Se trata de Lucas Montero (38) y Carolina Porto (37), quienes están imputados como autor y partícipe necesaria, respectivamente, de «abuso sexual reiterado y corrupción de menores», en concurso real. Este lunes, en San Isidro, empieza el juicio oral.
Un productor de televisión y su esposa serán sometidos a juicio oral y público desde este lunes en los tribunales de San Isidro, presuntamente por haber abusado sexualmente de dos compañeritas de jardín de su hija en su casa de un country de la localidad bonaerense de Tigre.
Los imputados son Lucas Montero (38) y Carolina Porto (37), actualmente en libertad, quienes están imputados como autor y partícipe necesaria, respectivamente, de «abuso sexual reiterado y corrupción de menores», en concurso real. El primer delito tiene una pena de seis meses a cuatro años años de prisión y el segundo de seis a quince, ya que se trata de menores de trece años.
«Fueron muchos años de esperar, pero mis expectativas para el juicio son muy buenas porque hay muchas pruebas y muchos testigos de lo que pasó», dijo a Télam la madre de una de las víctimas, que tenía 4 años al momento de los hechos.
La mujer, cuya identidad se preserva para no identificar a su hija, dijo que espera que Montero y su esposa sean condenados porque «las pruebas son muchísimas, no sólo porque las nenas contaron todo sino porque las pericias son contundentes». El debate estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro, integrado por Lino Mirabelli, Clarisa Moris y Agustín Gons; en tanto que el fiscal de juicio será Jorge Strauss, el mismo que intervino en la instrucción de la causa.
Por la sala de audiencias desfilarán unos 60 testigos a lo largo de un mes, entre ellos los padres de las víctimas, que serán los primeros en declarar; maestras del jardín, psicólogas y peritos que realizaron estudios que confirmaron los abusos. La mujer consultada, que durante la investigación del caso recibió asistencia de la Unidad de Victimología del Ministerio de Justicia de la Nación y ahora es representada por los abogados Gustavo Posleman y Horacio Semín, dijo que su hija actualmente se encuentra bien y tuvo una «liberación» hace algunos meses cuando le empezó a contar con detalles todo lo ocurrido.
«Me contó todo: cómo, dónde y quién. Nosotros pedimos que volviera a declarar, pero como nos dijeron que no, yo tomé nota de todo lo que me dijo», explicó quien será la primera testigo en ser escuchada en la audiencia de mañana, en la que también son querellantes otros padres representados por el abogado José Vera.
Según dio por acreditado el fiscal Strauss, los hechos ocurrieron entre agosto y septiembre de 2007, en la casa de la familia Montero, ubicada en su casa del country «Isla del Sol», en Tigre, donde el productor de televisión y su esposa (entonces embarazada) hicieron desvestir en al menos dos oportunidades a dos niñas de cuatro años.
Los investigadores determinaron que, en base al relato de las propias víctimas en «Cámara Gesell», a las declaraciones de los padres de las niñas y al de psicólogos y psiquiatras, las nenas fueron sometidas a «tocamientos en la zona vaginal y anal».
«Los actos relatados fueron practicados con la participación necesaria de la esposa del comitente, quien se encontraba presente en el momento en que su marido cometía los actos lascivos, observando y hablando con las menores a los fines de tranquilizarlas», dijo Strauss en la elevación a juicio de la causa. La madre de una de las niñas contó que un grupo de padres habían armado un grupo y se turnaban para ir a buscar a sus hijas al jardín.
Aparentemente, los días que Porto retiraba a las niñas, las llevaba a su casa y allí «las vestía y las preparaba para su marido», afirmó la mujer.
En 2009, el fiscal Strauss había pedido que ambos acusados sean sometidos a juicio oral pero el juez de Garantías de San Isidro, Ricardo Costa, elevó a juicio sólo a Montero y le otorgó el sobreseimiento a Porto. Luego, en 2010 y tras una apelación, la sala II de la Cámara de San Isidro revocó el sobreseimiento de la esposa y ambos quedaron en condiciones de ir a juicio, pero los acusados presentaron recursos ante el Tribunal de Casación Penal, la Suprema Corte de Justicia bonaerense y la de Nación para evitarlo, hasta que el año pasado, el máximo tribunal rechazó el último de ellos.
Según fuentes de la causa, el acusado continúa trabajando en un canal de televisión abierta, mientras que su esposa, que el igual que él es periodista, está recluida en su casa del country de Tigre.
Imagen : www.elsindical.com.ar