Luchadora incansable por los derechos de lxs jubilados y pensionadxs.

Se cumplen 20 años de la muerte de Norma Plá

Es recordada por sus marchas frente a Tribunales, organizando ollas populares, realizando huelgas de hambre y por haber hecho llorar al ex ministro de Economía Domingo Cavallo.norma pla

Luchadora incansable por los derechos de lxs jubilados y pensionadxs. Se enfrentaba a gritos con los funcionarios, marchaba los miércoles frente a los Tribunales, se colgaba de las rejas, organizaba ollas populares. Innumerables veces fue detenida. Impulsiva, auténtica. Polémica, audaz. Ella era Norma Plá. Ayer se cumplieron 20 años de su fallecimiento.

En la década de los ’90, Plá desafío al gobierno menemista. Reclamaba un aumento del haber mínimo de 450 pesos, la implementación del 82 por ciento móvil y mejoras en las prestaciones de la obra social PAMI. Recién en junio de 2006, cuando se cumplía el 10º aniversario del fallecimiento de la dirigente, el haber mínimo superó esa cifra, llegando a 470 pesos.

«Trabajó siempre: limpiando casas, planchando para familias. Mi papá trabajaba en una empresa de encuadernación y le daban un extra que era la preparación de las tapas de algunos libros y eso lo hacía mi mamá desde casa», contó Germán Plá, hijo de la dirigente.

Sin embargo, Norma nunca se pudo jubilar producto de la precariedad laboral y el trabajo no remunerado, al haber sido también ama de casa. «Por eso vi positivo que en el último tiempo las amas de casa se pudieran jubilar pagando una moratoria. Mi mamá no pudo», destacó en declaraciones a Diario Popular.

Su vida

Norma Beatriz Guimil nació el 13 de setiembre de 1932 en el barrio porteño de San Telmo. Su padre era guardia del tranvía 22 y su madre lavaba y planchaba para la familia Martínez de Hoz. Tras abandonar la escuela primaria, se dedicó a cuidar la quinta que sus padres tenían en la casa, ubicada en Villa Domínico, adonde se habían mudado. Luego, a los 13 años comenzó a trabajar en una fábrica de alimentos.

En la adolescencia conoció a Miguel Colón Plá en un baile en un club social de Villa Domínico. En 1949 se casaron y tuvieron cuatro hijos: Miguel Angel, Roberto, Germán y María Cristina.

Su lucha

Luego de trabajar más de 40 años, su marido se jubiló. Sin embargo, «estuvo seis meses haciendo los trámites para poder cobrar y al final murió (en 1987). Trabajó toda su vida y al final recibió una miseria. Por eso la bronca», había manifestado Norma en declaraciones periodísticas.

Germán destacó que «en 1991 empezó la lucha» de su mamá. «Cuando murió mi papá éramos tres en casa, mi hermana menor, ella y yo, éramos una familia trabajadora pero el mango no alcanzaba».

La dirigente es recordada por varias situaciones: en las manifestaciones de jubilados, liderando choriceadas, organizando ollas populares, acampando, realizando huelga de hambre, colgada de las rejas en Tribunales, saltando vallas, forcejeando con efectivos policiales, siendo detenida en varias oportunidades.

Sin embargo, el hecho más recordado ocurrió el 5 de junio de 1991 (hace 25 años) cuando el ministro de Economía Domingo Cavallo lloró frente a ella. El funcionario la recibió en una oficina del anexo del Congreso nacional. «¿Usted tiene madre, señor ministro», le había dicho. «Si no tiene que pagar la deuda externa, no lo haga, pero páguele a los jubilados», agregó. Cavallo se conmovió al recordar a su padre y dijo que «cuando era niño, él aportaba como aportó su esposo». La emoción no lo dejó seguir hablando. Y Norma manifestó: «No llore señor ministro, no llore. Tenga fuerza para defender lo suyo».

Germán destacó que nunca tuvo «la oportunidad de preguntarle cómo se sentía ella en sus acciones, pero en todo lo que gritaba descargaba lo que había acumulado en años, era un fuerte impulso que la llevaba a hacer todo lo que hizo».

Y acerca de las veces que tuvo que ir a buscarla a una comisaría, comentó: «Al principio sufríamos, pero luego era una cuestión cotidiana y nuestra preocupación pasó a ser que esté bien porque su salud empezaba a deteriorarse, le agarraba neumonía y luego se le declaró el cáncer».

Norma murió el 18 de junio de 1996. Sus cenizas descansan en Plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales, cumpliendo con su voluntad. En ese lugar había una placa recordatoria de chapa, que fue destruida; luego se instaló una de acrílico, que también fue destrozada. No obstante, el árbol -que se plantó en su nombre- sigue de pie, creciendo.

«Mi mamá no fue reconocida institucionalmente -indicó Germán– pero el reconocimiento está donde tiene que estar, en el laburante, porque en la calle la siguen recordando. Cuando digo mi apellido me preguntan si soy el hijo de Norma Plá».

Asimismo comentó que «de aquella época recuerdo que cuando con mis hermanos llevábamos el cajón al cementerio de Lanús para la cremación se acercaban obreros, chicos, con quienes cruzábamos miradas. Y cuando fuimos a llevar las cenizas a Plaza Lavalle un nene de unos 10 años me pidió un autógrafo en un recorte de una foto mi mamá».

Respecto al legado sostuvo que «nos puso un compromiso, no solo con nosotros mismos sino con los demás: el de levantarse ante una injusticia y luchar».

Por su parte, desde 1994, el Instituto de Derecho de las Personas Mayores y Políticas Gerontológicas del Colegio de Abogados de Morón, presidido por Christian GonzálezD’Alessandro, entrega el Premio Norma Plá, el cual el año pasado lo recibió el Papa Francisco.

Imagen : Diario Popular