El juez Francisco José Oyarzú condenó a un hombre de 27 años por ser autor del delito de coacción agravada por el uso de arma.

Tras aceptar un acuerdo de juicio abreviado al que llegaron las partes en la audiencia flexible y multipropósito fijada en la causa, le impuso la pena de tres años de prisión de ejecución condicional. Entre otras reglas de conducta impuestas, el hombre deberá realizar un tratamiento para sus adicciones y abstenerse de consumir sustancias estupefacientes.
En la misma sentencia resultó absuelto del delito de desobediencia judicial por falta de pruebas, y del delito de robo calificado por el arma debido a que la fiscalía penal no presentó acusación por este último. Al finalizar la audiencia recuperó su libertad.
La madre denunció que su hijo la había amenazado con un cuchillo y agregó a su relato que era adicto a sustancias prohibidas.