Claudio Navarro, autor de esta tesis propone una investigación en base a comparaciones entre lo que él llama periodistas ?análogos?o quienes ejercen el periodismo a través de los soportes tradicionales de gráfica, radio y televisión y periodistas digitales cuyo soporte es Internet. A través de un análisis comparativo, Navarro deduce que, aunque el periodismo digital es cada vez una realidad más próxima, los periodistas ?análogos? no desaparecerán, primero, porque serán incapaces de adquirir, en los tiempos que el proceso requiere, las destrezas necesarias para adaptarse a semejante cambio, y porque ?la penetración de la red aún no es tan masiva como su competencia: radio, televisión y prensa.?(2)
A la luz de la perspectiva feminista, se puede advertir que el autor se sitúa y observa el mundo desde el lugar de hombre blanco y de clase media. Que participa, en un todo, del discurso dominante capitalista, androcéntrico y patriarcal e invisibiliza a la mitad de la humanidad en tanto construye su investigación ignorando las experiencias de las mujeres. Sandra Harding afirma que ?definir los problemas que requieren explicación científica exclusivamente desde la perspectiva de los hombres burgueses y blancos, conduce a visiones parciales y hasta perversas de la vida social. Un rasgo distintivo de la investigación feminista es que define su problemática desde la perspectiva de las experiencias femeninas y que, también, emplea estas experiencias como un indicador significativo de la realidad contra la cual se deben constrastar las hipótesis?(3)
Este investigador ignora que es el patriarcado quien naturalizó la dicotomomía espacio público- espacio doméstico y asignó a uno y a otro, competencias y atribuciones completamente desiguales. La ley, el derecho, la ciudadanía, la autoridad de la palabra, la producción, y la ciencia en el primero, y la subordinación, el silencio y la reproducción en el segundo. En función de criterios falsamente construidos, la cultura patriarcal situó a los varones en el espacio público, el lugar de la razón, del poder, de la fuerza, la objetividad y a la mujer en el espacio doméstico, el lugar de las emociones, de la obediencia, de la debilidad, de la subjetividad.
Se desprende de toda su investigación que da por sentado el acceso universal al conocimiento, a la información y hasta los procesos de producción dentro de los Medios de Comunicación. Desconoce, en primer lugar que afirma estas cuestiones desde un país latinoamericano ? Chile- que, como casi todos los países de la región albergan altos porcentajes de excluídos/as, que jamás accederán a los beneficios de la tecnología digital, porque ni siquiera pudieron acceder a la tradicional. Desde el Río Bravo a Tierra del Fuego, millones de famélicos/as subsisten con uno o dos dólares diarios, criollos/as e indígenas, que, globalizados/as, o aculturados/as no cuentan hoy, ni con la posibilidad de escuchar radio, cuyas transmisiones son gratuitas y abiertas. Pensamos en estas millones de personas que, en ocasiones no hablan nuestra lengua, y que no tienen acceso a la comida, al agua potable, a la energía eléctrica, la vivienda, la educación, la salud, el trabajo, y nos preguntamos cómo y por qué los medios sustentados en el sistema tradicional o analógico continúan propalando mensajes estandarizados a un receptor universal. Cabe preguntarse también, en qué parte de nuestra cultura participan estas personas, cuando son arrojadas tan violentamente del sistema. Acuerdo con el Doctor Nicolás Angulo Sánchez, en tanto critica que sea el dólar, la moneda de un país industrializado, la medida del límite o de la extrema pobreza para todos los países del mundo. ?Pero ? afirma Angulo Sánchez- si tomamos ese dólar como referencia a título orientativo, aun con todas sus imprecisiones, se calcula actualmente entre 1.200 y 1.300 millones los seres humanos a lo ancho del planeta que viven (malviven) con menos de dicho dólar diario Esto supone que uno de cada cuatro o cinco seres humanos vive en condiciones de «pobreza extrema» y con escasas perspectivas de que su situación cambie a corto plazo, dado que el número de personas que viven en tales condiciones no está disminuyendo?.(4) Latinoamérica, aporta gran parte de esa cifra de pobres de la cual el 70% son mujeres.
Por otro lado la idea del receptor universal, se relaciona directamente con la interpretación dominante, que de la mujer proponen los Medios de Comunicación como dice Michèle Mattelart con ?la mitología de la modernidad que promueve como universal un modelo femenino construido a partir de un estereotipo de mujer que pertenece a un medio socio-económico, elevado, urbano, de un país occidental, altamente industrializado. El modelo magnifica, por otra parte, el poder de adquisición, el bienestar, la belleza, la comodidad que han podido alcanzar en la vida cotidiana, las mujeres que, en la escala social, corresponden en su mayoría a ese tipo .Al ofrecerse a todas las mujeres, justifica su vocación universal a partir del eterno femenino?(5)De este modo los Medios de Comunicación legitiman las prescripciones patriarcales en relación a la imagen simbólica de la mujer a quien representan , invariablemente, como ama de casa u objeto sexual.
