida por quienes descreen del relato que hacen las mujeres cuando pueden y deciden contar lo que les pasa, no solo familiares, amistades o personas de su ámbito laboral o profesional sino aquellas que debieran darle una respuesta a su situación, la policía, l@s operadoras de Justicia, profesionales del sistema de salud», asegurando que si bien «Daiana ha dado el primer paso para salir de la situación de violencia ahora nadie que haya tomado conocimiento de ella debería permanecer en silencio o inmóvil».
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