El terremoto que golpeó al país centroamericano el pasado 7 de noviembre presionará el flujo migratorio irregular de mujeres hacia México y Estados Unidos, principalmente de la zona devastada, advirtieron especialistas.
?Definitivamente habrá un efecto en las migraciones porque muchas mujeres, en su mayoría madres solteras, no pueden sostener a la familia e irán al norte a trabajar?, dijo Celeste Orozco, activista de la Casa del Migrante de San Marcos, el departamento más afectado por el terremoto, ubicado al noroccidente.
Guatemala fue sacudida este 7 de noviembre por un sismo de 7.2 grados en la escala de Richter, el cual dejó 42 muertos, 21 mil viviendas dañadas y 3.4 millones de afectados, según datos preliminares de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres.
La pesadilla se concentra en San Marcos, fronterizo con México, donde cientos de viviendas quedaron inhabitables por los severos daños que les provocó el sismo, y miles de personas permanecen albergadas en carpas a la espera de víveres, ropa y medicinas.
Ante este panorama muchas mujeres buscan salir hacia México o EU ?para ayudar a las familias más afectadas?, aunque para lograr su objetivo deben sortear una serie de peligros como ?la trata de personas y la delincuencia?, explicó Orozco.
La presión que ejercen los desastres naturales sobre las migraciones no es algo nuevo para Guatemala. La devastación provocada por los huracanes Mitch (1998), Stan (2005) y Agatha (2010) también expulsó a miles de mujeres y hombres, de acuerdo con la activista.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 1999 hubo un aumento considerable del flujo migratorio en el país, de cerca de 600 mil personas a poco más de un millón en 2002.
Ese incremento fue asociado, en parte, a los efectos del huracán Mitch, según el informe ?Tendencias y consecuencias del fenómeno migratorio?, realizado por la investigadora Sibyl Pineda en 2010.
En otro caso, son los hombres los que emigran pero las mujeres deben afrontar una serie de dificultades. ?La comunicación del esposo se va perdiendo hasta llegar a la desintegración familiar. Las mujeres se quedan encomendadas a las suegras y ellas administran el dinero que el marido le envía a su pareja?, lo cual les resta posibilidades económicas, ejemplificó Orozco.
Algunos damnificados, de hecho, ya piensan dejar el país. ?En la casa de mi esposo han estado hablando de irse porque después de lo que pasó las cosas subieron de precio y se nos hizo más difícil la situación?, dijo Cherli Ovalle, quien perdió su casa en San Marcos a raíz del sismo.
?Por mí también me iría del país, pero debo cuidar a mis cuatro niños?, añadió.
San Marcos es el segundo departamento a nivel nacional en número de viviendas con familiares en el exterior con 118 mil 838, y el primero en número de migrantes, hombres y mujeres, retornados forzados de EU y México con 10 mil personas cada año, según la OIM.
Etelbina Estrada, de la Secretaría Presidencial de la Mujer de San Marcos, dijo que los desastres dejan en una situación vulnerable a las mujeres pues ?se quedan sin nada, deben asumir responsabilidades familiares y no poseen tierra debido a la marginación?.
De tal forma, ?buscan llegar a EU y México para trabajar en agricultura, corte de café, restaurantes, e incluso en centros de explotación sexual comercial?, obligadas por necesidad o cooptadas por criminales, para ayudar a su familia, agregó.