Temen que se produzcan nuevas hambrunas

Las escasas inversiones en el sector agropecuario junto a los elevados precios de los alimentos y la inestabilidad económica «amenazan la seguridad alimentaria mundial» según un comunicado emitido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), por lo cual se presume que puedan suscitarse nuevas hambrunas en el mundo.

Según el organismo internacional los alimentos siguen manteniéndose a un elevado precio en los países en desarrollo, a pesar del récord alcanzado en producción de cereales y la caída dentro de las tarifas de los mercados a nivel mundial.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha manifestado en igual sentido su preocupación por el acceso a la seguridad alimentaria de los países en vías de desarrollo considerando «que la actual crisis financiera provocará una nueva emergencia», ya que millones de personas «no tendrán dinero para comprar comida».

El mismo organismo refiere que en la bolsa de Bangkok «los precios del arroz se cotizan a alrededor de 1.000 dólares la tonelada», cuando hace cosa de un bimestre no superaban los 460 dólares. Enfatízó también que en este contexto aún se prevén más subas.

La ONU ratificó asimismo la inestabilidad de precios dentro de los mercados, refiriendo que no existen parámetros de subas ni de bajas en los alimentos, resaltando «que hemos pasado de una era de abundancia a una era de escasez».

Estudiosos del tema precisaron de igual modo que existen pocas probabilidades de que los precios de los alimentos «vuelvan pronto a los niveles a los que el mundo se había acostumbrado». A través de sus representantes la ONU expresó que si bien la situacíón general de los países ricos en Europa y también en EE. UU. no es la más favorable menos aún la que transitan 1.000 millones de pobres en todo el planeta que cuentan apenas con un dólar diario para su subsistencia.

Para el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, si bien la situación era critica antes de la crisis mundial, especialmente en países del África, el desafío es ahora mayor.

El rerpesentante de la ONU ratifica que cuando las personas viven grados extremos de pobreza «y la inflación erosiona sus exiguos ingresos, en general optan por una de las dos opciones siguientes: compran menos alimentos o compran alimentos más baratos y menos nutritivos» siendo el saldo de esto «más hambre y menos probabilidades de un futuro saludable».

Del mismo modo, y según las observaciones de el Programa Mundial de Alimentos (PMA) las familias que hasta hace un tiempo «podían permitirse una dieta nutritiva y diversa y hacían tres comidas diarias, ahora consumen un solo producto de primera necesidad y se limitan a una o dos comidas» por día, con lo cual se constata que además de la calidad, existe una disminución en la ingesta de alimentos.

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