El tema ambiental también es un problema que afecta día a día a las mujeres que viven en los Valles Calchaquíes y otra de las deudas que los sucesivos gobiernos mantienen con la población y con el ejercicio del respeto por los Derechos Humanos.
Además de la pobreza, la desnutrición y la falta de acceso a la salud, la defensa del medio ambiente es una de las grandes preocupaciones de cientos de mujeres y hombres de nuestro país, especialmente de aquell@s que viven rodeados de una naturaleza que insiste en sobrevivir pese al incremento de las zonas desforestadas, el avance sojero y la sucesión de gobiernos que con indiferencia afrontan la deforestación y la explotación minera. Testimonio de ello son los relatos de Fanny Díaz, delegada de base de India Quilmes.
Díaz reside en Colalao del Valle, ubicada en la provincia de Tucumán que agrupa a 14 comunidades aborígenes y donde la mayor parte de la población vive del trabajo en la tierra, con una economía de subsistencia, basada en la cría de ganado caprino y ovino.
Si bien la delegada manifiesta que hay avances en el respeto de los tratados internacionales incorporados a nuestra Carta Magna desde su última reforma, con tierras comunitarias de la cuál poseen una cédula y la exención en el pago de impuestos, el problema surgido a través de la instalación de Minera La Alumbrera se hace cada vez más palpable.
En torno a esto, Díaz considera indispensable que debe sembrarse conciencia en toda la comunidad y no sólo en los lugares afectados, recordando que la lucha de los vecinos desde Salta hasta Catamarca logró detener durante este año el avance de esos camiones.
De la misma manera, la delegada de Colalao del Valle destaca que tras la instalación de esta minera a cielo abierto ha producido que se sequen las napas de agua, señalando que como correlato de la falta de conciencia de empresarios y gobernantes el Río Marapa, ubicado al sur de la provincia de Tucumán, se encuentra contaminado con arsénico, lo cual repercute en la salud de los pobladores y de igual manera en las distintas actividades productivas.
Asimismo, Díaz relata que la lucha de los pueblos instalados en la región no se detiene en La Alumbrera sino que ahora debe extenderse a impedir que se ejecute la apertura de la mina ?Agua Rica?, ubicada cerca de Belén, provincia de Catamarca.
En igual sentido, Javiera Guanco, narra su experiencia en torno al irrespeto que viven los derechos humanos de tercera generación. Desde su lugar de mujer comprometida con el trabajo y con su origen, Guanco, comenta que reside al Sur de Colalao del Valle, en Santa María, provincia de Catamarca y que desde hace muchos años se dedica a la producción artesanal de derivados de la algarroba. Es desde allí que reconoce que a raíz de La Alumbrera durante dos años han sufrido la falta de agua, lo que ha perjudicado a la vegetación y la cría de animales en la zona, señalando que la situación en alguna medida se vio favorecida con la construcción de una acequia. Del mismo modo, Guanco destaca que si bien no puede asegurar que las aguas que beben los pobladores del lugar y que sirve de riego esté contaminada, si puede afirmar que la cercanía del trabajo de las mineras ha producido que árboles frutales se cubran del polvillo proveniente de esta actividad.