La Otra Voz Digital Directora Marta César
El juez de la Sala VII del Tribunal de Juicio, Javier Aranibar, condenó a un hombre de 42 años por ser autor del delito de abuso sexual simple en forma continuada agravado por haber sido cometido contra una menor de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia preexistente, y le impuso la pena de cuatro años de prisión efectiva.
Si bien continuará en libertad hasta tanto se encuentre firme la sentencia, deberá dar cumplimiento con las siguientes restricciones: fijar domicilio en esta ciudad y comunicar cualquier cambio que realice, y no ausentarse de la misma sin previa autorización judicial. Deberá concurrir una vez por semana al Tribunal. Tendrá prohibido de acercarse a la víctima y a su grupo familiar y no podrá ejercer actos de violencia psicológica y física por cualquier medio, en contra de la víctima y todo su grupo familiar.
Estas medidas deberán cumplirse hasta tanto la presente quede firme la sentencia. En ese momento también se le extraerá material genético por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigación Fiscal (CIF), para ser inscripto en el Banco de Datos correspondiente.
La víctima, que actualmente tiene 26 años, contó durante la audiencia de debate que su madre inició una relación sentimental con el acusado desde que ella tenía 7 años. Se fueron a vivir juntos y a ella la trataba como hija.
Agregó que el problema comenzó cuando ella fue desarrollándose. Él echaba a sus amigos, los miraba mal, en la escuela no dejaba que ninguno se acerque. A eso se sumó que se había quedado sin trabajo, y que su mamá trabajaba de 8 a 10 y de 14 a 18.
Cuando ella tenía 11 o 12 años el acusado empezó a meterse en su habitación cuando su mamá se iba y ella quedaba al cuidado de él. Cuando ella se quedaba dormida, él , la violentaba sexualmente y la amenazaba para que no cuente nada, hasta que un día ella dijo que llorando habló con su mamá y le explicó lo sucedido, por lo que se mudaron a vivir con su abuela.
