?TODAS SOMOS JUANA?

El caso de ?Juana Figueroa? trascendió las fronteras través de múltiples escritos, unos la condenan utilizando determinadas adjetivaciones, mientras que otros definen el desarrollo de los hechos agregando elementos del contexto de producción y dan cuenta de las percepciones colectivas de la violencia contra la mujer.

Estos escritos generan prácticas sociales que, al tomar contacto con el texto escrito, le concede significación especial a los textos y a las imágenes que estos llevan. Chartier (1999) sostiene que la circulación de lo impreso y las prácticas de lectura se encuentran en el centro de la esfera pública política, lugar definido como un espacio de debate donde las personas hacen un uso público de su razón sin que ningún límite pueda ser puesto al ejercicio de su juicio. La historia cultural entendida como una historia de las representaciones y de las prácticas, apunta a estudiar la dinámica de las representaciones y de las prácticas de las relaciones entre los sistemas de percepción y las fronteras que atraviesan el mundo social. En este sentido, los conflictos y la violencia constituyen un ámbito donde perfilan tensiones como las relaciones de género, las relaciones de poder, las relaciones entre varones y mujeres, la sexualidad, los afectos, etc. El hecho es que Juana Figueroa de 22 años, estaba casada, según consta en el Libro de Sentencias (Copiador Nº 5), con ?Isidoro Heredia de 32 años, de oficio carpintero, domiciliado en la calle Buenos Aires, entre las de San Juan y San Luis? (?). El 28 de marzo de 1903 la mujer fue encontrada muerta de un golpe en la cabeza a un costado del ?Puente Blanco?. El autor del crimen había sido su esposo. El abogado defensor sostuvo que Heredia ?ha cometido el hecho porque su esposa muy a menudo abandonaba el hogar en compañía de sus queridos? y que ?la única circunstancia agravante es el abuso de la superioridad por la edad, fuerza y sexo?. También resaltaba la ?perturbación intelectual puesto que en su declaración ?aparece el móvil del crimen, el germen del mismo, el odio, el resentimiento hacia su esposa, las amenazas hechas por ella anteriormente y que no hubo agresión ilegítima. Otra circunstancia utilizada como atenuante fue la irritación o furor del delincuente?. En base a esta exposición el abogado defensor solicitó que se atenúe la pena a diez años de prisión.

Juan Carlos Dávalos (1996) escribió hacia 1933 un relato titulado ?La Juana Figueroa?, en el cual presenta a Heredia como ?un pacífico mulato manso, tolerante, trabajador, imbécil, dulce, enamorado y ciego de amor, casado con una joven mulatilla, bonita, alegre, interesada, débil, entregada a la galantería del tomo y obligo?. En su relato el autor presenta una situación aislada y sin continuidad, la violencia se justifica con los problemas familiares, sentimentales y económicos. Da a entender que el hombre reacciona por la ausencia de su mujer que ?confiada en el ascendiente que ejercía sobre su marido nunca hizo caso de sus reclamos? dejándose arrastrar a las borracheras del arrabal. En contraste con la ?compostura y decencia de su marido? que siente un ?amor ciego?, está la ?la traición de la hembra ingrata y tornadiza? y el amor ciego del hombre. El ?crimen por amor? naturaliza la ?posesión? que tiene el marido sobre su esposa y es una forma errada y engañosa para explicar el asesinato de Juana. El relato da a entender que el amor por sí solo justifica la conducta criminal de Heredia, escondiendo y naturalizando situaciones de violencia extremas y justificando el control del hombre sobre la mujer que comete adulterio y es santificada por la ?promiscuidad monstruosa de la chusma?. Según relata Juan Carlos Dávalos, hacia 1933; ?camino de la Soledad, pasando el puente blanco, en la esquina del rastrojo y al pie del cerro, está el sepulcro de la Juana Figueroa. Es el santuario de una superchería popular, con todo el prestigio de una leyenda trágica. Al borde de la zanja vése un humilde túmulo de adobes, que remata en una ruinosa cruz de palo (?) Los pobres del suburbio, las muchachuelas palúdicas de los cuartos excéntricos, las cocineras de casas pobres, las alcahuetas supersticiosas, acuden todos los lunes a depositar como voto ante la milagrosa heroína, una vela de sebo, un medio boliviano o un corazoncito de plata.? En el relato Juana ?pertenece? a su agresor que la interna en una institución estatal como el Buen Pastor. El hombre violento aparece como una persona normal que se ?altera? por culpa de Juana, se convierte en un ser patológico, privado de la razón pero que sin embargo actúa de forma ejemplificadora y correctiva. La belleza estética es resaltada porque seduce los sentidos de quien la ve, Isidoro sostiene ?me enamoré apenas la ví?, en contraposición de su interior, Juana es una ?mala mujer? que no cumple con los quehaceres domésticos ni con la atención del marido. Por su parte Jorge Calvetti (1918-2002) escribió en 1966, un poemario en el que construye la imagen de la mujer infiel y la del asesino enamorado. Es una forma en la que el imaginario social se conmueve con el mal llamado ?crimen de amor, romántico y apasionado?, que toma como base los mitos creados socialmente sobre la mujer. ?-Porque amabas te amaron./ Tu amor era una antorcha que los hombres alzaban para quemar tristeza./Con ella se hacían señas/de cerro a cerro, de placer a placer, de pena a pena,y un día/ ?oh menesterosa- de quietud te vistieron/ y tristes lunes para siempre?(?) En el caso de la percepción pública el castigo constituiría un discurso, que al ser ?leido? permitiría la interpretación y la constitución de una entidad significante para la trama cultural (Garcés: 1999). Estas representaciones adscriben y prescriben ideas y comportamientos tanto masculinos como femeninos que crean las condiciones para que el varón considere que tiene poder sobre la mujer. Foucault (1993) sostiene que en la sociedad existe una multiplicidad de poderes que se ejercen en la esfera social porque las relaciones de autoridad están situadas en distintos niveles. El análisis de este fenómeno es posible a partir de la relación entre el poder y la sumisión ya que en las relaciones familiares, sexuales y laborales existen condicionantes que posibilitan el funcionamiento del poder que, a su vez, se construye y funciona a partir de otros poderes (o sub poderes). El poder funciona en cadena porque no es simplemente la relación entre quienes lo tienen y quienes lo padecen, sino que el poder se ejerce a través de una organización que posibilita su transversalización.

