Si bien es cierto que el matrimonio conformado entre la presidenta Cristina Fernández y el ex primer mandatario Néstor Kirchner, se consolidó además como un equipo político, la muerte de éste trajo aparejada una discusión a todas luces sexista, centrada en la gobernabilidad del país.
Titulares como: ?Moyano prometió apuntalar a Cristina (?)?, o espacios de opinión en los que se expresa: ?El deceso de Kirchner obligará ahora a Cristina a un esfuerzo ingente para manejar la maltrecha maquinaria de poder que le dejó su marido como herencia?, o se debe ?ayudar al gobierno?, y ?emitir un mensaje para superar la incertidumbre que genera la situación?, no hacen más que reforzar la lectura simplista y estereotipada de una mujer obediente, incapaz de tomar decisiones en el ámbito político, sumida siempre a las directivas de su esposo y debilitada ante su ausencia o muerte.
Pero, cualquier análisis descalificante que pueda hacerse de la participación política y la militancia de Cristina Fernández, más allá de las diferencias o simpatías que su gestión pueda suscitar, sería desconocer que antes de ser electa como la primera mujer en Argentina para ocupar la presidencia de la Nación, sucediendo a su esposo Néstor Kirchner, ocupó el cargo de ?senadora por la provincia de Santa Cruz y por la de Buenos Aires, así como también fue diputada por la primera de ellas?.
Como señalan los sitios que guardan alguna biografía de Fernández, su militancia comenzó antes de conocer a quien sería su esposo y compañero, en la vida y en los proyectos partidarios, cuando ambos aún eran estudiantes de abogacía.
Especular con la gobernabilidad, o tener necesidad de brindar apoyo a su gestión, como si su respaldo no proviniera de su misma persona e investidura, parece un retroceso que nos remonta a la década del 40, cuando la puja todavía versaba en la participación femenina en los sufragios.
Para la Lic. Maru Rocha Alfaro, la muerte de Kirchner ha desatado el planteo de la duda desde un sector, que aprovecha un momento de dolor para preguntar: ?¿Quién gobernará ahora nuestro país??, advirtiendo que instalar ese pensamiento ?es ir contra el sistema democrático argentino y contra la elección de Cristina Fernández como nuestra presidenta constitucional?.
Rocha Alfaro, sostuvo, que descalificar la capacidad de la mujer, ?mostrarla débil, sola y sin fuerzas son mensajes que siempre ha usado el patriarcado y le han servido para instalarse, a través de los medios de comunicación, y dominar así el imaginario social?. Señaló también, que no debemos dejar que nos instalen el miedo y que los medios de comunicación deben llenarse con testimonios que hablen de esto.
En su opinión, la Profesora Marisa Vázquez, integrante de la RED PAR (Periodistas de Argentina en Red por una Comunicación No Sexista) refirió que su primer temor ante la muerte del ex presidente Néstor Kirchner fue una reacción teñida de misoginia. ?Temí y temo que peronistas K y oposición se lancen a una rapiña del poder por el sólo hecho de no poder aceptar que una mujer pueda ser presidenta sin un esposo que la avale y sostenga?, reflexionó Vázquez, refiriendo que de ser así, ?el futuro es más incierto de lo que suponemos y como sociedad habremos perdido la maravillosa oportunidad de ser justos y democráticos?.
Por su parte, Daniel Tort, abogado y conductor del programa radial ?La madre que las parió?, consideró que apenas minutos después de conocerse la muerte de Néstor Kirchner, no tardaron en aparecer ?los golpistas mediáticos claros, como Van Der Kooy en Clarín, o Rosendo Fraga en La Nación, hablando ?del vacío de poder?, y de lo que ahora enfrentaba la Argentina.
Tort, analizó además, las expresiones locales y las repercusiones de la muerte del ex presidente, resaltando el ?machismo frontal? del dirigente radical Carlos Posadas, quien en la emisión especial de FM Noticias al conocerse el suceso, se preguntó: ?¿Qué va a hacer ahora la presidenta?; si el que gobernaba era él?.
El conductor, recordó que Cristina trascendió antes que Néstor Kirchner en la política nacional como legisladora, y señaló, que más allá de las miradas distorsionadoras, nadie duda «de que el matrimonio formaba una dupla?, y que esto ?no podía ser de otra manera, ya que eran marido y mujer, ex presidente y presidenta; era normal que así fuera?, al tiempo que resaltó como opuestos los casos de Alfonsín y De la Rúa, con sus respectivas esposas.
Cristina ?está gobernando sobre cadáver caliente, y eso marca un estilo claro?, agregó, puntualizando que ayer, tras la muerte de Néstor Kirchner, ?la presidenta organizó personalmente el ceremonial y la seguridad de los que viajaban a Río Gallegos, y dictó el decreto de duelo, entre otras medidas?, para finalizar diciendo que más allá de cualquier análisis tendencioso, la presidenta es «politicamente una figura fuerte e independiente».
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