Bajo el sol que no daba respiro, miles de mujeres iniciaron formalmente el 27 Encuentro Nacional de Mujeres a las 10 de la mañana.
Una marcha lenta, pero ruidosa ingresaba al anfiteatro Manuel Antonio Ramirez recostado sobre el río Paraná portando banderas que identificaban las procedencias, las pertenencias a colectivas feministas, sindicatos, partidos políticos, organizaciones feministas. La cercanía geográfica con Braisl y Paraguay acercó mujeres de esas latitudes.
El espíritu del Encuentro quedó resumido en las palabras de la apertura:?Estamos aquí para que todas las voces sean escuchadas.?
La comision organizadora dió la bienvenida y centralizó el discurso de apertura en una descripción de la situación de las mujeres misioneras que a pesar de sus particularidades no dista de la que pueden relatar mujeres de otras provincias: violencia sexual, explotación laboral.
?Misiones es un foco de secuestro y engaño? señalaron las organizadoras desde el escenario montado en el corazón del anfiteatro.
También pusieron acento en que la situación de trata de mujeres y ñiñas para explotación sexual no sería posible ssin la complicidad y responsabilidad de los proxenetas, la polícía y los políticos.
?No queremos zonas liberadas en nuestra frontera? concluyeron con firmeza.
Los contingentes siguen llegando, las escuelas van tomando ritmo para recibir a las mujeres que durante dos días debatirán y articularán acciones para desarrollar en sus ciudades. Las redes se irán fortaleciendo, multiplicando buscando mejores condiciones de vida.