Paraguay: Artistas llaman a evitar más desastres ecológicos

Asunción, diciembre.- La mujer grita, aparece desnuda rodeada de todo tipo de desperdicios que contaminan su ambiente. Su figura está atrapada en un lienzo pintado al óleo con colores fríos. «Se llama La verdad desnuda», dice a SEMlac Carla Ascarza, artista plástica integrante de la comisión directiva de la Asociación de Artistas Solidarios del Paraguay.

Este grupo de 17 creadores plásticos, en su mayoría mujeres, se unió para realizar una muestra multidisciplinaria, cuyo afán fue llamar la atención sobre la problemática de la deforestación en Paraguay y la contaminación de ríos y arroyos en este territorio. «Una de las principales víctimas de este desastre ecológico es la mujer, y no lo digo sólo a las paraguayas porque es un fenómeno a nivel mundial», agrega Ascarza.

Según estimaciones de la Fundación Moisés Bertoni, en los últimos 50 años Paraguay ha perdido unos nueve millones de hectáreas de bosques nativos y actualmente posee una superficie de tan solo un millón de hectáreas de reserva forestal. Dicha fundación dedica sus esfuerzos a la conservación y recuperación de la flora y fauna nativas de este país.

A partir de esta realidad, los artistas decidieron denominar a su muestra «¿Y bos Qué, Agua Ntamos? como una llamada de atención a la utilización indiscriminada de los recursos naturales, que conlleva la ausencia de un desarrollo social, económico y ambiental, sostenible y sustentable», declara a SEMlac la pintora Ascarza.

En palabras de Carlos Sosa, teórico de arte y asesor de la muestra colectiva, «el medio ambiente natural, hasta hoy condición sine qua non para la sostenibilidad de lo vital, manifiesta signos preocupantes en su devenir. Por ello, los movimientos sociales dirigen su atención y reclamo hacia la conciencia de la nueva realidad como alternativa de supervivencia.

Más allá de la expresión artística

Ante la pregunta de si Ascarza cree que una exposición de arte puede salvar o mejorar el medioambiente paraguayo, ella refiere que puede generar un debate entre los actores sociales involucrados en actividades relacionadas a la preservación. «Estos debates pueden desembocar en acciones concretas que tiendan al mejoramiento del medioambiente, al rescate de nuestras aguas y bosques», comenta a SEMlac, muy entusiasmada.

Sin embargo, reconoce la todavía escasa efectividad de su campaña, pues aún no han logrado llamar la atención de los organismos encargados de las políticas de preservación ambiental.

Por su parte Julia Franco, coordinadora por CONAMURI (Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas), para el departamento de Itapúa (a unos 370 kilómetros de Asunción, la capital), ve con ojos entusiastas el proyecto de la Asociación.

«Lo que sea es válido para llamar la atención sobre nuestra realidad. Aquí en el campo sufrimos las consecuencias de los agrotóxicos utilizados por los grandes empresarios cultivadores de soja. El modelo agroexportador de la zona no respeta a la gente, y necesitamos que la mayor cantidad de personas tenga conciencia y estos artistas sí pueden colaborar a mejorar nuestra realidad», expresa a SEMlac Franco, una mujer de 47 años y madre de seis hijos.

El problema del agua

La deforestación indiscriminada, a los efectos de ampliar la frontera agrícola y el cultivo de grandes extensiones de soja, por parte de empresarios brasileños en su mayoría, ha tenido otras consecuencias, como el problema del agua.

«La verdad desnuda» de Carla Ascarza representa esta problemática también y a su pintura le ha agregado una instalación en la cual denuncia el gran déficit de calidad y cantidad del líquido vital, especialmente en las zonas rurales.

Al respecto, Julia Franco describe el problema que viven desde hace cuatro años. «Estamos sufriendo la escasez de agua, no solíamos pasar por ese tipo de situaciones. Pero ahora es casi insostenible, pues nos pasamos el día buscando agua. La situación empeora en los meses de enero y febrero ?época de mayor calor en Paraguay».

Franco insiste que el origen del problema es la deforestación indiscriminada, especialmente la ocurrida en la década de los ochenta para el cultivo de soja. «La fumigación que hacen estos empresarios para cuidar su producción nos afecta enormemente. Todos nuestros cauces de agua están contaminados, así como nuestros pozos», lamenta.

Actualmente en la zona donde vive Franco, toda la familia se turna para conseguir agua potable. A veces caminan muchos kilómetros para obtenerla y otras veces no les queda otra que tomar la que existe en la zona de los arroyos contaminados. «Cuando traemos agua de arroyo, hervimos para evitar enfermedades», refiere a SEMlac esta dirigente campesina.

De vuelta a los talleres de la artista, Ascarza está convencida de que su arte y el de la Asociación debe colaborar al desarrollo social y económico de una manera sustentable. «El arte no es sólo la expresión individual del artista que trabaja solitariamente en su taller. Debe tomar postura ante situaciones injustas, colaborar en la formación de criterios y debe poder educar el pensamiento del pueblo».

Mujeres, las más afectadas

Tanto Ascarza como Franco tienen un criterio común: las principales afectadas por las crisis medioambientales son las mujeres. «Este problema no sólo es una forma más de violencia hacia ellas, sino un acto directamente criminal que debería ser castigado con la pena máxima de cárcel», refiere Ascarza. En coincidencia, Franco de CONAMURI, que agrupa a campesinas de 11 de los 17 departamentos de Paraguay, afirma que quienes sufren son las mujeres y los niños.

Y mientras Carla Ascarza mira una vez más a su «Verdad desnuda» con el deseo de incluirla dentro de una muestra itinerante junto con los demás artistas, Julia Franco difícilmente pueda tener tiempo para apreciar el arte ya que con sus hijos, cada tarde, va al arroyo de aguas turbias y contaminadas para el baño diario y en busca del líquido vital, que es la única fuente con la que cuenta.