Adriana Onaga

Una argentina con raíces en Japón

A casi un mes del terremoto de 9 grados en la escala de Ritcher, que acabó con la esperanza de miles de familias japonesas, Adriana Onaga, una argentina descendiente de orientales y con raíces en Japón, que vivió más de una década en ese país y que tiene a su esposo y tres hij@s en aquel lugar, vive la angustia y la incertidumbre diaria, a la espera de un nuevo contacto con l@s suyos, que le asegure que todo se mantiene en calma.

Onaga cuenta sin perder la esperanza, que desde el terrible movimiento ocurrido, que alcanzó la magnitud de 7,4 en la escala de Richter, en la región de Miyagie, en el noreste de Japón, durante esta jornada, ha perdido contacto con su esposo.

Relata que espera ver la transmisión de la CNN para conocer la dimensión del daño ante estos inconvenientes con las vías de comunicación.

De abuelos japoneses, Onaga decidió en la década de los 90, emprender una aventura y adaptarse a una sociedad a la que sólo conocía a través de tradiciones familiares y sin conocer el idioma.

En su rol de mujer trabajadora, que desde su vuelta a Argentina por razones de salud no ha logrado reinsertarse laboralmente, comprende la reticencia de su familia a emprender el regreso, aún cuando eso implique poner en riesgo la vida por la crisis nuclear que desató el primer terremoto.

Como esposa y madre, dice entender lo dificil que es la situación de sus hij@s, una de ellas mayor de edad, residente y ahora ciudadana de ese país desde los 7 años y los otros dos con esposas e hij@s japoneses.

Onaga comenta, que su marido que trabaja en una fábrica de procesamiento de pescado pensaba volver, pero que dado que su hija se niega a hacerlo, él ha preferido quedarse y acompañarla.

Señala también, que otra de sus hijas, su tía y y una prima regresaron hace una semana, resaltando la rápida asistencia de la Embajada argentina en Japón.

También señala, que la readaptación a nuestra sociedad es compleja, especialmente en el plano laboral, que es lo que por el momento desalienta al resto de su familia.

Onaga pertenece a la Asociación Japonesa en Salta, y desde ahí y pese a la preocupación que ahora la asiste se ha encargado de conseguir víveres para donarlo a la gente más humilde, en gratitud por el acompañamiento de las familias salteñas ante semejante desgracia.

De profundas creencias religiosas, Onaga, comenta que la Iglesia Católica crece a pasos agigantados en Japón y que si bien hay un respeto de la mujer hacia el hombre muy marcado, también los hombres se dirigen respetuosamente a las mujeres.

IMAGEN: spaintravelviajes.com