En su tesis de grado, Navarro, da por sentado que, en tanto sujetos/as de la información, varones y mujeres periodistas, participan equitativamente en los procesos de producción de los mensajes. Nada más alejado de la realidad. Basta con pensar cuántas mujeres propietarias de diarios, canales de televisión, radios, hay en Latinoamérica, cuántas editoras, jefas de redacción, gerentas de programación pueden influir en los contenidos que diariamente, consumen millones de personas. Hay que destacar que más mujeres sin conciencia de género en los espacios de decisión de los Medios de Comunicación, no nos garantizarán la equidad o la diversidad en la información. No obstante, como dice la feminista Amelia Varcárcel, las mujeres tienen el ?derecho al mal? y no hay por qué exigirles estándares morales que no se les exige a los varones. Aún en esas condiciones, que más mujeres ingresen a los espacios desde donde se decide qué leeremos, qué veremos, qué escucharemos cotidianamente, es auspicioso. Sandra Harding afirma que ?por razones de justicia social las mujeres deberían tener la misma participación que los hombres en el diseño y la administración de las instituciones que producen y distribuyen el conocimiento: no es justo negar a las mujeres el acceso a los beneficios de la participación en estas empresas. Pero también deberían participar en estos proyectos porque la comprensión parcial y distorsionada de nosotros mismos y del mundo que nos rodea se produce justamente, en la cultura que silencia y devalúa sistemáticamente la voz de las mujeres? (6)
El autor de la tesis- activo internauta- realiza una apasionada sobrevaloración del periodismo digital de donde deduce que el manejo de determinadas destrezas tecnológicas nos hará partícipes de una suerte de democracia global, sustentada en las múltiples opciones de comunicación que este sistema ofrece, como la multilinealidad y el hipertexto, en su forma más habitual de hipervínculo que nos remite a un número ilimitado de notas o textos relacionados. Vuelve a obviar el hecho que, por razones expuestas anteriormente, millones de personas, mayoritariamente mujeres, no acceden, no accederán, o tendrán un acceso desigual a la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TICs), cuestión que se conoce como brecha digital .En el marco del debate organizado recientemente por FLACSO, Buenos Aires, Creadoras de la Sociedad del Conocimiento: Diálogo entre mujeres iberoamericanas, la feminista Gloria Bonder declaró que »es necesario preguntarse dónde y cómo las mujeres habitamos la sociedad de la información». Explicó luego que »en el acceso de las mujeres al software y al soporte técnico influyen restricciones económicas, culturales, geográficas, educacionales, etc. Al mismo tiempo, pocas mujeres participan en la producción de contenidos y menos aún son propietarias de las TICs’. (7)
El autor, no cuestiona desde donde se determina el concepto Sociedad de la Información, ni su valoración hegemónica. Pareciera ignorar que, en torno a esto, en ocasiones para contar con un concepto más inclusivo, se producen desde hace un tiempo, intensos debates entre quienes proponen Sociedad de la Información, Sociedad de la Comunicación o Sociedad del Conocimiento. Tampoco reflexiona acerca de quién o quienes tienen propiedad sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación y el enorme poder de éstos para determinar el modelo de Sociedad de la Información, de la Comunicación o del Conocimiento de la que formamos parte o no. Pensar en satélites, celulares, telecomunicaciones, computadoras, Internet, módems, robots, por nombrar solo algunas, nos remite a grandes corporaciones cuya finalidad es la de acumular capital .El capitalismo y el patriarcado se realimentan en una existencia recíproca. Y en esta era digital, las mujeres volvemos a quedar excluidas y plasmadas en los roles estereotipados que nos asigna el patriarcado En tanto objetos, de la comunicación digital, como amas de casa o íconos pornográficos de consumo. Y en tanto sujetas, relegadas en el desarrollo de capacidades tecnológicas específicas, por lo tanto, haciendo uso restringido de las tecnologías de la información y la comunicación. Casi en el rango de usuarias de segundo grado.
Tampoco habla ,el hoy Licenciado Claudio Navarro, de que el espectro digital, facilita la pornografía, las redes de trata y tráfico de personas, la prostitución, la pedofilia, el robo de identidad, las estafas comerciales, porque en la mayoría de los países en desarrollo, aún no se cuenta con un corpus jurídico que penalice los ciberdelitos.
Antes bien, participa de la concepción de la economía de mercado aplicada al uso de las tecnologías y de la idea de un periodismo como actividad liberal, como mercancía y no como lo que debe ser: un servicio público, independientemente de que su soporte sea digital o analógico. Aunque pretende un discurso aséptico, se revela sesgado. Eli Bartra dice que?en toda investigación científica existe algún interés político o ideológico .Lo que sucede es que, en la mayoría de los casos, éste se halla oculto y se despliega en cambio, la bandera blanca de la supuesta neutralidad del conocimiento?(8)
El autor, comparte, además, los códigos patriarcales del lenguaje, sexista, en tanto toma lo masculino como universal, y excluyente en tanto se vale de conceptos crípticos, demasiado técnicos, e incomprensibles para el general de la sociedad de la información, de la comunicación, del conocimiento.
