En nuestro país la discriminación religiosa no alcanza el grado de intolerancia que supone la persecución religiosa, sin embargo, la discriminación se plantea desde el propio Estado al no otorgar un trato igualitario a las Iglesias.
Desde hace un tiempo la comunidad judía y la federación de iglesias evangélicas, vienen pidiendo al gobierno argentino una ley que las equipare ?en todo sentido? a la Iglesia Católica. Señalan que, aunque la ?libertad de culto? está garantizada por la Constitución Nacional, no todas las confesiones religiosas gozan de un trato igualitario.?Libertad de culto? no es lo mismo que ?igualdad religiosa?.
La Constitución Nacional otorga prerrogativas al culto católico, de modo que la ley que se solicita tiene por finalidad evitar la discriminación de la que hoy son objeto en razón de la legislación vigente, pues la libertad de culto, si no va acompañada de otras medidas que prohíban una diferenciación injusta, no es suficiente.
Un dato importante a tener en cuenta, que demuestra la discriminación de las iglesias no católicas, es que la Secretaría de Cultos pertenece al Ministerio de Relaciones ?Exteriores, lo que lleva a pensar- como dicen las iglesias- que los no católicos son extranjeros.
Discriminaciones provenientes de las religiones hacia la mujer
Lo que muchas veces no se registra es la intolerancia que proviene de las religiones y las discriminaciones que afectan a las mujeres.
Salvo el caso de las lapidaciones de mujeres en Nigeria por motivos religiosos, hecho brutal que recibe la condena internacional, otras formas de discriminación al interior de las iglesias no se reconocen como tales. Siempre se encuentra una ?justificación? en la tradición o en una determinada manera de interpretar textos sagrados.
Es el caso de la discriminación de las mujeres en la mayoría de las religiones. Como en otras expresiones de la sociedad también las iglesias reservan para ellas lugares secundarios.
El judaísmo ortodoxo, con fuerte preeminencia en algunos lugares, impide a las mujeres el estudio de la Torá. En los últimos tiempos, sin embargo, un judaísmo reformista permite a las mujeres participar en las sinagogas, en condiciones similares a las de los varones y ejercer como rabinas.
El Corán- texto sagrado de la religión musulmana- establece una serie de reglas contradictorias. Por un lado defiende acciones a favor de las mujeres (como prohibir el infanticidio de niñas, tan frecuentes en lagunas tribus) y, por otro, las discrimina de manera explícita. Por ejemplo: los hombres pueden tener más de una esposa, las mujeres no pueden tener más de un marido; los maridos pueden repudiar a su esposa, ellas no a sus maridos; las hijas mujeres reciben la mitad de la herencia que reciben los hijos varones. Y en las prácticas estrictamente religiosas, a las mujeres se les asigna un lugar diferenciado en el templo- oculto a las miradas.
Las iglesias cristianas tienen, también contradicciones respecto a las mujeres. Es indudable que el Cristianismo ha contribuido a la dignidad de la mujer en muchos sentidos, pero las iglesias cristianas también ejercen discriminación hacia las mujeres, aunque hay diferencias importantes entre ellas. Mientras la Iglesia Anglicana ha permitido a las mujeres oficiar las ceremonias del culto y acceder al cargo de pastoras y obispas, la Iglesia Católica se niega rotundamente a permitir a las mujeres acceder a ese espacio. La jerarquía de la Iglesia Católica ( Papa, Cardenales, Arzobispos, Obispos, Párrocos, Sacerdotes) está integrada exclusivamente por varones. Las mujeres solo pueden- como monjas o laicas facultadas por la Iglesia ? realizar funciones de apoyo : leer textos en los oficios religiosos, administrar algunos sacramentos, enseñar la doctrina.
Desde muchos sectores se reclama la educación en la tolerancia y el diálogo entre las religiones para evitar las violaciones de derechos humanos producto del extremismo religioso y de costumbres y prácticas fundadas en una interpretación- en la mayoría de las veces distorsionada- de la doctrina que profesan, y que resultan lesivas par las minorías religiosas o para sus propios/as creyentes.
* Construir la Igualdad
Por una ciudadanía sin exclusiones
Editorial de la Universidad Nacional de Salta, 1º Ed., Salta, 2008, 111, 112.
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