La decisión del gobierno argentino de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una medida profundamente preocupante que pone en riesgo la salud de millones de personas en el país y debilita la cooperación internacional en materia sanitaria.

En un mundo interconectado, donde las enfermedades no conocen fronteras, la participación en organismos multilaterales como la OMS es fundamental para garantizar el acceso a información, recursos y estrategias eficaces para enfrentar crisis sanitarias. La pandemia de COVID-19 dejó en claro que ninguna nación puede afrontar por sí sola amenazas sanitarias globales. En caso de alejarse de la OMS, Argentina se priva de mecanismos esenciales de coordinación y apoyo, poniendo en riesgo la capacidad del país para responder a emergencias de salud pública.
El impacto de esta decisión no se limita a las fronteras argentinas. La lucha contra enfermedades como la tuberculosis, el VIH/SIDA y el dengue requiere de esfuerzos coordinados a nivel global.Con su retiro, Argentina también reduce su capacidad de contribuir a la investigación y colaboración internacional en salud, debilitando los esfuerzos conjuntos para erradicar enfermedades y prevenir futuras pandemias.
La organización internacional de derechos humanos insta al gobierno argentino a reconsiderar esta decisión y a priorizar el bienestar de su población por encima de posturas ideológicas o políticas.La salud es un derecho humano fundamental, y la cooperación internacional es clave para protegerlo.