II PARTE

En el ?Suplemento del Domingo? (23-03-80) un periodista sostiene que ?Juana Figueroa había sido una mujer infiel, bastante descocada y con marcada inclinación por el beberaje y la parranda, así que dada nuestra mentalidad latina, que perdona cualquier cosa menos la infidelidad, Isidoro había matado con justicia. Era culpable pero tenía razón. Por ende resultaba la verdadera víctima de este suceso, pero esa idea se manifestó muy raras veces en público?. Para reafirmar sus comentarios, el periodista recurre al poeta Edelmiro Avellaneda, quien escribió unas cuartetas que dicen: «Nací de padres honrados aunque de escasa fortuna, no ha sido noble mi cuna más lo era mi corazón. Y quiso el fatal destino, esta negra suerte mía, que conociera a la Juana, con quien me desgraciaría.» El relato justifica la agresión basada en las relaciones de poder dentro de un vínculo afectivo y se refuerza la victimización del victimario que aflora en el lenguaje donde se afirma y sistematiza con fuerza de repetición la dicotomía entre la honradez de Isidoro y la vida libertina de Juana. Foucault (1976) afirma que el discurso de la sexualidad está íntimamente relacionado e influenciado por el poder, el saber y el placer porque se produce un juego permanente entre estos elementos que son parte constitutiva del ser humano. Esta relación genera el sujeto dominante y el obediente, este dominio se ejerce mediante estrategias que tiene como base la regulación de la familia. La revista Provencred (mayo 1998) publicó un relato del escritor y periodista salteño Eduardo González(1) titulado ?Un amor sangrado?. El escrito redactado en primera persona resalta la belleza de Juana, su desgano para realizar los quehaceres domésticos y su frialdad en la cama. En contraposición resalta el amor incontrolable de Isidoro, lo presenta como un hombre trabajador y bueno que ejercía violencia sexual sobre Juana porque le ?correspondía? y la golpeaba con la intención de ?corregirla? y por la ?bronca? que le infundía la infidelidad de Juana hasta que decide matarla para ?sacarse el amor de adentro?. El estudio de las representaciones que se han construido a partir del caso Juana Figueroa colaboraría en la comprensión de los mecanismos por los que el poder patriarcal valida la violencia de género hasta nuestros días. Se trataría de hacer visible el disciplinamiento del cuerpo que culmina con la muerte física, clara representación de lo que acontece en el nivel de las subjetividades.

Soy consciente que en los últimos tiempos las investigaciones sobre este tema se han multiplicado, pero también estoy convencida que la violencia que se sigue ejerciendo contra las mujeres obliga a los/as científicos/as sociales a continuar con la tarea de investigar sobre la violencia desde múltiples perspectivas, para contribuir a comprender dónde y porqué perviven aún prácticas sociales y formas legales que enmascaran la violencia contra la mujer.

Bibliografía:

· Chartier, Roger (1999): El mundo como representación. Historia cultural: entre prácticas y representación. Gedisa. Madrid.

· Foulcault, Michel (1976): Historia de la Sexualidad I. La voluntad de saber. Siglo XXI.

· Foulcault Michel (1993): Los intelectuales y el poder, en Microfísica del poder. La Piqueta. Madrid.

· Garcés, Alberto (1999): El cuerpo como texto. La problemática del castigo corporal en el siglo XVIII. Universidad Nacional de Jujuy.

· Mellado Vargas, Paola (2001): Epistemologías, metodologías y método en estudios de la mujer, en Revista de Ciencias Sociales V. III Universidad José Santos Ossa. Chile.

· Roudisnesco, Elizabeth (2003): La familia en desorden. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.

· Scott, Joan (1990): El género, una categoría útil para el análisis histórico, en Amelang James y Nash Mary (eds): Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea. Alfons El Magnanim. Valencia.

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(1) Es importante considerar que quien presenta el relato aclara que el autor crea su relato en base a testimonios consultados en el Archivo. Primeramente tengo que decir que en el Complejo de Archivo y Biblioteca Histórico no se encuentra el expediente del juicio, solamente pude consultar el expediente que da cuenta de la sentencia. Asimismo, el expediente fotografiado para ilustrar la revista (Juzgado de Crimen Nª 413) corresponde a una denuncia realizada en abril de 1904 por otra mujer, llamada también Juana Figueroa pero que vivía sobre la calle Mendoza, en contra de su pareja Rosario Cáceres, por haberla golpeado con una jarra. Es decir que ya había pasado un año de la muerte de la Juana Figueroa casada con Isidoro Heredia.

FOTO: www.camdipsalta.gov.ar