Acuerdo con Eli Bartra cuando afirma cuánto más rica, más inclusiva y más profunda puede resultar cualquier tipo de investigación realizada a través de la perspectiva feminista porque esto ?significa que el sujeto que va a emprender una investigación feminista no observará la realidad de la misma manera que una persona insensible a la problemática de la relación entre los géneros. Por lo tanto, las preguntas que se planteará desde su ser, su sentir, su pensar, no pueden ser iguales; serán necesariamente diferentes en la medida en que estarán contemplando la subordinación de las mujeres?(9)
Sería largo enumerar las bondades de este fenomenal desarrollo tecnológico de los últimos tiempos, que nos permite comunicaciones simultáneas y globales, que ha modificado sustancialmente, nuestra vida de relación, que promueve el nacimiento (aunque de vida efímera) de nuevos/as actores/as sociales, como las tribus urbanas, los movimientos antiglobalización. Que permite que los movimientos de mujeres puedan posicionarse en la Red, a través de páginas web, sitios, portales, periódicos, blogs como medios alternativos, eso sí, sin perder el rasgo de alternativo. Pero no se puede dejar de analizar críticamente los aspectos negativos como el de la exclusión y la discriminación. Es la perspectiva feminista, la perspectiva de género quienes nos ofrecen la posibilidad de deconstruir el modo de conocimiento sexista, androcéntrico y patriarcal y construir modos de conocimiento pluralistas, inclusivos, democráticos. Aunque es pertinente subrayar como lo hace Eli Bartra que ?el hecho de hablar de un método no androcéntrico, no quiere decir que ahora será el punto de vista de las mujeres el que impere y se vuelva ciego, sordo y mudo frente al género masculino. Quiere decir que, en lugar de ignorar, marginar, borrar, hacer invisible, olvidar o incluso, deliberada y abiertamente, discriminar el quehacer de las mujeres en el mundo, ahora simplemente se intenta ver en dónde están y qué hacen o no hacen y por qué. Además nos permite entender la relación entre los géneros y, por lo tanto, se comprende mejor el quehacer de los hombres?(10)
Como periodista, que incursiona recientemente, en el periodismo digital, aspiro a no ser parte de la multitud seguidora de la elite de los privilegiados que menciona Navarro, los que define como? los cerebros tras los sitios en Internet. (quienes) Definirán cómo deben hacerse las cosas, crearán los paradigmas de funcionamiento y trabajo?. (11)En posibilidad de seguir huellas o generar las propias, escojo caminar al lado de muchas feministas, como la colega española Monserrat Boix quien propone ? un modelo que debe favorecer la independencia tecnológica, el conocimiento sin restricciones, común y colectivo, la solidaridad y la cooperación, la libertad y la igualdad de derechos…un modelo ético, sostenible y participativo… un modelo que se está desarrollando ya, basado en la tecnología libre con Software Libre y el Conocimiento Libre?(12)
*Especialidad en Estudios de Género Universidad Nacional de Salta
Metodología y Diseño de Investigación I
Docente: Prof. Ana María Bach
Bibliografía
1.- Navarro, Claudio, En busca del periodista digital, Tesis de Grado, Universidad Nacional Andrés Bello, Chile, 2000
2.- Navarro, Claudio, Op. Cit, Conclusiones
3.- Harding, Sandra, ¿Existe un método feminista? Nuevos recursos empíricos y teóricos: las experiencias de las mujeres, Traducción Gloria Elena Bernal, 6
4.-Angulo Sanchez, Nicolás, Pobreza y Desarrollo, Agencia Latinoamericana de Información, Noviembre 2007
5.-Mattelart, Michèle, Mujeres e Industrias Culturales, Editorial Anagrama, Barcelona, 1982, 85
6.- Harding, Sandra, ¿Existe un método feminista? Nuevos recursos empíricos y teóricos: las experiencias de las mujeres, Traducción Gloria Elena Bernal, 6
7.-Waigandt, Alejandra,del portal digital www.artemisanoticias.com.ar, Buenos Aires, 12 Noviembre 2008.
8.-Bartra, Eli, Reflexiones Metodológicas, Por un método feminista.
9.-Bartra, Eli,Op.Cit.
10.- Bartra, Eli, Op.Cit. ¿Y el método feminista para qué sirve?
11.- Navarro, Claudio, En busca del periodista digital, Tesis de Grado, Conclusiones, Universidad Nacional Andrés Bello, Chile, 2000
12.- Boix, Montserrat, Feminismo herramienta imprescindible para la construcción de la sociedad del conocimiento, Sociedad de la Información y Feminismo, portal digital, Mujeres en Red, El periódico feminista.
FOTO: www.lapaginadegretel.com.ar