La Red PAR (Periodistas de Argentina en Red – Por una comunicación no sexista) expresa su alarma por los espacios concedidos por cuatro canales metropolitanos al femicida Fernando Farré, apenas tres días después de ser sentenciado a prisión perpetua, por unanimidad, por un jurado popular integrado por seis mujeres y seis hombres.

Antes que analizar sus dichos –que estuvieron a tono con la estrategia de su abogado defensor–, nos interesa hacer foco en las decisiones de los/as directivos/as de los canales al aceptar la solicitud del femicida de “darle pantalla y micrófono”, y al consentir sus versiones e interpretaciones sin que hubiera casi repreguntas ni réplicas. Consideramos igualmente grave que la mayoría de las “entrevistas” se hayan emitido y repetido sin contextualización ni intervención de especialistas que expliquen el femicidio, que de ese modo quedó reducido a una conducta desviada, desconociendo su matriz patriarcal.
Precisamente la Red PAR propuso el pasado Día del/la Periodista a otros/as profesionales de la comunicación, incluir en las coberturas de la violencia de género un abordaje desde una perspectiva de derechos humanos, “que considere las situaciones de violencia machista como exponentes de una desigualdad estructural”.
Si a un femicida se lo entrevista sin repreguntas que orienten a las audiencias acerca de los motivos de la condena ni de las connotaciones culturales del femicidio, en una Argentina donde una mujer es asesinada cada 30 horas por su condición de tal (según cifras de La Casa del Encuentro); si se le permite expresarse como si fuera un líder de opinión y no como una persona que acaba de ser condenada a prisión perpetua, se legitima su comportamiento y se refuerza el discurso machista que justifica la violencia. Esa validación es tanto más negativa cuando, como en este caso, se presenta al femicida con supuestos atributos de clase: “un empresario exitoso”, “de buena posición económica”, “muy católico”, “un padre de familia”.
Son precisamente sus hijxs las víctimas sobrevivientes de su femicidio. Si cuatro canales de televisión y varios periodistas dieron valor a la palabra de Farré, es porque sus hijxs no pueden hablar, y tampoco podrá hacerlo nunca la mujer a quien asesinó.